En Cuba no existe prensa social, ni local ni internacional. Allí todo se resume a consignas vacías y promesas incumplidas, y ese es el motivo por el cual, probablemente, nadie sepa quien es la señora Mariana Foncuberta y Juncadela. Bueno pues se trata de la octava marquesa de Marianao, nombre del popular barrio al oeste de la Habana y no por una simple coincidencia. Es que la familia Sama definió, como pocas otras, la actividad mercantil de los catalanes en Cuba durante los siglos XVIII y XIX.
Esas son precisamente las raíces de este marquesado, de españoles que llegaron como emigrantes a Cuba hace muchos años y en este caso en concreto procedentes de la comunidad autónoma de Cataluña. Las relaciones que se establecieron entre Cataluña y Cuba en los últimos siglos, entre ellas el tráfico de esclavos donde fueron muy eficientes, hizo frecuente que personajes nacidos en esa región se asentaran en la isla sin perder por eso su relación con su lugar de origen.
Uno de ellos fue Don Salvador Sama y Martí, catalán que nació el 13 de abril de 1797 en el barrio de Villanueva y la Geltrú, siendo bautizado a los dos días en la parroquia de San Antonio Abad de esa ciudad. Hijo natural y legítimo de Antón Sama y de Ventura Martí, Salvador, José, Isidro fue bautizado por los padrinos Salvador Vidal y Josefa Martí. Este fue el origen.
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| En el medio el marqués de Marianao Salvador Sama y Torrens con su esposa Doña María Dolores de Sarriera y de Molins , hija de los Condes de Solterra, y su hijo Salvador. // Studio Audoduard |
MARQUESADO DE MARIANAO
Llegó a Cuba en 1810 y fue acogido por sus tíos comerciantes y negreros, Pau y Josep. Sin embargo muy pronto consideró indigna la labor de sus parientes, por lo que se independizó hacia otros negocios. Al heredar el dinero de los tíos en 1840, consistentes en un almacén de ferretería, los ingenios Jesús María y el San Francisco de Borja de 32 caballerías, una finca valorada en más de 320 mil pesos, la naviera y los dos careneros
de Casa Blanca, su capital supera los 77o mil pesos.
Es entonces que Salvador funda la sociedad de beneficencia "Naturales de Cataluña" y el 15 de mayo de 1854 crea la Real caja de descuento con un capital inicial de 800 mil pesos y que en menos de dos años se incrementó a tres millones, convirtiéndose en el Banco Español de la Habana del que fue uno de los principales accionistas, y haciendo de él uno de los hombres más ricos de la Habana.
Con los años Salvador llegó a ocupar distintos cargos en el gobierno, entre ellos el de consejero de hacienda, y le fue conferido el marquesado de Marianao el diez de diciembre de 1860 en reconocimiento a sus contribuciones a la corona. Durante su estancia en Cuba amasó una gran fortuna, disponiendo de importantes propiedades, lo que le permitió cooperar en repetidas ocasiones al mantenimiento del Ejército y de la Sanidad.
En 1858 contribuyó con dos días de haberes equivalentes a su empleo, para establecer en Madrid los fondos necesarios para la permanencia en el cuartel de inválidos de los soldados inutilizados en el servicio de la isla, y asignó pensiones y medias pensiones a los hijos de jefes y oficiales que quedaran inválidos por esas funciones. Además en 1859 contribuyó con 2.000 pesos para cubrir las atenciones de la guerra de África.
Su prestigio y méritos le merecieron el citado marquesado de Marianao, nombre con el que habían bautizado uno de los nueve barrios rurales de la entonces provincia de La Habana. Don Sama fue senador vitalicio del Reino, caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, poseedor de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden americana de Isabel la Católica el 22 de junio de 1866. Se desempeñó como Coronel de milicias de infantería, vocal de la Junta de Fomento, Consejero de hacienda, procurador del tribunal de comercio, regidor del Ayuntamiento y primer teniente alcalde de la Habana.
A su muerte, el 22 de junio de 1866, legó 20 mil pesos - todo un capital de la época - para edificar la iglesia de Luisa Quijano, hoy calle 130. Todos sus bienes fueron heredados por su sobrino nieto Salvador Samá y de Torrents, hijo del también fallecido José Antón Samá y Mota, que con apenas cinco años de edad heredó el título nobiliario de segundo Marqués de Marianao.
Marquesados de Marianao
--I Salvador Samá y Martí 1860-1866
--II Salvador Samá y Torrens 1869-1933
--III Salvador Samá y Sarriera 1935-1948
--IV Salvador Samá y Coll 1955-1976
--V Jaime Samá y Coll 1978-1979
--VI María Victoria Samá y Coll 1981-1992
--VII Alfonso de Fontcuberta y Samá 1993-2001
--VIII Mariana de Fontcuberta y Juncadella 2002 y actual titular.
Como dato histórico y curioso le diremos que una vez terminada la guerra de 1895, en el antiguo palacio del marques de Marianao, transformado en la Quinta Hidalgo, se reunieron las viudas de Carlos Manuel de Céspedes y de José Martí con el generalísimo Máximo Gómez, cuando este iba en dirección al poblado de El Cano, sede de la Asamblea de Representantes Cubana.
--I Salvador Samá y Martí 1860-1866
--II Salvador Samá y Torrens 1869-1933
--III Salvador Samá y Sarriera 1935-1948
--IV Salvador Samá y Coll 1955-1976
--V Jaime Samá y Coll 1978-1979
--VI María Victoria Samá y Coll 1981-1992
--VII Alfonso de Fontcuberta y Samá 1993-2001
--VIII Mariana de Fontcuberta y Juncadella 2002 y actual titular.
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| La VIII marquesa Mariana Foncuberta y Funcadela, dignataria del actual marquesado de Marianao. |
NOTA AL MARGEN:
En su limpieza étnico histórica, la dictadura Castrista sustituyó el nombre de un cine que, aunque modesto, era histórico de este municipio, el cine González de la calle 114 propiedad del señor Cándido González Nodarse. Como comprobará por su propio nombre, era dueño también del cine Cándido, sito en la actual avenida 41 y la calle 94, y del Nodarse en el barrio de la Lisa.
En el caso del González, fue rebautizado como Cine Marianao, y más tarde con el extraño nombre de "Sant Boi", que al final nos enteramos que se trataba de un municipio metropolitano de la ciudad de Barcelona. Como dato adicional le diremos que hasta la llegada de la desgracia castrista de 1959, en Marianao existían treinta y nueva cines. El ultimo fue el LIDO que abrió sus puertas en 1958.
No sabemos si la actual marquesa sabe que la historia de su marquesado está estrechamente vinculada a ese barrio habanero, probablemente sí, pero en caso contrario sería mejor que ni sepa en que se ha convertido el otrora hermoso y pujante barrio que fundó su querido ancestro y que llegó a ser el segundo en importancia en toda la Habana. De momento le adelantamos, si por casualidad nos lee, que de esos treinta y nueva cines ya no queda ni uno, pero no solo en Marianao, no queda uno en toda Cuba.
Maldita Hemeroteca.










