Resulta paradójico que los sucesos ocurridos en el país que dio origen a la celebración del primero de mayo, no se celebre. Bien conocido es que el 4 de mayo de 1886, ocurrió una masacre en la localidad de Haymarket, en Chicago, que dio origen a esta histórica y longeva fecha.
Ahora bien, por un lado no es secreto para nadie que la afluencia comunista llegada de Europa revolvió los ánimos en esa ciudad, como tampoco lo fue que en esos tiempos se explotaban de lo lindo a los obreros en EEUU, con jornadas de 15 horas y más. Es que la mayoría de las veces la culpa de que surja el comunismo la tienen los mismos capitalistas. Total, que lo que hoy se conocen como los ‘Mártires de Chicago’ tiene su matiz y lectura.
Por ejemplo, según el relato y la narrativa izquierdista, aquellas muertes de los sindicalistas organizadores de las huelgas, como las produjo el jaleo en general, resultan más destacables o valiosas que las de los agentes muertos. Recordemos que uno de esos "defensores de obreros" aprovechó la multitud y el desorden generado, para lanzar una bomba que acabó con la vida de seis policías e hirió a setenta más. En cambio la de los 38 obreros y 115 heridos en respuesta, es de lo que se trata.
El juicio, que comenzó el 21 de junio de 1886 y que llevó al banquillo a 31 acusados, terminó con 8 condenados. Uno de ellos a 15 años, por cierto los mismos que le han endiñado hace unos días a una chica en Nuevitas, Cuba, país que lo celebra hipócritamente, por solo filmar con su móvil una legítima protesta pacífica del pueblo, dos a cadena perpetua y cinco fueron sentenciados a la horca, bueno cuatro, porque uno de los condenados consiguió quitarse la vida un día antes.
Por eso es que en EEUU, y aunque resulte paradójico repetimos, no celebra esta jornada como en muchos otros países, España como el que más, y con sus dos come gambas al frente. A modo de distanciarse de esas ideas nocivas y comunistas, los americanos eligieron el primer lunes de septiembre para no verse mezclados en esas connotaciones.
La elección, como alternativa de su particular día del Trabajo, fue presentada por un pionero sindicalista de nombre Peter J. McGuire, a la sazón secretario general de la Hermandad de Carpinteros y Ebanistas y delegado de la 'Central Labor Union' de Nueva York, en una reunión celebrada en esa ciudad el 8 de mayo de 1882 Nada, el tiempo pasó y la justa causa - no los métodos empleados para hacerla valer - fue lo que quedó y a lo que hoy, la mayoría de los países, le rinde su tributo.
No se engañe. La izquierda tiene gente muy mala también, incluso peores que la derecha, de esa que les mueve más el odio que el progreso social, en cambio siempre se salen con la suya. Entre otras cosas porque la derecha suele ser más complejista y creerse incluso superior, craso error que cometen muy a menudo, y también porque los comunistas se lo curran muy bien, las cosas como son.
¿Trabajar? poco, pero apoderarse de la calle, en eso no hay quien les gane. Hoy, más que los mártires de Chicago, me viene a la mente aquella genial conclusión a la que llegó el filósofo y escritor madrileño José Ortega y Gaset, cuando en su libro "Rebelión de las masas", de 1927, escribió lo siguiente: “Ser de izquierda es como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil. Son formas de hemiplejia moral".