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| Artículo aparecido en el "Paso Herald Post" el tres de julio de 1933. |
No era cubana como se ha dicho, aunque si tenía ascendencia por sus padres. La señorita Aida de Acosta Root Breckinridge se convirtió en la primera mujer piloto del mundo, profesión que amó desde los 19 años de edad. En este primer vuelo piloteó un dirigible en París, propiedad del constructor brasilero Alberto Santos-Dumont, una nave que logró controlar tras recibir unas pocas lecciones de vuelo.
Este hecho la consagró como la primera fémina en el mundo en volar una nave aérea, consiguiéndolo incluso seis meses antes del primer vuelo en avión de los Hermanos Wright. Había nacido en 1884 en Elberon, New Jersey, Estados Unidos, y era hija del empresario cubano Ricardo Acosta, veterano de la guerra de independencia del 1895. Su madre, la española Micaela Hernández de Alba y de Alba, era descendiente de la famosa "Casa de Alba" de España.
Este vuelo se efectuó un 27 de junio de 1903, cuando la joven despegó en el dirigible "IX", sobre la ciudad de París a una velocidad de 25 km/h a muy baja altura, de hecho el propio Santos-Dumont fue dándole las instrucciones montado en una bicicleta.
Cubrió la distancia de 1 kilómetro hasta Château de Bagatelle, al norte del Bosque de Boulogne, siempre acompañada de su instructor. La historia recoge que luego de presenciar un partido de polo, Aida volvió a realizar el mismo trayecto de regreso a Neuilly St. James, que cubrió en algo más de una hora y media.
Esta historia se mantuvo en secreto, tanto ella como su instructor, hasta que en 1933 la misma Aida lo contó en una cena en Nueva York, y los periódicos se hicieron eco inmediatamente. Sinceramente, esto nos parece un tanto raro, sobre todo teniendo en cuenta que en el momento del vuelo todo el mundo conoció su identidad.
Incluso, este absurdo comportamiento levantó sospechas sobre una posible relación amorosa con el constructor brasilero. Otros, en cambio, aseguraron que fue un deseo de la familia, al tratarse de una actividad impropia para un señorita educada en el siglo XIX.
En vida tuvo dos matrimonios. El primero con Oren Root III, sobrino del premio nobel y secretario de estado, Elihu Root, y un segundo con el teniente coronel Henry S. Breckinridge, subsecretario de defensa durante la presidencia de Woodrow Wilson. El segundo esposo fue el abogado de Charles Lindbergh.
Solo agregar que la señora Aida perdió un ojo debido al glaucoma, sin embargo lejos de amilanarle organizó una colecta que sumó la friolera de tres millones de dólares, los que fueron empleados en la fundación del Instituto Oftalmológico Wilmer, en la Universidad John Hopkins, primera institución de ese tipo en los Estados Unidos, así como la inauguración de un banco de prótesis oculares.
Maldita Hemeroteca.






