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| Dr Manuel Fernández Superville el día de la toma de posesión en la alcaldía. Repositorio digital del historiador Emilio Roig de Leuchsenring // |
Con frecuencia vemos en la televisión cubana como los que llevan las riendas de la nación, mienten, se justifican, y hasta se burlan del pueblo sin sufrir ninguna consecuencias por ello. En otras ocasiones envían a sus jenízaros a dar la cara en los medios, en donde esgrimen absurdos y evasivos pretextos que no se creen ni ellos mismos.
Incluso, el colmo de la sinvergüencería, cuando intentan escudarse en la "indisciplina ciudadana" para justificar sus fracasos e ineptitudes. Con razón la gente califica ese sistema de involución en vez de revolución, porque es que la nación Cubana ha retrocedido más de un siglo en calidad de vida, porque lo que es el decoro, la honradez, la ética y la honestidad, mejor no hablemos.
Bueno sí, ¿por que no?, hablemos de la moral. Por ejemplo, si usted pregunta en esta Cuba de hoy por el doctor Manuel Fernández Supervielle, lo más probable es que muy pocos sepan responderle, incluso fuera de Cuba también, no vaya usted a creer.
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| ¿El agua de la fuente?, no funciona, la poca que hay más verde no puede estar. |
El doctor Manuel Fernández Supervielle, militante del Partido revolucionario auténtico y ministro de hacienda, tomó posesión del consistorio habanero el diez de septiembre de 1946, luego de una carrera política de similar cantidad de años. En esos momentos su colega, el doctor Ramón Grau San Martín, era quien llevaba las riendas de la nación y ya conocemos en que derivó aquello, latrocinio, violencia de pandillas y alto costo de la vida.
El doctor Supervielle alcanzó la alcaldía gracias a la voluntad del pueblo, sin embargo las dificultades que presentó para poder cumplir sus promesas hizo que - abochornado - se pegara un tiro un domingo 4 de mayo de 1947. Según se dijo, una de las principales promesas incumplidas fue la de no poder garantizar una eficiente distribución de agua en la capital, de hecho una nota encontrada en uno de sus bolsillos así lo probaba:
"Me quito la vida porque a pesar de los esfuerzos que he realizado por resolver el problema del agua en La Habana, por múltiples inconvenientes y obstáculos que se me presentaron me ha sido imposible, lo que implica para mí un fracaso político y el incumplimiento de la palabra que di al pueblo".
Todo parece indicar que esa decepción, unida al defalco a la hacienda publica cometido por su partido, y del cual era ajeno como todo indica, también pudo haber sido un motivo de peso en la toma de esa triste decisión. En la Avenida de las Misiones, del lado opuesto de la antigua "Manzana de Gómez", en la conocida "Calle Monserrate", existe un busto que le recuerda.
En cambio, observe primeramente que la imagen no dice nada, ni siquiera quien fue, apenas muestra su apellido pero no resalta para nada el alto nivel de honradez y vergüenza de este servidor publico. El doctor Supervielle nació en la Habana el 24 de septiembre de 1894, fue uno de los redactores de la constitución de 1940, y una muestra inequívoca de la gran diferencia de hombres que había en aquella Cuba a pesar de todo lo que se ha dicho.
Sobre todo la distancia que los separa de esta crápula de ahora, que encima se ha dedicado a vilipendiarlos e intentar borrar del mapa sus historias y sus vidas, lo que ha sido el colmo de la desfachatez de esta clase política, si es que se puede llamar así que lo dudo mucho, porque no han sido capaces de garantizar nada, ni buscar soluciones y mucho menos rendir cuentas por ello.
No se engañe amigo, ese sistema fallido nos ha demostrado que la eliminación de aquella republica democrática y multi partidista, aunque no perfecta, fue el error más grande que ha cometido el Cubano en su historia. La república sigue siendo infinitamente mas justa que este miserable sistema de partido único, que a diferencia de aquellos no responden ante nada.
Por eso, aunque piense que es una tontería lo que le escribo, si por casualidad alguna vez pasa por allí, deténgase un segundo ante la estatua de este señor y luego medite por un momento en lo que fue Cuba, y en lo que la han convertido esta cuadrilla de mangantes que ha usurpado el poder.
Jorge García
Maldita Hemeroteca

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