HISTORIAS: Cubanos residentes en la base naval de Guantánamo.(I)


En una entrevista concedida en el año 2013 al "The World Street Journal", la señora Gloria Martínez, una cubana sobreviviente de cáncer de 81 años y residente permanente en la base de Guantánamo, fue de las Cubanas que decidió un día quedarse a vivir en la base, dado que Estados Unidos le brindaba cuidados médicos subsidiados de por vida.

Su fallecido esposo, Eduardo Martínez, fue un sargento del ejercito Cubano del régimen de Fulgencio Batista que luchó en la Sierra contra los insurgentes de Fidel Castro. No se sabe como pudo escapar de la ira de estos desaprensivos, y en 1959 consiguió un empleo en la base en la construcción de la pista de bolos. Al terminar su jornada regresaba a la parte Cubana diariamente.

Pero solo era cuestión de tiempo. Un año después de instaurado el régimen Castrista y comenzó a perseguir a los opositores, la casa de la pareja fue registrada en varias ocasiones. Recordaba que por entonces tenía dos granadas de mano escondidas en la casa, y pensaba usar en caso de que su esposo fuera detenido, o si alguna vez enfrentaba un pelotón de fusilamiento.
--Hasta el año 2021, un total de 19 cubanos continuaban viviendo dentro de los límites de la base norteamericana, bajo la categoría de residentes especiales. (SCR, por sus siglas en inglés), todos con más de 78 años, incluso los habían de 90.--
“Le dije a mi marido que lo irían a buscar seguramente tarde o temprano, que se quedara en la base y no volviera mas a nuestra casa”. Dicho y hecho. Nunca volvió. Gloria permaneció en la ciudad de Guantánamo durante un tiempo y luego, en cuanto tuvo la oportunidad, se refugió en la base donde trabajó como peluquera. Sus dos hijos, hoy con más de 50 años y que nacieron allí en la base, radican en los EEUU.

Su esposo murió en 1988 y ella seguramente también, dado su edad y el mal que padecía, del que era atendida en un hospital de Washington DC, aunque siempre regresaba a la base, pues temía que si se mudaba a EE.UU perdería su seguro médico subsidiado por ser residente y, además, no quería alejarse de las montañas de la sierra que veía desde su ventana. También tenía una hermana en la ciudad de Guantánamo, "..Estoy cerca de mi familia aunque no la vea”, decía.

En cambio, y de esto no se habla en Cuba, de esa base salieron varios alijos de armas para el clandestino movimiento 26 de julio y muchas para la Sierra Maestra, robadas por los propios trabajadores cubanos que además recaudaron dinero robaban también suministros de gasolina. También existen pruebas de que algunos militares estadounidenses canalizaron armas en secreto para los guerrilleros castristas.

EE.UU. sigue girándole al gobierno cubano un cheque anual de 4.085 dólares por alquiler del terreno de la base, que el mes que viene cumplirá 128 años, una cifra que fue establecida en el año 1934, pero desde 1959 que el régimen demostró su desaprobación a la presencia estadounidense, se ha negado a cobrarlo. De los cientos de exiliados que obtuvieron permiso para vivir en la base de forma indefinida en los años 60, en el 2013 solo quedaban 28, incluidos cinco jamaiquinos que están casados con cubanos. 

Nota: 

¿Sabías que miembros del ejercito estadounidenses y cubano se reúnen una vez al mes en lo que se conoce como reuniones de “perímetro” para discutir las próximas maniobras y otros asuntos. Estos militares nunca son los mismos en cada una de las reuniones de cada mes. Uno de los acuerdos fue retirar las miles de minas colocadas en los alrededores, sustituyéndolas por potente iluminación y sensores de movimiento.

Fin de la primera parte 

Fuente: Texto /Vídeo de WSJ.

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