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CORNELIO ROJAS FERNANDEZ. JUSTICIA O ASESINATO

Teniente coronel Cornelio Rojas: oficial grueso y mayor, que se encuentra justo al lado del hombre con traje que es Humberto Pérez Ríos, ex presidente de la Asociación de Alumnos de la Escuela Normal para Maestros de Las Villas, mientras observa la declaración de Gladys. //

El fusilamiento era una de las maneras en que España castigaba los delitos más graves en Cuba, como por ejemplo el de rebelión, linchamientos y asesinatos con agravantes. Sin embargo, decenas de rebeldes mambises salvaron sus vidas y fueron deportado, pudiendo regresar a la patria en un relativamente corto periodo de tiempo.

La constituyente de 1901, que sería la primera en regir en la vida republicana cubana y que gracias a una enmienda presentada por los delegados José Lacret Morlot y Rafael Manduley no pudo ser derogada, sí prohibió ese castigo para delitos de corte político, a una propuesta de Gonzalo de Quesada elevada el 28 de enero.

Luego, en el artículo 25 de la carta magna de 1940, quedó abolida por completo, y solo sería aplicada con carácter extraordinario para casos muy graves de traición a la patria, sublevación, terrorismo o delitos horripilantes relacionados con la religión. Y ni así, porque vea la gravedad de los delitos que cometió Fidel Castro en el cuartel Moncada, y ni siquiera 20 años le cayeron.

Eso fue a muy grandes rasgos. Vamos al lío...

Natural de San Juan de los Remedios, Las Villas, Cornelio Rojas Hurtado fue combatiente de las tres guerras del ejercito libertador en el siglo XIX. La invasión americana de 1898 lo sorprende con los grados de general de brigada, y al frente de la jefatura de una columna de ligeros de combate que operaba entre Holguín y Jiguaní, en la provincia de Oriente.

Sesenta años después su bisnieto, el joven Pedro Rojas Mir, regresó a Cuba como integrante de la brigada 2596 en la invasión de Playa Girón de 1961, y como si fuera poco dentro de la desgracia que acompañó a esta familia, fue uno de los integrantes de la llamada "rastra de la muerte", aquel camión donde fueron introducidos cien detenidos sin apenas ventilación desde Playa Girón hasta la Habana.

Cuando la rastra llegó al Palacio de Deportes en La Habana (Ciudad Deportiva) donde por fin abrieron las puertas, dentro habían nueve víctimas que murieron asfixiados y de los cuales el despreciable capitán Osmani Cienfuegos, el hermano de Camilo, fue el responsable. Murió si pagar sus delitos

Ahora bien...

El fusilamiento por las hordas castristas de su tío abuelo, el coronel de la policía de Santa Clara Cornelio Rojas Fernández, hijo a su vez del coronel de la guerra del 95, se llevó a cabo a los pocos días de la rendición del regimiento Vidal Caro en Santa Clara, acción dirigida por el comandante de la columna ocho "Ciro Redondo", Víctor Bordón y el capitán Ottén Mesana, ambos pertenecientes a las fuerzas del directorio revolucionario en el macizo montañoso del Escambray. 

Este hecho puntual, provocó la huida de Fulgencio Batista y sus colaboradores. Desde entonces nadie le ha podido señalar un solo asesinato a este teniente coronel. ¿Su verdadero delito?, haber tratado de impedir que elementos del 26 de julio asistieran al cementerio ataviados con brazaletes del movimiento, mientras acompañaban el sepelio de los dos terroristas - usted llámelos como quiera - que en mayo de 1957 les explotó una bomba dentro del coche en que viajaban y que pretendía colocar.

Se llamaban Agustín Gómez Lubián, conocido como el Chiqui, y Julio Pino Machado, así como esa chica que ve usted en la foto con el vestido manchado de sangre, Gladys Marel García* quien consiguió salvar su vida milagrosamente y, además, y aquí ojo al dato, ¡consiguió salir absuelta en el juicio!. Hoy se hubiera muerto en una mazmorra castrista.

Hemos buscado "victimas", y solo encontramos una, y para eso en medios oficialistas que dan cuenta de que fulminó a un tal capital Olivera que se presume se negó a seguir peleando. Por esa regla de tres habría que fusilar cien veces al generalísimo Máximo Gómez, que no solo ejecutó a cobardes, también a simples portadores de cartas de paz.

Quizás también al castrista alzado Juan Almeida Bosque, o es que acaso no se acuerdan del amenazante: "Aquí no se rinde nadie". Es más.... ¿Cuántos ejecutaron ellos en la propia Sierra Maestra?, ¡hasta por robarse una lata de leche condensada!. 

Sospechamos que lo que sí pudo haber pesado como una losa en su contra, fue que estaba emparentado con la familia Masferrer - Rojas Grave de Peralta de Holguín, que igual eran patriotas de la guerra como el mayor general Julio y el coronel Belisario Grave de Peralta. 

Nada de esto tuvieron en cuenta. 

Nunca hubo juicio ni se presentaron cargos en su contra, y la firma de esta sentencia ya sabe, cárguensela a la cuenta del asesino en serie llegado de Rosario, en la Argentina. Para colmo de la barbarie, la ejecución fue transmitida en directo por la televisión como un claro aviso de lo que estaban dispuestos, violando los artículos 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. 

Según relato de su nieta Bárbara Rangel*, el argentino Guevara le prohibió a su madre y abuela recuperar el cadáver del militar, luego de que fuera sepultado en una fosa común. Sesenta y seis años después, hablarle a estos castristas de derechos humanos es como explicarle a un tonto la teoría de la relatividad.

Cornelio no pudo "ponerle el pecho a las balas". En su caso le arrancaron medio cráneo con los disparos. No hizo falta tiro de gracia que por cierto, no se si usted sabe que en el pasado los tiros de gracia solo estaban contemplados para soldados que resultaba gravemente herido en una guerra, y se veía imposibilitado de recibir atención médica.

Hoy ese supuesto acto de misericordia que tanto aplicaron ellos en la Sierra Maestra, sería catalogado como un crimen de guerra. Desde 1940 solo se había fusilado por sentencia judicial a una sola persona en Cuba. Se trató del espía alemán Heins August Luning que, haciéndose pasar por refugiado judío holandés, posibilitó el hundimiento de 600 navíos en el mar caribe, entre ellos varios marinos cubanos en complicidad con los submarinos nazis que operaban en esa zona.

Recientemente el flamante presidente del tribunal supremo, Rubén Remigio Ferro, le recordó a su querido pueblo que la pena de muerte sigue ahí, disponible para aquellos que deseen con sus justas propuestas, "conspirar contra la tranquilidad ciudadana". ".. El hecho que no se aplique hace veinte años no quiere decir que no exista".

Un mensaje tan claro como el cielo de una mañana de primavera. Si en el pasado el nazi fue sentenciado a muerte por crímenes de lesa humanidad, el actual código penal castrista contempla veinticuatro motivos.

Maldita Hemeroteca

*No se si vive todavía, ojalá que sí, pero la señora Gladys Marel expresó su inconformidad por la encarcelación de los jóvenes que salieron a protestar en el mes de julio del 2021, como no podía ser de otra manera aunque al menos tuvo el valor de hacerlo público. El artículo se llama "Continuidad o Ruptura", y lo puede leer en la internet. 

*Bárbara Rangel nació ese mismo día que su madre, al ver la ejecución de su padre por la televisión, se puso de parto prematuro, y las fuerzas que custodiaban su casa le impidieron que diera a luz en un hospital.