Los vendedores callejeros se cuentan por centenares en toda España, en algunas provincias más que otras, según la ideología del partido que gobierne en ese momento. De hecho, la extrema izquierda ha intentado presentar proyectos de leyes para legalizar esta actividad ilícita, y Podemos ha sido uno de los más activos.
Son los vendedores ambulantes conocidos como 'top manta', los que especialmente los fines de semana inundan varias zonas importantes de las ciudades, creando no pocos rozamientos con mercados cercanos que ven entorpecidas sus ventas por la presencia de estos ilegales que, entre otras cosas, comercializan en muchos casos productos con marcas falsas e incluso sin contar muchos de ellos - se diría que la gran mayoría - con los documentos que autoricen a trabajar en este país.
Y aunque la venta ambulante es una actividad económica con una larga tradición en España, en este caso se asocia con la informalidad y la ilegalidad. Por lo tanto, se debe cumplir con una serie de requisitos establecidos para ser realizada de manera legítima y segura, sobre todo si son alimentos los que se venden, mientras que en el orden laboral deben estar dados de alta en la seguridad social como trabajadores autónomos, entre otros.
Esto, a grandes rasgos, es lo que hay en este país en torno a esta forma de ganarse la vida a propia cuenta y riesgo, y en caso de no cumplir con lo establecido, con toda seguridad le será aplicada la ley y su respectiva acción policial llegado el caso. Ahora bien, una cosa es España donde un jubilado puede llegar a ganar hasta el cien por cien de su anterior salario, y otra es en Cuba donde este panorama se torna realmente tétrico
No tengo ni idea de como se manejaba esto en la Cuba antes de 1959, imaginamos que haya sido igual de legislado, amen de que las fuerzas represivas lo consideraban como una actividad "no peligrosa" desde el punto de vista de un delito. Incluso le digo mas, una vez conocí a un Cubano que había venido desde la Florida a vivir a Canarias, y me contó que vendía papayas sin licencia en una carretera de Homestead, y que la policía "ni lo miraba". Que incluso le compraban de vez en cuando.
Más allá que sea cierto o no, esta claro que en Europa algo eso sería impensable. No tiene nada que ver Europa con América, y muchísimo menos Hispanoamérica. Dicho esto, donde se complica el asunto es cuando esta actividad se practica ilegal en un país como Cuba con el régimen actual y donde un jubilado, con su pensión, no es capaz de adquirir un mísero "cartón" de huevos.
Encima es reprimido violentamente por las fuerzas del orden, como han hecho con este señor, que se ve a las claras que se trata de un pensionista en el mejor de los casos, y que solo lucha por su subsistencia. Cuba es un país que no garantiza ni autoriza la libre empresa, donde este señor podría, previa autorización, adquirir sus productos al por mayor, en cambio les atormenta con el acoso de los inspectores.
Lo doloroso del caso es que este anciano, que se ha dicho supera los 70 años, fue reprimido por un "agente de paisano" mucho más joven y que con toda probabilidad pertenezca a la misma clase social - e incluso más baja aún - que su propio detenido, que dicho sea de paso debió estar harto de no ver luz en su túnel para hacer lo que hizo.