Mayor General 
Pedro Agustín "Periquito" Pérez Pérez
Alcalde de Guantánamo
durante la ocupación Americana

Se hace imposible escribir sobre la historia de El Caney, de Limonar de Tiguabos o de Guantánamo sin citar muchas veces el apellido Pérez. El Teniente Coronel del Ejército Libertador e historiador santiaguero Lino D'ou Ayllón5 los hace descender de los Pérez de Corcho y les da dos lugares cubanos de procedencia: El Caney y Trinidad.

Pero Regino E. Boti afirma que llegan a la región de Guantánamo desde El Caney en la persona de un descendiente de Diego Pérez. Casado con Beatriz Almenares, Diego Pérez va a ser el tronco originario conocido de este apellido en la región más oriental de Cuba. Hombre muy longevo, se sabe que bautizó a su hijo Pedro en 1700, en la iglesia de El Caney y en 1785 apadrinaba con su esposa a Manuel José, hijo de Pedro de Rojas y de Petronila Montoya.

Uno de sus hijos, Pedro Pérez Almenares, casó con Josefina Ianuaria Montoya y tuvieron 9 hijos. De uno de ellos, Pedro Manuel Pérez Montoya, Teniente de Urbanos, conocido como Teniente Rey de los Indios, deriva toda la descendencia Pérez que vino a determinar una gran parte del destino de Guantánamo.

Pedro Manuel Pérez Montoya casó en primeras nupcias con María Caridad Pérez y Heredia, su prima y tuvieron 7 hijos, entre ellos Fernando Pérez Pérez de gran influencia posterior en el desarrollo económico de la región guantanamera.

En segunda nupsias casó Pedro Manuel Pérez con Juana Acosta y tuvieron también 7 hijos. Nativo de El Caney se radica después con su numerosa familia en Limonar de Tiguabos, verdadero feudo de los Pérez y termina por ser un explorador de esa, entonces casi desconocida comarca. Allí enriqueció, empobreció más tarde y falleció.

Eliceo Reclus en su justamente célebre Geografía Universal, afirma que "todavía, en 1847, no lejos de Tiguabos, en alguno de los valles de la Sierra Maestra que se inclinan hacia la bahía de Guantánamo, existía una familia de indios puros que constaba de más de cien individuos, con hijos, nietos y biznietos".

Regino E. Boti, por su parte, no alberga la menor duda, de que por esa época la familia a que se refiere el famoso geógrafo francés no puede ser otra que la de los Pérez y que no vivía en valle alguno, sino en el propio Tiguabos, Limones o Limonar de Tiguabos o San Anselmo de Tiguabos eran ya un caserío cuando no existía el poblado de Guantánamo y las fiestas de su patrono San Anselmo eran famosas cuando el de Guantánamo era un caserío sin patrona y sin iglesia y se puede afirmar que la hacienda Santa Catalina fue un desprendimiento de Limones o Tiguabos.

Antes de 1840 la hacienda Santa Catalina, ya pueblo en su cabecera o sitio, era propiedad de los Pérez y en 1840 todo el asiento de la después ciudad de Guantánamo y sus puntos cercanos fue vendido por ellos. Aparece la venta por manzanas, solares, caballerías, para la edificación y el fomento.

Las nueve décimas partes de esas enajenaciones corresponden a los Pérez, en primer lugar Pedro Manuel y después Pedro María, Juan Bautista, Feliciana, Manuel de Jesús, Micaela, Agustín, Luis Francisco, Antonio, Fernando y Manuela. Frente a ellos quien más vende es Gaudencio Boti, en representación de la casa Arché y Co., tierras estas últimas adquiridas de otros antiguos propietarios.

Los Pérez aprovechando el sobreprecio que tenían en la población y sus cercanías vendieron, pero como al parecer no podían vivir sin la posesión de las tierras, compraron más adelante y así entre 1840 y 1868, comienzo de la Guerra de los Diez Años.

Fueron propiedad de los Pérez: Matabajo, Palma de San Juan, Hondones de Ponciano, Yateritas, Ocujal, Mayal, Lajas, Boquerón, Las Playas, Cacimbas, El Naranjo, Achotal, Jobito y Platanal. Por lo que afirma Regino E. Boti que en ese período de tiempo no hay un pedazo de tierra que no sea propiedad de los Pérez.

El historiador Gerardo Castellanos García resumiría de los Pérez: "Eran poderosos terratenientes. Valientes, corajudos, con ramalazos indios. Dominaban por su prosapia, por su arraigo, por la labor honda y fructífera en los campos y porque no se dejaban dominar [...]. Probablemente ninguna otra jurisdicción de Cuba ha producido con tan robusto desarrollo una estirpe igual a la de los Pérez con sus múltiples enlaces [...] raro es el sector [en Guantánamo] donde no campea un Pérez".

Miguel Pérez Céspedes.
Coronel de Voluntarios muerto por 
la partida de Guillermon Moncada.
De los defensores de la causa hispana el de más renombre lo fue Miguel Pérez y Céspedes. Nació en Tiguabos en 1800 y ya a los 17 años ingresó en el Cuerpo Disciplinado de Milicias de Santiago de Cuba y Bayamo.

Fiel a la tradición familiar iniciada en el siglo XVIII por Pedro Manuel Pérez Montoya, Teniente de Urbanos, quien conocido como Teniente Rey de los Indios.

Fue implacable en la persecución de los palenques de cimarrones, Miguel Pérez lo fue igualmente en su época en la destrucción de cuantos de éstos refugios de esclavos había en zona guantanamera. Por esos tristes méritos al inicio de la Guerra de 1868 ostentaba el grado de Capitán de Partida.

El gobierno español conocedor de sus dotes militares le facilitó el presupuesto necesario para crear numerosas Cuadrillas o Escuadras en Guantánamo (1869), que así llamaban a los grupos guerrilleros, poniéndolas a las órdenes directas de sus hijos y sobrinos y todas subordinadas a él, quien recibió el grado de Comandante del Ejército Español.

Estas fuerzas nombradas oficialmente Cuadrillas de Indios de Santa Catalina del Guaso estaban integradas por indios de Baitiquirí y Caujerí, por delincuentes que hasta su ingreso huían de la justicia, vagos y por verdaderos mercenarios que peleaban por la paga que recibían y por el botín de las acciones de guerra. Para el historiador Juan Jerez Villarreal las componían 300 hombres en total.

Un historiador tan cubano y guantanamero como el ilustre poeta Regino E. Boti, tantas veces citado en estas páginas, tuvo sobre dicho contradictorio personaje palabras llenas de comprensión:

"Miguel Pérez y Céspedes era de buena presencia, alto, trigueño, pelo negro y bigote escaso. Era de carácter afable; y aunque sus ideas políticas no fueran las de sus hermanos en armas, no por eso hemos de dejar de reconocer sus méritos y su valor, mucho más cuando cada cual es libre de sustentar las ideas de sus simpatías y máxime cuando estas ideas, como en el caso de Pérez y Céspedes, se abrazan con sinceridad".8

Su importancia militar era tan valorada por los cubanos que cuando el Mayor General Máximo Gómez Báez dio las órdenes al entonces Comandante José Guillermo Moncada para iniciar la invasión de la imprescindible zona de Guantánamo, le expuso entre otras cosas: "Usted irá al mando de la vanguardia; nuestras fuerzas irán detrás y no olvide, que el aniquilamiento de Miguel Pérez es para nosotros cuestión vital".

LOS PEREZ PATRIOTAS

Por el contrario otros numerosos miembros de la familia van a luchar por la independencia de Cuba a partir de la Guerra Chiquita y entre ellos quien inscribió su nombre indeleblemente en nuestra historia, el Mayor General del Ejército Libertador Pedro Agustín Pérez y Pérez, el célebre Periquito Pérez.

Discutida personalidad, fue el más Pérez de todos los Pérez de Guantánamo. Nació en Tiguabos, cuna por excelencia de los Pérez, el 17 de abril de 1844, hijo de dos miembros de la familia, Eligio del Carmen Pérez y Pérez y Lucía Pérez y Céspedes, hermana de Miguel Pérez. 

Casó con una prima suya Juana Pérez Gutiérrez y su única hija Ruperta Pérez Pérez casó a su vez, con otro primo, José Francisco Pérez Pérez, que murió como un héroe en el combate de Jobito, cumpliendo riesgosa orden de su primo y suegro. Muy influido por la personalidad de su tío Miguel Pérez, Periquito fue nombrado por éste al frente de una de las Escuadras de Guantánamo desde los comienzos de la Guerra de los Diez Años. 

En los años finales de la contienda el futuro jefe mambí comprendió que la causa que defendía no podía ser la de un verdadero hijo de estas tierras y comenzó a buscar la ocasión más propicia para integrar las filas independentistas, a la par que muy cautelosamente trataba de convencer de sus nuevas ideas a los hombres de su tropa, los que sentían por él extraordinario cariño y respeto.

Su primo el Coronel Santos Pérez sospechando las intensiones de Periquito y queriéndolo mantener a toda costa fiel a la causa española, lo nombró jefe de la Comandancia Militar de Palma de San Juan, pero este ascenso, aceptado por el experimentado cuadrillero, no impidió que continuara sus actividades conspirativas.

Cada día más evidente su conducta, recibió de agentes españoles la calumniosa acusación de "dilapidación de haciendas", por lo que fue detenido y pudo salir en libertad gracias a que intercedió en su favor, ante las autoridades superiores, su tía Cecilia Ruiz, viuda de Miguel Pérez y madre de Santos Pérez.

Terminada la Guerra Grande y comenzados, menos de un año después, los preparativos para una nueva contienda bélica, Periquito recibió la falsa noticia de Santos Pérez, a quien creía en la conspiración, para que se alzara en Palma de San Juan que él lo haría en Guantánamo.

Engañado cumplió la orden y su pequeña tropa fue atacada y dispersa y él finalmente, llevado prisionero al castillo de El Morro de Santiago de Cuba. Su hermano Federico, compañero suyo en estos trajines revolucionarios, fue traidoramente asesinado en el monte.

Encerrado en una celda de la fortaleza, de manera increíble, se lanzó desde su única ventana al pararrayos del castillo, bajó de él por las fuerzas de sus brazos y se evadió atravesando las afiladas rocas que rodean la entonces sombría fortaleza. Y volvió a la guerra. El General de Brigada Guillermón Moncada, ejecutor de su tío, lo nombró Comandante.

Su actuación en la última de nuestras guerras independentistas contra España (1895-1898) fue extraordinariamente brillante, a raíz de los desembarcos Yankees. Protegió con sus fuerzas, después de sus desembarcos, así como las expediciones de Máximo Gómez y José Martí y de Antonio Maceo y con ello salvó la Revolución al decir del historiador y General de Brigada del Ejército Libertador Enrique Collazo Tejada.

Su entrada en Guantánamo, finalizada la guerra, fue apoteósica el 11 de octubre de 1898. Al siguiente año se le nombró Alcalde Municipal y por elección en 1900, primeros comicios electorales después de la derrota española. Reelegido en las elecciones del 1ro junio de 1901, esta vez por cuatro años, renuncia en 1903 y lo sustituye el Tesorero del Ayuntamiento, su antiguo jefe de Estado Mayor y amigo íntimo, Coronel Emilio Giró Odio.

Al comenzar la segunda intervención norteamericana en Cuba como consecuencia de la guerra civil de agosto de 1906, es destituido el Coronel Giró Odio y vuelve el General Periquito Pérez a la Alcaldía de Guantánamo hasta la toma de posesión, en enero de 1909, del candidato electo en los comicios de 1908, el Comandante Juan Martí Alayo, también de su Estado Mayor en la guerra. Su gobierno en la Alcaldía fue al decir de Lino D'ou "honrado y progresista".

A pesar del verdadero fanatismo que por él sentían los guantanameros y las grandes simpatías que tenía en toda la provincia, en las elecciones del 31 de diciembre de 1901 fue derrotado como candidato de la Coalición Masoista a Gobernador de la Provincia de Oriente por el General de División Francisco Sánchez Hechavarría, del Partido Nacional Coligado. También fue derrotado el General de Brigada Demetrio Castillo Duany, candidato del Partido Republicano.

Militó después en el Partido Liberal y como presidente de la Conjunción Patriótica en Guantánamo, que se había separado del Partido Liberal, apoyó la candidatura victoriosa del Mayor General Mario García-Menocal Deop y del sabio filósofo doctor Enrique José Varona y Pera, aspirantes a presidente y vicepresidente de la República respectivamente, por el Partido Conservador en las elecciones generales de 1912.

El último de los Pérez destacado nacionalmente lo fue el doctor Ángel Pérez-André López, hijo natural del Teniente Coronel Gonzalo Pérez André y de Julia López Fuentes, habanera. Nació en plena guerra independentista, en el barrio de Caimanera, Guantánamo, el 2 de agosto de 1897, pero fue inscripto en el Partido de Tiguabos, terminada ésta, el 3 de agosto de 1899 como Ángel Temístocles Pérez López.

Por certificación expedida por el Director de los Registros del Notariado de 11 de mayo de 1926 se le autorizó a adicionar a su apellido Pérez el de Andrés en plural, aunque tanto él como su padre siempre usaron el apellido André en singular. Se graduó en Farmacia en el Colegio Médico Quirúrgico de Philadelphia, Departamento de Farmacia, el 9 de junio de 1916.

Maldita Hemeroteca 

Condensado de "Los Pérez de Guantánamo"
Fuente: Boti Barreiro, Regino E. El 24 de febrero de 1895. Exposición critica de los más importantes estudios publicados hasta hoy sobre la fijación histórica del grito de independencia. Imp. El Siglo XX, La Habana, 1923.