La culpa es una emociĆ³n que se vive en silencio, se intenta evitar que la gente se entere del motivo por el cual nos sentimos culpables, sin embargo en otros casos prefieren confesarla, aceptarla e incluso aprender de ella, como parte de ese intento de "sanaciĆ³n" tan necesario. Una pena mal asimilada, puede hasta acabar con la vida de cualquiera.
"Lo cierto es que un dĆa mamĆ” nos reuniĆ³ a todos en el comedor de la casa, temerosa, todavĆa con el delantal sucio de la cocina que estrujaba entre sus dedos:
SĆ© que no es bueno arrastrar con la memoria, pero por esos misterios de los caminos, Antonio Oliva, nuestro abuelo paterno, habĆa estado en Dos RĆos, donde fue emboscado y rematado JosĆ© MartĆ. Fue Ć©l quien asestĆ³ el Ćŗltimo golpe a ese hombre pequeƱo de levita que gustaba de amar la poesĆa.
SĆ© que no es bueno arrastrar con la memoria, pero por esos misterios de los caminos, Antonio Oliva, nuestro abuelo paterno, habĆa estado en Dos RĆos, donde fue emboscado y rematado JosĆ© MartĆ. Fue Ć©l quien asestĆ³ el Ćŗltimo golpe a ese hombre pequeƱo de levita que gustaba de amar la poesĆa.
El que enseƱaba y practicaba que la libertad digna y Ćŗnica era Ć©sa donde el hombre no tenĆa que esconder sus palabras, ni frenar el vuelo de su filosofe; esa imagen mitad ternura y mitad guerrero, de Quijote caribeƱo, nuestra taza de cafĆ© maƱanero, enemigo irreconciliable del que humillaba al hombre por su raza, mitad palma, mitad mango y caimito".
AsĆ fue como el pintor Pedro Pablo Oliva, nieto del fusilero del segundo batallĆ³n espaƱol, Antonio Oliva, que por cierto, fue revocado como Delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular en Pinar del RĆo, conociĆ³ de su madre quien habĆa sido en realidad su controvertido abuelo.
"Debes imaginarte - dijo el pintor - cuĆ”n desgarrador es eso para un muchacho que va a una escuela, despuĆ©s de tantos aƱos, que ve el busto de MartĆ, que conoce la trascendencia de ese hombre para el paĆs, su pensamiento, su manera de sentir, su manera de ver el mundo, sus sentimientos hacia los demĆ”s, cuĆ”nto desgarra a un ser humano y a un niƱo mĆ”s, el saber que su abuelo, no una gente lejana, su abuelo directo, participĆ³ en eso.
Incluso, y no creemos que haya sido por esto, en mayo del 2011 le obligaron a cerrar su casa taller en su provincia, porque los que allĆ dirigen consideraron que el proyecto se habĆa "desviado de los objetivos culturales por los cuales habĆa sido fundado". Todos estos temas los ventilĆ³ en una carta que le enviĆ³ a la periodista Yoanis SĆ”nchez y que fue publicada en su sitio "14yMedio" y posteriormente en un artĆculo de "CafĆ© Fuerte" titulado: "Cuba no es el paĆs que soƱƩ", del 2011.
Pero regresando al tema que nos ocupa, Oliva tambiĆ©n hablĆ³ de este triste pasaje de nuestra historia en una otra entrevista a un programa radial miamense, donde ratificĆ³ que su abuelo no solo impactĆ³ con las balas de su rifle a JosĆ© MartĆ, si no que le rematĆ³ ademĆ”s:
Lo realmente inadmisible, lo sigue siendo, fue el error cometido por MĆ”ximo GĆ³mez, al permitir que el hombre que habĆa organizado aquel alzamiento se viera involucrado en un tiroteo de poca monta, una escaramuza que nada significaba desde el punto de vista estratĆ©gico. Incluso hasta contando con 200 hombres mĆ”s que se le habĆan unido al mando del general BartolomĆ© MasĆ³.
A Sandoval le fue concedida la Cruz de MarĆa Cristina por esta acciĆ³n. El 7 de diciembre de 1903 fue nombrado Gobernador Militar de Valencia, puesto que desempeĆ±Ć³ durante nueve aƱos en los que se ganĆ³ muchĆsimas simpatĆas, entre otras cosas por su interĆ©s en el ornato del edificio de CapitanĆa. Por ello, a iniciativa de los generales del parque, se le dio su nombre a ese tramo de acceso del cual habĆa impulsado su embellecimiento.
15-9-1988 |
“Le dispara y despuĆ©s lo remata, es decir, va despuĆ©s hasta su cuerpo y lo remata”. SegĆŗn artĆculo de la prensa Cubana, el prĆ”ctico de la columna de XimĆ©nez de Sandoval, Antonio Oliva, reconociĆ³ a MartĆ y le preguntĆ³:
¿Usted por aquĆ MartĆ, mientras le remataba de un tiro de su tercerola calibre once", el arma oficial de la caballerĆa de la guardia civil espaƱola. Eran las dos de la tarde. "Antes, como a las 9 y media de la maƱana, el cabo JosĆ© Rubio capturĆ³ a un tal Carlos ChacĆ³n, que confesĆ³ que habĆa ido a por vĆveres de parte de uno que llamaban "el presidente", y que la tropa tenĆa unos 600 hombres.
Por otro lado Cayetano MartĆ Arias, prĆ”ctico Cubano que contĆ³ su versiĆ³n de los hechos, dijo que cuando MartĆ apareciĆ³ revĆ³lver en mano ya se habĆa decretado el alto al fuego, y que si no le llegan a matar se hubiera metido dentro de las propias lĆnea enemigas.
Arias asegurĆ³ incluso, que si los EspaƱoles hubieran sabido que era MartĆ, hubieran preferido cogerlo preso como es lĆ³gico, mĆ”s que el coronel XimĆ©nez de Sandoval lo conocĆa perfectamente. Cuando el tal Oliva fue a celebrarlo con una botella de anĆs en la taberna de Jaime SĆ”nchez, el hombre que ayudĆ³ a confeccionar el sarcĆ³fago de cedro barato donde metieron el cadĆ”ver del apĆ³stol, dijo que celebraba el haberle dado muerte a un tal "MartĆnez" que, segĆŗn sus jefes, era un enemigo importante.
Por su parte el cabo Juan Trujillo, sanitario del segundo batallĆ³n peninsular, en unas declaraciones vertidas en 1902 dijo: "ObservĆ© que MartĆ se habĆa mordido la lengua. TenĆa tres disparos, uno en la garganta, otro en la regiĆ³n gĆ”strica y un tercero en la pierna. "El revolver de MartĆ con el culatĆn de nacar, se lo regalaron a Oliva". Sin embargo, el entonces coronel XimĆ©nez de Sandoval dijo que se lo habĆa dado al general Arsenio MartĆnez Campos.
Precisiones mĆ”s y menos, lo sucedido coincide bastante con lo declarado el 30 de enero de 1899 por el capitĆ”n Fernando Iglesias, jefe de la compaƱĆa espaƱola que sostuvo el peso del combate. Fue en una entrevista en el periĆ³dico "La DiscusiĆ³n", en la que dijo que Oliva disparĆ³ contra MartĆ al venir este cabalgando en su misma direcciĆ³n. Su propio nieto sostiene la versiĆ³n de que su abuelo se encontraba parapetado justo por donde venĆa el cabalgando el maestro, lo que prueba que MartĆ no sabĆa ni hacia donde iba.
Por ultimo en "CrĆ³nicas de la Guerra", de Rafael Guerrero, publicado en Barcelona en 1895, se hace un recuento de este hecho, basado en la opiniĆ³n de periodistas que cubrieron la noticia no exenta de imprecisiones. un total crĆ©dito. Por otro lado en el archivo personal del general BartolomĆ© MasĆ³, fueron extraĆdos en 1922 varios puntos interesantes por una comisiĆ³n de historia que fue creada por la Academia de Ciencias, y con el valor aƱadido de que muchos de ellos, protagonistas, aun vivĆan.
Solo agregar que Oliva, a juzgar por lo que dijo su propia hermana Olivia y su primo mambĆ Juan Eugenio Oliva al periĆ³dico "Patria", consiguiĆ³ embarcarse para EspaƱa. QuizĆ”s sintiĆ³ que nada bueno le deparaba por lo que habĆa hecho. Aun asĆ, los mentirosos compulsivos de la "mesa redonda Castrista" volvieron a repicar en el 2015 una vieja trola publicada en la revista Bohemia, donde se decĆa que lo habĆan ajusticiado a machetazos en Palmarito de Cauto, en Santiago de Cuba.
![]() |
Pintor Pedro Pablo Oliva, nieto del fusilero cubano. |
Lo realmente inadmisible, lo sigue siendo, fue el error cometido por MĆ”ximo GĆ³mez, al permitir que el hombre que habĆa organizado aquel alzamiento se viera involucrado en un tiroteo de poca monta, una escaramuza que nada significaba desde el punto de vista estratĆ©gico. Incluso hasta contando con 200 hombres mĆ”s que se le habĆan unido al mando del general BartolomĆ© MasĆ³.
Una carta del ya general JosĆ© XimĆ©nez de Sandoval remitida al albacea de MartĆ, Gonzalo de Quesada y ArĆ³stegui, fechada el 4 de septiembre de 1908 en Valencia, acusĆ³ a MĆ”ximo GĆ³mez de ser el Ćŗnico responsable de esa muerte: "Si un consejo de guerra le hubiera juzgado, asĆ lo habrĆa estimado, por no saberse imponer a MartĆ, y por atacar a ciegas y dejar hacer a sus subordinados cuanto les vino en ganas”.
Para los incrĆ©dulos que pudieran poner en duda el prestigio de este oficial, pueden remitirse a la carta que le enviĆ³ el dictador Fidel Castro a un familiar de este militar en EspaƱa, alabando la actitud honesta que siempre le caracterizĆ³. Tenga en cuenta que ademĆ”s de masĆ³n como MartĆ, Sandoval se habĆa criado desde pequeƱo en Pinar del RĆo, lugar donde el ejĆ©rcito habĆa asignado a su padre, que hasta acento de la zona tenĆa, lo que no quita que cumpliera con su deber.
Son muchas las teorĆas en torno a esta muerte, que puede incluso que MartĆ haya querido quitarse de encima ese "sambenito" de cobarde a como diera lugar. El mismo que le llevĆ³ incluso a retar a duelo en 1891 al general y jefe del ejercito en las Tunas, coronel Enrique Collazo Tejada, quien lo acusĆ³ de rehuir el peligro, adular a los emigrados e incluso, de servir doblemente a EspaƱa y a los Estados Unidos.
Maldita Hemeroteca
NOTA: En el momento de sepultar el cadĆ”ver de MartĆ, ningĆŗn cubano de los allĆ presente se atreviĆ³ a pronunciar palabra. Solo el coronel Sandoval, a modo de despedida, dijo:
![]() |
Coronel Sandoval |
Desde el momento que los espĆritus abandonan las materias, el Todopoderoso, apoderĆ”ndose de aquellos, los acoge con generoso perdĆ³n allĆ” en su seno; y nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo y dando a su cadĆ”ver cristiana sepultura que los muertos merecen. He dicho".