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ORIGENES SANTIAGUEROS DEL APELLIDO VINENT.


A lo largo de la historia, los apellidos se convirtieron en una herramienta para clasificar a las personas en grupos, ya sea por ocupación, lugar de origen, apadrinamiento, parentesco, adopción e, incluso, características físicas. 

Muchos de los apellidos modernos que se encuentran en el diccionario pueden trazar sus orígenes a Europa y América, y su escritura y terminaciones podrían haber evolucionado con el tiempo según patrones migratorios, matrimonios interraciales o, incluso, por simples errores humanos.

Como por ejemplo, Jiménez y Giménez, al no existir la letra J hasta hace muy poco como aquel que dice. Sin embargo, en este caso no existe duda ninguna de su autenticidad, porque está muy clara la procedencia de este apellido, del cual escogimos a Manuel Antonio de la Caridad de Ciria y Vinent Sánchez Gauna y Gola, por su vinculación habanera, en especial Marianao.

De inicio el apellido descendía de un complejo linaje nobiliario de procedencia catalana, que se había trasladado a Cuba a principios del siglo XIX y que está muy bien definido. El apellido Vinent, muy popular en cuba además porque fue el que llevó un notable lanzador de beisbol de los equipos de Santiago de Cuba, pertenecía a un noble y antiguo militar originario del Principado de Cataluña, que luego de pasar por las Islas Baleares se vino a Santiago de Cuba.

Braudilio Vinent
Fue por eso que Antonio Ciria y Vinent nació en Santiago de Cuba el 27 de septiembre de 1841, de ahí que le fuera muy fácil integrarse dentro de la nobleza cubana, como lo demuestra la actividad de sus familiares.

Su padre había sido capitán de las Milicias de Caballería en La Habana, llegando a alcanzar el grado de Coronel. Fue gentilhombre de Su Majestad, y Benemérito de la Patria Española. Contrajo matrimonio el seis de noviembre de 1816, con la cubana Ana María Feijoo de Sotomayor.

Pues su hijo, Don Manuel Ciria y Vinent, fue designado alcalde de Marianao durante los meses previos y muy difíciles del 1898. Esta designación fue hecha por el entonces capitan general de la isla Don Valeriano Weyler, que le situó al frente del ayuntamiento local, como alcalde en comisión, y además como comandante militar de la plaza marianense.

Sepa además que ante una España "enrabietada" por la pérdida de su mayor y más importante colonia tras la firma del Tratado de París de 1898, negó con fórmulas jurídicas el deseo y el derecho de los nacidos en Cuba que la habían apoyado durante la guerra de Independencia a seguir siendo ciudadanos españoles, y aquí incluya a miles de cubanos también, y por lo tanto a percibir sus sueldos ganados al servicio de España. Fue Vinent quien sacó la cara por ellos en las cortes.

Por este motivo, el marqués de Cervera se erigió en defensor de éstos, escribiendo un Manifiesto que remitió a la reina regente y a las Cortes en 1901, en el que proclama la identidad histórica y cultural compartida entre España y Cuba, y hacer posible la recuperación de sus derechos como antiguos ciudadanos españoles que decidieron seguir residiendo en la isla de Cuba.

Viudo de su primera esposa desde el 5 de septiembre de 1880, volvió a contraer matrimonio en segundas nupcias con otra cubana el 23 de septiembre de 1901, doña María de la Caridad de las Mercedes Feliciana Bulart de la Cruz Quintero. La defensa que hizo resultó más importante de lo que muchos creen , ya que muchos "Cubañoles" se vieron gravemente afectados moral y económicamente con la pérdida de sus ciudadanías.

Tal fue el caso de Julio Apezteguía y Tarafa, que incluso fue senador en las cortes por Santa Clara, habiendo nacido en Trinidad y trasladado a Cienfuegos donde fue dueño del ingenio “Constancia”, uno de los más florecientes de la última década del siglo XIX en Cuba, le fue negada en reiteradas ocasiones.

Doña Caridad Ciria y Vinent
No valió siquiera que poseyera el título nobiliario de marqués de Apezteguía en 1891, y la Grandeza de España en 1893. 

Sin embargo, las reclamaciones que hizo de todos sus bienes al haber perdido la nacionalidad española estando en New York, ni siquiera fueron respondidas, por lo que terminó muriendo arruinado en la ciudad de New York el 19 de abril de 1903.

Otro ejemplo fue el del coronel Matías Padilla y la situación en la que había quedado su viuda Cubana. Este militar había nacido en Cuba, sin embargo se encontraba en España cuando falleció repentinamente en noviembre de 1899, un mes después de dejar el mando de un regimiento de soldados en ese país. 

Evidentemente era español, como también lo era su viuda, la cubana María Ana Sánchez Griñán. Sin embargo cuando se le concedió a la Doña la pensión de viudedad por el tribunal Supremo de Guerra y Marina, la Dirección General de Clases Pasivas negó su pago, argumentando que había perdido el derecho a la nacionalidad española el día 11 de abril del mismo año en que se ratificó el Tratado de París.

Solo agregar que santiaguera fue también Doña María de la Caridad Ciria y Vinent, donde nació el tres de marzo de 1852. Casó con el entonces general del Ejército don Ignacio María de los Dolores (Las Palmas de Gan Canaria 1835-1905). Don Ignacio alcanzaría el empleo de Brigadier y obtuvo las cruces de Isabel la Católica y de Carlos III. Fue Gobernador de Santander (1879-1881), gobernador de Gran Canaria (1882-1891), gobernador de Tenerife (1891-1898) y Capitán General de las Islas Canarias en dos ocasiones entre 1901 y 1903. 

Resumiendo, que se puede decir con total seguridad, que de todos los Vinent que nacieron en Cuba desde 1840, Don Antonio Vinent y Gaola hacia adelante, eran Santiagueros por nacimiento, con lo cual usted puede apostar - casi al seguro - que uno de alquien perteneciente al árbol genealógico del pitcher santiaguero, fue esclavo / va de la dotación de algún miembro de esta familia.

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