En el otoño de 1793, cuando la Revolución en Francia se fracturó y la Guerra de la Primera Coalición (1792-1797) se descontroló, la Convención Nacional consideró necesario implantar un régimen de terror como orden del día, para poder erradicar a los conspiradores contrarrevolucionarios.
Esto condujo a la promulgación de la Ley de Sospechosos, que posibilitó la detención de entre trecientos mil y medio millón de ciudadanos en toda Francia. Se ejecutaron a 16.594 de estos "sospechosos" en un inicio, mientras que alrededor de diez mil murieron en prisión, y miles más fueron asesinados en diversas masacres organizadas en todo el país.
Se calcula que el número total de muertos durante los diez meses del Reinado del Terror oscila entre treinta y cincuenta mil personas. Luego de una marcada aceleración de las matanzas, un período de un mes conocido como el Gran Terror, la caída de Maximilien Robespierre (1758-1794), el 9 de termidor del año II según el calendario republicano o según el gregoriano el 27 de julio de 1794, llegó el fin del Terror y del dominio jacobino.
Luego de leer este breve relato del que fuera uno de los periodos mas espeluznantes y aberrantes de nuestra historia, sepa que esa fue la inspiración de un Fidel Castro cuando dijo en Marzo de 1954, “En Cuba hacen falta muchos Robespierres”. Digamos que este loco - que llevaba el terror en su ADN - lo encendió con su ideología y lo alimentó después con los temores que generó en su propio pueblo.
Y hablamos de un hombre que prometía acabar con todos los males de Francia, incluida la pena de muerte que, según él, consideraba "bárbara". En cambio, en solo tres años después asesinó a setecientas mil personas y en menos de una semana a mil quinientas. ¿Es que acaso quiere más inspiración que esta?.
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca
Fuente: Enciclopedia Mundial