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El fallecido presidente iraní Ebrahim Raisi y el "puesto a dedo" cubano Miguel Díaz Canel. // |
Ahora que el problema de Irán está en el "inside de la noticia", salen a relucir de nuevo las insólitas e inadmisibles prohibiciones de ese régimen. Los argumentos son variados, bien por que no están en armonía con los principios religiosos islámicos, o por tratarse de valores vulgares llegados del Occidente, o simplemente por que les da la gana a ellos de considerarlos como inmorales.
Para reprimirlas en este sentido, en la calle tienen a personas que analizan el cuerpo y la vestimenta de los viandantes. Se les llama “controladores de la moralidad", inspectores estatales que deciden si las mujeres o los hombres cumplen o no con el estricto código que el Estado impone.
En caso de detectar alguna "anormalidad", los castigos van desde fortísimas multas, la detención y el encarcelamiento incluso o aun peor, castigos corporales. Incluso las niñas, a partir de siete años, ya pasan a sufrir estos controles. Estos "agentes de la moral" tiene la facultad de detener a cualquiera persona que viole los preceptos, e incluso están dotados de "instrumentos" para comprobarlo a la fuerza si fuera necesario.
En el mejor de los casos esos jóvenes eran considerados como vagos, lumpen o antisociales, de manera que "la orden de combate" ya estuvo dada desde entonces. Métodos como untarles betún en el cabello de los que lo tenían largo, perseguirlos armados de tijeras para rasgar sus pantalones y las faldas demasiado cortas de las chicas, fueron el día a día.
SINTONÍA TOTAL
Claro, no son esos los tiempos que corren del otro lado del mundo en estos momentos. Sería ya el colmo, pero no olvidemos que en cuanto a la sintonía - a pesar de la diferencia religiosa - una vez la hubo en Cuba. Recordemos que en los años 60 y 70, digamos la etapa más dura del Castrismo, el régimen veía en la moda del rock and roll un grave peligro para "la gloria que se había vivido".
Nos "previno" de la música en ingles o del uso del pelo largo y los pantalones ajustados llamados "tubitos", tendencias estas que siendo la moda en el resto del mundo libre, en Cuba se persiguieron y no en forma de prédica precisamente. Aquellos "métodos de convencimiento" tenían de todo menos persuasión.
Lo más vergonzoso fue que, a diferencia del régimen Iraní, en la isla "los moralistas y los controladores del orden" eran los propios vecinos y compañeros de trabajo. Con el tiempo fueron ellos mismos, los del PCC, quienes comercializaban esas "prendas subversivas" en sus tiendas en dólares.
Ahí esta el caso de la joven manifestante Mayelín Rodríguez Prado, que por subir vídeos de las protestas en las que participó recibió la mayor de las condenas. ¡¡Quince años!!, que son los mismos que le endiñaron a Fidel Castro en 1953 cuando asaltó el cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y sus secuaces asesinaron a dieciocho soldados que lo custodiaban.
Y sí, es cierto que ha pasado mucho tiempo desde entonces. La religión que predomina en Cuba no es la musulmana gracias al dios cristiano y por tanto no es obligado el uso del Niyab, del Burka o del Chador, pero en consonancia a eso hay lo menos mil cien presos, casi todos jóvenes, que purgan condenas por hacer uso de su libre expresión que para el caso es lo mismo.
Y pensar que en el pasado la autonomía universitaria fue una molesta piedra en el zapato para tipos muy malos, malísimos, como Gerardo Machado y Fulgencio Batista....