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LA BRUTAL MUERTE DE RICARDO MARTINEZ

Tropas de la Guardia Rural en la zona del Wajay, durante los sucesos de 1906

En el salón de la fama del beisbol cubano hay un jugador del club Almendares de nombre Ricardo Martínez, que sus estadísticas indican que fue campeón de bateo en la temporada del 1896 - 1897 con un promedio ofensivo de .439.

En principio nos resultó raro este dato, toda vez que ese campeonato no se efectuó en Cuba debido a la guerra de independencia, mientras que el del 1897-98 se quedó a medias por ese mismo motivo, aunque en este caso el Habanista Valentín González fue declarado campeón con 394 al conectar trece hits en treinta y tres turnos.

En total fueron cuatro temporadas consecutivas las que se vieron afectadas por la guerra. De hecho, en el libro "Beisbol Cubano", de Gabino Delgado y Severio Nieto, los lideres de bateo con más de 400 puntos fueron sabiamente divididos según las veces al bate que tuvieron, apareciendo entonces Ricardo Martínez entre los que tuvieron menos de sesenta turnos, con lo cual el dato estaría correcto.

Dicho esto...

En un post publicado en el sitio "Swing Completo" en el año 2020, firmado por la periodista Kiara González, que además de su diatriba en contra del presidente Tomás Estrada Palma, nos llamó poderosamente la atención al asegurar que "una vez Martínez fue capturado por su posición rebelde, fue echado a una jauría de perros hambrientos".

¡Wow!!.
Hablamos ya del siglo XX

Así mismo aparece reflejado en decenas de fuentes más, donde todas detallan la manera dantesca como murió el pelotero en Arroyo Arenas, a raíz de formar parte del levantamiento armado como simpatizante del partido liberal en contra del presidente Palma en 1906, año que si hubo beisbol y el campeonato lo ganó el club Fé, capitaneado por Alberto Azcoy y donde el Almendarista Regino García resultó líder con .304.

Totalmente sorprendidos con esa afirmación, nos remitimos a las memorias del doctor y ex coronel mambí Orestes Ferrara, uno de los participantes en aquel levantamiento para intentar corroborar esta salvajada, sin embargo no encontramos nada. Es conocido que todos aquellos rebeldes que cayeron presos fueron indultados precisamente por el presidente Palma, que ya había solicitado previamente la intervención norteamericana para restituir el orden en el país.

-- ¿Qué pasó aquí entonces? ...
-- ¿Cómo fue capaz un gobierno supuestamente civilizado de cometer semejante barbarie?...

Otro de los que cayó en esa misma zona quebrantando un orden institucional al que evidentemente no estaba acostumbrado, fue el destituido general Quintín Banderas, alzado también con los liberales en la zona de la Laguna de Ariguanabo. Por ese motivo resultó muerto en la finca "El Garro" de Arroyo Arenas, propiedad del señor Manuel Silveira.

Y sobre este general, nos gustaría aprovechar para decir que no fue Estrada Palma precisamente quien le fulminó en vida como se ha dicho, fue el generalísimo Máximo Gómez. Sepa que el Dominicano lo sometió a un consejo de guerra por cometer indisciplinas y hechos muy reprobables. En ese consejo, celebrado el 28 de agosto de 1897, el general Banderas resultó degradado, incluso sabiendo Gómez lo que esa medida significaría para un hombre con casi 70 años sin preparación ni cultura, y de cara a una futura pensión.

Era tan amplio su prontuario, que hasta su compadre Antonio Maceo lo tuvo que meter preso en la finca "Manuelita", y destituirlo del cargo en la jefatura del regimiento de infantería de Oriente. Y pese que le dieron un "segundo aire" bajo el mando de Calixto García, fue nuevamente acusado de delitos muy graves como desobediencia, insubordinación, sedición e inmoralidad, pues se habló incluso de supuestas violaciones cometidas en la zona de Trinidad.

En cambio, Quintín Banderas aparece en el imaginario cubano como un héroe "vilmente asesinado" por esa constante narrativa en contra de la república, y en especial de Estrada Palma. Es a eso a lo que nos referimos. Y fíjese si es cierto, que aunque el crimen de Martínez haya sido tan barbárico, no podría ser ni comparado con la masacre de negros y mulatos que su mismo jefe alzado, el ex general Jose Miguel Gómez, ya en el poder como segundo presidente desde el 28 de enero de 1909, ordenó en la zona oriental, y curiosamente cuando se le alzaron a él en 1912.

No solo eso, el terrible precedente que sentó aquella rebelión, ya que esos mismos liberales "repitieron la dosis" en 1917 para impugnar un resultado electoral contra el mayor general Mario García Menocal y Deop. Pasó que esa vez no contaron que los americanos no apoyaron más sublevaciones en Cuba. Fue tan grave el ejemplo que dejó, que con los años se tradujo en la dictadura que hoy padecemos.

Tampoco pretendemos que la periodista tuviera que hacer el cuento completo, en un final solo se refería a la manera brutal como murió el jugador, quizás fue linchado por un grupo de sádicos por su cuenta y riesgo, pero en cambio se percibe esa intención hostil que aun nos persigue. No sé si conoce esta señorita que todos los alzados que tuvieron la suerte de quedar vivos en aquella "guerrita", fueron perdonados y marcharon tranquilamente a sus casas. Por tanto sí que hubo compasión, a pesar de lo que ella haya publicado. La que no hay hoy.

¿Que fue un crimen horrendo de haber sido cierto?, de eso no hay dudas, de hecho nos dejó perplejo. Sin embargo nos hubiera gustado preguntarle qué tipo de compasión se supone debió tener Estrada Palma con aquellos alzados en los momentos más difíciles. ¿Sería acaso la misma que debió tener Fulgencio Batista con los de la Sierra Maestra, o quizás pensará la reportera que la gravedad de un alzamiento anticonstitucional dependerá de quien lo protagonice o quien lo reprima?.

Hablar de compasión en estos casos resulta un tanto arriesgado, sobre todo cuando más de tres mil cubanos han sido fusilados, y más de mil seiscientos extrajudicialmente. Y sí, morir fusilado es una manera más digna y menos bárbara que mordido por perros hambrientos, pero todo dependerá del contexto. Recordemos que los sanguinarios paramilitares cometieron crímenes que ni Fulgencio Batista se enteró jamás.

Una prueba de como las narrativas van cogiendo sus distintos caminos, que en las acciones del Cano, Wajay y Arroyo Arenas, ya aquellos alzados le habían dado muerte antes a un oficial de la guardia rural, el teniente Roque, y se conoce también que el asesino fue el ex comandante Desiderio Piloto. Esto pudo haber sido el detonante de aquel bestial linchamiento de Quintín, e incluso del posterior desprecio hacia sus restos.

Todo indica que Ricardo Martínez aprendió a jugar beisbol en su estancia como estudiante en los EEUU, gracias a la posición social de una familia vinculada a la sacarocracia que lo sacó de cuba por precaución. Se dice que entre sus familiares estaban los dueños de los ingenios Esperanza, en la Isla de Pinos, y el Rosario en la localidad habanera de Aguacate.

Como dato diremos que fueron diecinueve peloteros los que estuvieron vinculados de una manera u otra en el ejercito libertador, y aunque aseguran que Martínez estuvo en el ultimo tramo de la campaña del 1895, no hemos sido capaces de encontrar ninguna acción combativa o ascenso a grado militar alguno, con lo cual su celebridad le viene de aquel alzamiento y horrendo fin.

Maldita Hemeroteca
Fuente: Ángel Torres. "Leyenda del beisbol cubano 1996"