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PAZ DEL ZANJÓN. NO FUE ASÍ COMO NOS LA CONTARON


En el manido relato histórico Cubano, aparecen los mambises rechazando la oferta pacifista del gobernador de Cuba en ese momento, general Arsenio Martínez Campos. 

Sin embargo, aquella histórica negociación conocida como "La paz de Zanjón", tuvo otra realidad bien distinta. Por poner un ejemplo, nos dibujaron a un general Antonio Maceo tan enérgico en aquella reunión del quince de marzo de 1878 en "Mangos de Baraguá", que poco faltó para que se peleara allí mismo con el capitán general a puñetazos. 

Total, hoy sabemos y aunque nos duela esa verdad, que fueron los propios cubanos precisamente los que dijeron basta. Fueron esos mambises los que llamaron al general Campos para reunirse en los predios del central Baraguá, buscando una solución a un conflicto que ya no tenía sentido seguir prolongándolo. 

Y es cierto que Maceo quería algo más, de hecho asistió a la reunión esperanzado de lograr algo más positivo que una mera paz encerrada en aquellos seis puntos que no satisfacían el ideal de la independencia, como por ejemplo la de otorgar la libertad a los esclavos pero no una abolición completa.

Martínez Campos les explicó que les había ofrecido la libertad de los esclavos que que se habían sumado a las huestes mambisas, entre otras cosas porque la del resto no estaba en sus manos y sí en las cortes Españolas, no obstante les dejó muy claro que en lo personal era partidario de una abolición de la esclavitud general y completa.

Campos
"El Pacificador"
Lo acordado en aquel pacto fue lo siguiente:


1- Capitulación incondicional de las fuerzas rebeldes cubanas ante el Ejército español.
2- Aceptar el debilitamiento y desmoralización de las tropas independentistas. (Lo cual era una verdad como un pino)
3- Reconocer al Gobierno español como máxima autoridad en Cuba.
4- Formar partidos políticos pero que no lucharan contra el poder Español.
5- Libertad solo para los esclavos que militaban en las filas mambisas.
6- Libertad de prensa y reunión mientras no se utilizaran para atacar a España.


Como se puede apreciar, era muy poco para el rebelde Oriente, pero suficiente para los demás que tampoco veían en este documento nada serio. De ahí que Maceo le interrumpiera la lectura y le espetó que no era necesario seguir leyendo lo acordado con el Camaguey y el resto de los pacificados, porque el Oriente no estaría de acuerdo con ese tipo de acuerdo.

En nuestra opinión, este era el punto, el antagonismo existente, y no tanto la propuesta de paz en sí misma. Martínez Campos le respondió que había asistido a esa reunión con la ilusión de concretar el acuerdo, pero que llegado a este punto no tenía nada mas que hablar. Sus palabras en ese momento, al menos que sepamos, no han sido citadas en los libros de historia: 

"Si me hubieran entendido señores, me hubieran ahorrado tener que venir hasta aquí a escuchar algo semejante".

Todo callaron, incluso Maceo, y fue el brigadier, masón y graduado en Barcelona de la carrera de medicina, Dr Félix Figueredo Díaz, que entonces fungía como jefe de Sanidad y mentor político del Titán, quien tomó la palabra ... 

Figueredo
"Nosotros lo que queremos es la Independencia", dijo de forma tajante y agregó.... "Nuestras fuerzas, al mando del aquí general Antonio Maceo, no estamos de acuerdo con lo que firmaron los Camagüeyanos y el resto de los cubanos, porque para nosotros los de ese comité, así como sus secuaces, han firmado algo sin contar con nosotros".

La realidad de aquella historia es menos romántica, sobre todo en relación a Maceo, ya que fue Martínez Campos quien le preguntó si reanudarían las hostilidades. Es más, Campos le preguntó, de manera cortés, para cuando pensaba hacerlo y Maceo le respondió que le daría ocho días de tregua.

Aún así, el general Campos dio la orden al general Camilo García Polavieja que cuando los cubanos atacaran no respondiera de inicio, en cambio que les gritara ..."no queremos guerra, queremos la paz, somos hermanos", pero la táctica acordada no cundió el efecto deseado.

Luego de algunas escaramuzas para quedar bien, al final el general Campos le permitió y facilitó a Maceo y otros jefes los medios para abordar un vapor español en Santiago de Cuba y marchar al extranjero. En fin, el resto de la historia es harto conocida, hasta que el apóstol José Martí no lo organizara todo desde el exilio de New York, Tampa, República Dominicana y Costa Rica, en lo que se conoció como la "Guerra Necesaria" en Cuba no se habló más de guerra.

Bueno sí, amen de la fracasada guerra chiquita que comenzó en el mes de agosto en la zona de la Rioja, en Holguín, que no consiguió otra cosa que derramar más sangre inútil por varios meses. Por cierto, igualmente lastrada por las incomprensiones y la falta de jefes militares, (en occidente fueron arrestados) así como los recursos suficientes porque casi nadie apoyó desde el exterior.

Y si no esta de acuerdo con esto, pues remítase a las palabras de Máximo Gómez para reflexionar y entender, que llegado a este punto no había más nada que hacer en esa isla militarmente hablando:

Gral Máximo Gómez
"Éramos solo un puñado porque unos se doblegaron a los pies de los amos y otros marcharon al extranjero y una revolución como la nuestra, que había llamado la atención en el extranjero por lo grande y sublime, se encontraba agonizando hasta que al fin murió y fue sepultada en Zanjón.

Sintámonos orgullosos los que peleamos en la guerra gloriosa del 68 donde combatimos con tesón y lealtad, y ahora, al terminar como terminó, marchemos al extranjero con nuestra bandera y con muy alta esperanza.".

Nunca se preguntó: ¿por que Gómez, Maceo, Vicente y tantos otros generales pasaron olímpicamente de esa guerra chiquita?. Al final el pacto del Zanjón se consumó, y llámelo humano, engañoso, atacado o defendido, como usted prefiera, resultó una realidad inevitable. 

Pese a todo, aquella protesta de "Mangos de Baraguá" quedará siempre como una pequeña muestra de rebeldía frente a la propuesta de paz española, y la incomprensión del resto de Cubanos sí, de los Cubanos, porque en las otras provincias tambien habitaban cubanos.

Maldita Hemeroteca 

Fuente: González Diego en "La nobles pasiones del 68". Academia de historia de Cuba, la Habana 1938.
Bibliografía : 
-Cuba, la lucha por la libertad de Hugh Thomas
-Camps Feliú, Francisco: Españoles e Insurrectos. Tercera edición. La Habana, año 1890.
-Casasús, Juan J. E.: La emigración cubana y la independencia de la patria. Editorial Lex. La Habana, 1953.
-Castellanos, Gerardo: Panorama histórico, ensayo de la Cronología Cubana 1492-1933. Tomos 1, 2 y3. Imprenta Uca-García, La Habana, año 1934.
-Castillo, José Rogelio: Autobiografía. La Habana.1923.

ANEXO 1: 
Fuerzas cubanas que sí aceptaron el Pacto

Tercer Cuerpo de Las Villas.

- El 28 de febrero de 1878 el Brigadier Francisco Jiménez Cortés, jefe de la 1ra División Villas Orientales, capitula con 245 hombres de tropa el en Ojo de Agua, cerca de Sancti Spiritus.

- El 18 de marzo de 1878 capitula el Mayor General Carlos Roloff, jefe del 3cer Cuerpo con el Brigadier Ángel Maestre Corrales, jefe de la 2da División Villas occidentales, y parte de la 1ra División, sumando 478 hombres.

2do Cuerpo Camagüey-Tunas

-Capitularon todas las fuerzas de la 1ra División Camagüey:

- El 28 de febrero de 1878 el Brigadier Gregorio Benítez, jefe de la 1ra División Camagüey, junto a los brigadieres Rafael Rodríguez Agüero, Manuel Suárez Delgado y Gabriel González Galbán, capitulan con un total de 400 hombres armados en la capital Puerto Príncipe.

- Mayor General Máximo Gómez, ex miembro de la Cámara. Salió al exilio el 6 de marzo.

1er Cuerpo Oriente

- Capitularon una parte de la 1ra División de Bayamo:

De la 2da Brigada de Bayamo:

- El 6 de marzo de 1878 el Mayor General Modesto Díaz, jefe del 1er Cuerpo Oriente, junto al brigadier Juan Fernández Ruz, coroneles Bartolomé Masó, Mariano Domínguez y Francisco Guevara de la brigada Bayamo, capitulan con 60 hombres el 6 de marzo en Yara

- El 6 de marzo de 1878 el Mayor General Luis Figueredo, jefe de la 1ra División Bayamo, capitula con 110 soldados en Yara.

De la 1ra Brigada "Cuba" :

- Los coroneles Benjamín Ramírez, Jacinto Durán, Ismael Céspedes y Matías Vega Alemán lo hacen en Guisa.

- El comandante y doctor José Enrique Collado con las fuerzas del Cantón Independiente, capitulan en Holguín.

- Los capitulados hasta abril de 1878 ascendieron a 11 generales, 127 jefes, 426 oficiales, 5887 de tropa y 3567 individuos de sus familias.

Fuerzas cubanas que no aceptaron.

3er Cuerpo (Las Villas). 

-Prácticamente rendido en casi su totalidad, solo se hallaba en pie de lucha el Coronel Ramón Leocadio Bonachea con fuerzas en la región de la trocha Júcaro - Morón.

2do Cuerpo Camagüey - Tunas

-Permanecía el Mayor general Vicente García González, jefe de este cuerpo, con las fuerzas de la 2da División Tunas.

1er Cuerpo Oriente

- De la 1ra División Bayamo, permanecen fieles las fuerzas correspondientes

- 2da Brigada Bayamo: 

Solo la representaban los capitanes Gabriel Liens Cabrera, Joaquín Meriño, Francisco Estrada Estrada, Alejo Macareño y Andrés Saturnino Bazán entre otros.

- 1ra Brigada Cuba: 

El Coronel Leonardo Mármol, jefe de la disminuida 1ra Brigada Cuba, junto al coronel Flor Crombet.

La 2da División Guantánamo no tuvo afectaciones: 

Mayor general Antonio Maceo, jefe de la 2da División Guantánamo, lo apoyaban el coronel Arcadio Leyte Vidal, de la 1ra Brigada Holguín Oriental, y el coronel Silverio del Prado, de la 2da Brigada Guantánamo.


ANEXO 2: Maceo después del Pacto 


Tras la firma de la paz, Antonio Maceo salió de Cuba a cumplir un exilio forzoso. En ese ir y venir, que lo llevó a varias naciones latinoamericanas, entre ellas Jamaica, Honduras, Costa Rica, Perú y Panamá, se trasladó además a los Estados Unidos de Norteamérica donde debió realizar diferentes actividades para poder sobrevivir a la penosa situación, y contribuir así a la manutención de su familia.

Finalmente se radicó en Costa Rica (desde febrero de 1891 a marzo de 1895), en la provincia de Guanacaste, donde el presidente de esa nación le asignó labores de organización militar y una pequeña finca para residir. (Algunas fuentes aseguran que fue Maceo quien la adquirió mediante sus ahorros.)