.

EULALIA: BORBONA, MEDIA MAMBISA Y ADELANTADA DEL FEMINISMO

María Eulalia Francisca de Asís Margarita Roberta Isabel Francisca de Paula Cristina María de la Piedad. Mejor conocida como Eulalia de Borbón. // 

Eulalia de Borbón era la hija más pequeña de la (supuesta) relación entre Isabel II y su marido Francisco de Asís de Borbón. Gran parte de su infancia la vivió en el exilio, ya que cuando solo contaba con cuatro años de edad, la llamada Revolución Gloriosa de 1868 expulsó a su madre y a toda su familia de España.

En 1886, Eulalia de Borbón decide casarse con su primo, Antonio de Orleans, cuando apenas tenía veintidós años de edad. Durante el matrimonio tuvieron dos hijos y un tercero que nació muerto. Como consecuencia de su periplo por Europa, llegó a dominar el francés, inglés, alemán e italiano. Sin embargo no tardó mucho en tener problemas conyugales,  de manera que la relación desemboca en un divorcio.

Este divorcio tuvo mucho impacto en la corte española, en ese momento muy conservadora. Y tanto, que era la primera mujer de la familia real que se divorciaba, de manera que perdió muchos favores de la familia. Ya totalmente independiente, Eulalia empieza a viajar al extranjero y, a partir de este momento, se convirtió en una viajera empedernida que no dejó de causar polémica. 

Lo que queda de su otrora castillo manchego de Saelices, en Cuenca, Castilla la Mancha.

Así, por ejemplo, inició un viaje a la Habana en 1893, siendo ella la primera de la casa real española en visitar la capital cubana. No hubo otra visita real hasta pasados 126 años, cuando el recién nombrado rey Felipe y la reina Letizia hicieran el suyo en el 2019. 

"No puedes figurarte hasta qué punto La Habana y yo formamos un solo cuerpo y un solo pensamiento", escribió Eulalia a su madre, la reina Isabel II, sobre su estancia en la antigua villa que describió -"calor aparte"- como una "ciudad única, espléndida, galante", hecha a la elegancia europea y al señorío criollo".

Para más polémica, se bajó del barco en la Habana vistiendo un traje con los tres colores de la entonces rebelde y proscrita bandera criolla, blanco, rojo y azul. De hecho, las memorias de aquel viaje describieron aquel atuendo como "El vestido insurrecto". Al respecto dijo: 

"Cuando llegué al Palacio del Capitán General -construcción de purísimo estilo colonial que me sorprendió por su severo lujo- tuve que cambiarme aquel traje díscolo, revolucionario e inquietante, que me estaba vedado de usar en Cuba".

Estando en Cuba, una de las escalas de su viaje hacia los Estados Unidos donde había sido invitada por el presidente Stephen Grover Cleveland a visitar la exposición universal que se celebraba ese año en Chicago con motivo del IV centenario del descubrimiento de América, se convirtió en una ferviente defensora de la causa independentista mambisa.

Imagine semejante posición, cuando su familia era la que reinaba en España y la isla caribeña era su principal colonia en ese momento. Dos años más tarde estallaría la llamada "Guerra Necesaria", organizada por José Martí en 1895, que terminaría con la victoria de Estados Unidos y la salida de España de Cuba, de Puerto Rico, Guam y las Filipinas. 

Sobre el final de su periplo por Cuba, Eulalia de Borbón dejó escrito esto: 

"Al partir, mi corazón se ha apretado como si nunca más tuviera que volver a pisar esta tierra tan fecunda, este país encantador donde los sentimientos son tan vivaces como las plantas y los árboles. Me ha parecido que dejaba detrás de mí algo de mí misma". 

Por cierto, sería bueno señalar que no solo fue Eulalia. Antes de Felipe VI y la reina Letizia llegaran a Cuba en 2019, también había estado el que fuera príncipe de Asturias y heredero al trono, Alfonso de Borbón y Battenberg, aunque para entonces había renunciado a la corona por amor a la cubana Edelmira Sampedro y Robato, con la que contrajo un breve matrimonio.

La infanta que desafió a Alfonso XIII
Pionera Feminista 

Mientras estaba en París en 1911 Eulalia publica un libro donde apoya claramente el divorcio, y el derecho a la mujer de ser independiente del hombre. 

Esto enfadó tanto a su sobrino Alfonso XIII que la condenó al exilio durante diez años, cuestión que aprovechó para seguir viajando por el mundo y adquirir mucha más cultura e independencia.

Visitó países tan dispares como Estados Unidos, Noruega, Alemania e incluso Rusia. En estos viajes tuvo relaciones con las más importantes familias reales y personalidades de aquella Europa. Con algunos de ellos parece que tuvo relaciones incluso, que se dijo fueron escondidas para evitar escándalos.

Sin duda fue una chica indómita, contestataria y rebelde para su época, y lo siguió siendo hasta que le llegó la muerte. De hecho, acabó viviendo sus últimos años en la ciudad de Irun, frontera de la ciudad vasca de Guipúzcoa con Francia, contando con un permiso especial del caudillo gallego Francisco Franco y Bahamonde. 

Maldita Hemeroteca