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| Librería La Moderna Poesía en la Habana Vieja. // |
Esta librería era propiedad del Orensano José López Rodriguez, conocido como "O Pote", (El Pote) natural de Santo Tomé de Maside, en Ourense, zona prodiga en aguas termales.
Este Orensano llegó a Cuba siendo analfabeto, y con los años llegó a dirigir el banco Nacional de Cuba, con depósitos por 190 millones de pesos, la Compañía Nacional de Azúcares y ser uno de los hombres más ricos de la isla, antes de terminar su vida en 1921.
La historia recoge al joven gallego con una carretilla recorriendo toda la habana y comprando libros viejos, revistas y periódicos, y cuando se enteraba del fallecimiento de algún personaje destacado que tuviera en su poder una biblioteca famosa, enseguida intentaba comprársela a sus herederos.
Fue su propietario de la Moderna Poesía desde el 1890, tras contraer matrimonio con la paisana suya, Ana Luísa Serrano, dueña de la primigenia librería en la calle Obispo y esquina a Bernaza, una de las pocas mujeres empresarias y dueñas en la Habana por esos años. Luego Pote se encargó de expandir en sus servicios hasta convertirla en la más famosa de Cuba.PASO A PASO...
Siendo ya propietario de varios locales en febrero de la calle Obispo, concretamente los No 13 y No135, 1900 Pote solicita una licencia a la Alcaldía Municipal para construir una casa en el solar correspondiente, sin embargo dicha licencia caducó al no acometerse las obras.
Lo poco que se edificó, fue demolido por ordenes del gobierno. Se comenta además que fue muy amigo del mayor general de la guerra de independencia, y segundo presidente de la republica, José Miguel Gómez. Gracias a su amistad con el general mambí, Pote consiguió en 1909 un contrato en exclusiva para imprimir los billetes de la Lotería Nacional.
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| Edificio López Serrano en calle 13 y J, en el Vedado. |
Con este negocio ganó tanto dinero, que el mismo Gómez le concedió la licencia de obras para la construcción del conocido puente de hierro sobre el río Almendares. No solo eso, llegó a comprar una participación del J. P. Morgan que le permitió proseguir con su expansión y, además, amasar la nada despreciable fortuna de 194 millones tras adueñarse de ciento veintiún sucursales en Cuba. Casi nada.
Por cierto, en esa casa había vivido en 1900 el primer embajador chino en Cuba, el señor Lia Ngang Taoy, quien a su vez se la había comprado al coronel del ejercito libertador Charles Hernández Sandrino, expedicionario del vapor Three Friends y gran colaborador de José Martí, que entre 1906 y 1920 ocupó el cargo de director de Correos y Comunicaciones, y secretario de gobernación durante el mandato del mayor general Mario García Menocal.
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| En la ruina total |
Y como el cuento siempre termina de la misma manera, o sea "chirrín chirrán, con la llegada de los Castristas en 1959 el edificio fue intervenido y fue utilizado por diferentes entidades vinculadas al ramo. Y aunque en 1983 se le acometió una importante remodelación, al menos hasta hace dos años seguía presentando un penoso y preocupante estado de abandono. Tal y como esta todo el país, ni mas ni menos.
Maldita Hemeroteca.

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