martes, 26 de septiembre de 2023

Evans y su denuncia Machadista: ¿Quien le pone el cascabel al gato?

El fotógrafo Walker Evans fue un fotorreportero estadounidense que se hizo famoso por captar escenas cotidianas en distintos lugares durante la gran depresión de los años treinta, previos a la segunda guerra mundial.

Aquella gran depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se transmitieron como una epidemia. Se vio afectada la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios y la republica de Cuba - por supuesto - no escapó a esta hecatombe económica.

Pues a la Habana se fue Evans, pleno periodo del presidente Gerardo Machado y Morales, entre los meses de mayo y junio de 1933. Entre las fotos que hizo, hubo varias que reflejaban los vaivenes político que se vivían en ese momento, en una isla sumida en esta profunda crisis no solo económica, si no también política. Temeroso de que el gobierno le confiscara las fotos, Evans se regresa a EEUU y allí, un radical de izquierdas como Carleton Beals, publicó un libro con 31 de aquellas imágenes. 





Sin embargo, no fue hasta el año 2002 que se dan a conocer las que estaban relacionadas con Cuba y que Evans había confiado a su amigo, el escritor y premio nobel de literatura Ernest Hemingway, su anfitrión durante aquella visita. Estas fotos aparecen en en libro titulado "The Crime of Cuba",  publicado ese año 1933. 

En la muestra aparecen imágenes de escaparates urbanos, la abundante oferta callejera de productos frescos, los balcones decorativos de las casas antiguas, los vetustos carros y carruajes tirados por caballo y, sobre todo, la imagen del cubano de a pie, desde la extracción social más humilde, hasta los posibles "delatores o porristas" al servicio del gobierno de turno.




Con un enfoque izquierdista, sobrio, carente de emociones y libre de artificios, Evans reflejó los efectos que ocasionó aquella depresión en el pueblo Cubano, y lo mismo hizo con sus efectos en los Estados Unidos, de manera que su catálogo se convierte en uno de los documentos más importantes del siglo XX en este sentido.

El presidente Gerardo Machado, un ex mayor general de la guerra de independencia, había sido elegido en 1925 con una abrumadora mayoría, pero para 1933 la opinión pública se había vuelto en su contra, debido a la represión violenta que ejerció en contra de sus opositores políticos, estudiantes, la prensa y, sobre todo, contra los más radicales y/o comunistas.

Y es curioso, ya que Machado fue uno de los presidentes que más hizo por Cuba. Su gobierno, caracterizado por reducir las importaciones, alcanzó grandes mejoras de tipo económico. Ahí está su obra, de como transformó industrialmente el azúcar, incrementó la recaudación fiscal, y precisamente con esa plata materializó grandes obras como la carretera central, el capitolio nacional, la avenida de las Misiones, remodeló la calle Prado e inauguró el hotel Presidente, entre muchas otras.





Edificó la escalinata de la Universidad de la Habana, la escuela de ingenieros, el palacio presidencial, el monumento al Maine, el parque de La Fraternidad, el centro Asturiano o los acueductos y alcantarillados de varias provincias. Se nos escapan algunas, pero a modo de resumen y según los datos, su gobierno creó mas de 700 obras valoradas en 300 millones de pesos. 

Otra cosa es que el Cubano, que por lo general tiene muy mala memoria, le haya querido cobrar las consecuencias de una devastadora crisis económica mundial, que en Cuba se tradujo en una vorágine de interminables huelgas, intentos insurreccionales y, sobre todo, en múltiples atentados y sabotajes a los que respondió con mano dura, incluso con el asesinato político. 

Y no solo de parte de la izquierda como la de Antonio Guiteras o los terroristas radicales del ABC, también de núcleos derechistas como la “Unión Nacionalista” dirigida por el ex presidente liberalista, exiliado y encima comprovinciano, Carlos Mendieta Montefur. Como se suele decir, ahí están los hechos y sus consecuencias pero ....¿Quién le pone el cascabel al gato?. 

Maldita Hemeroteca. 

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