martes, 26 de septiembre de 2023

Capítulos oscuros de la guerra de Independencia


El ejercito libertador cubano sufrió constantemente situaciones adversas y de diversas causas, y entre ellas estuvo el racismo imperante entre los conservadores blancos que integraron aquel movimiento independentista del siglo XIX.

En marzo de 1878, el general Antonio Maceo y otros líderes rechazaron la paz de Zanjón, sin embargo terminaron por claudicar cuando fracasaron en reunir fuerzas y recursos, tanto fuera como dentro de Cuba, entre otras cosas porque muchos cubanos que habían salido forzados al exilio le "cerraron la puerta". Por otro lado, y dentro de aquella "guerra de razas", el general Calixto García fue quien impidió que Maceo encabezase su expedición y tomase el mando de Oriente, evitando con ello el protagonismo de los rebeldes de la piel negra. 

Desorganizados por el servicio de espionaje español, por la represión y careciendo del apoyo de los exiliados cubanos, los pocos insurgentes orientales terminaron por rendirse al ejército español. De manera que no hay ninguna duda que el racismo, entre estas otras causas, jugó también su papel en aquella segunda intentona desatada prematuramente en agosto de 1879, y que nueve meses después fracasó con una nueva rendición de las fuerzas rebeldes. 

En carta de José Martí dirigida a Antonio Maceo, fechada el 20 de julio de 1882, le dice lo siguiente: 

«No tengo tiempo de decirle, General, como a mis ojos no está el problema cubano en la solución política, sino en la social, y como ésta no puede lograrse sino con aquel amor y perdón mutuos de una y otra raza, y aquella prudencia siempre digna y siempre generosa y que sé que su altivo y noble corazón está animado. Para mi es un criminal el que promueva en Cuba odios, o se aproveche de los que existen, Y otro criminal él que pretenda sofocar las aspiraciones legítimas a la vida de una raza buena y prudente que ha sido ya bastante desgraciada».

Gómez vs Maceo:

El tercero y último levantamiento insurgente empezó el 24 de febrero de 1895, pero fue plenamente exitosa sólo en Oriente, región con una significativa población de ascendencia africana y una tradición de lucha contra España donde la influencia de Maceo era dominante.

Cuando José Martí se unió con Máximo Gómez en Montecristi con el propósito de invadir a Cuba, la tarea de Maceo era de hacer lo mismo con otro grupo de exiliados desde Costa Rica. Para esa expedición Maceo solicitó más fondos de los que Martí distribuyó, lo que motivó que el apóstol le diera "carta blanca" al general Flor Crombet con una mucho más barata, lo cual lastimó profundamente al bravo lugarteniente general.

De hecho el famoso duelo a muerte entre Crombet y Maceo, pactado una vez hubiera acabado la guerra, fue fruto de estos mismos encontronazos dialécticos. En la reunión del 16 de julio en Kingston en la cual Maceo opinó necesario posponer los planes y reorganizar el movimiento, y de inmediato recibió fortísimas criticas y hasta insinuaciones de "cobarde" se dejaron escuchar. Se dijo incluso por testigos de aquel hecho, que Máximo Gómez no hizo ni el más mínimo intento por impedir el duelo, aunque fueron llamados al orden y al sentido común por los allí presentes. 

Es más, Gómez le escribió una carta a la Sra. Limonta, la dueña de un hostal donde Maceo y otros cubanos pernoctaron por unos días a la espera de la invasión a Cuba, donde le dice que él no se responsabiliza por el cobro de los gastos ocasionados, delegando en el propio Maceo la responsabilidad, sabiendo incluso que su situación económica no era la mejor.

En una carta fechada el 31 de agosto de 1886, Antonio Maceo le aclara, más bien le advierte, a Máximo Gómez esto:

 “[…] suplícole no confunda la causa con nuestras personalidades.”. 

Fueron publicados varios intercambio de citas y cartas entre Antonio Maceo y Máximo Gómez, entre el 19 de agosto y 8 de septiembre de 1886, que son partes de una aguda, lamentable, pero interesante polémica y donde pueden extraerse algunas tan contundentes como éstas:

las intrigas llovían

.
- “A consideración, respeto y subordinación bien entendida nadie me gana.”

.- “Cuando aquí, allá y acullá le han visto mal, ¿quién ha sido el primero en levantar su voz? (para defenderlo).

.- “Mis amigos y (los) de Ud. saben que he influido con todos para sostenerlo en su puesto, y para conseguirlo me he negado a aceptar las indicaciones que en distintos sentidos me han hecho los que nunca han tenido fe en Ud. Y los que la han perdido por virtud de nuestras desgracias.”

.- “Para exigir respeto y consideraciones, es necesario empezar guardándolos. ¿Quería Ud. que le suplicara?. Eso es propio de los reptiles que lo roen a Ud. elogiando su vanidad.”

.- “Tanto debe Cuba a Ud., como Ud. a ella. Allí nos hemos conquistado amparo social, y por eso quiero se me respete; eso nada más quiero.”

.- “Yo tengo el valor moral de mis convicciones para decir con honrada franqueza lo que pienso.” 

.- “[...] todos tenemos el derecho de favorecer la causa de nuestras simpatías, y sobre todo, cuando es dentro de lo legalmente constituido.”

Leyendo esto, se entiende el porque Máximo Gómez reflejó en su Diario lo siguiente:

-“Se [ha] acrecentado en él [en Maceo] un amor propio mal entendido y quizás ha podido creerse que goza de inmunidades ante los intereses de la revolución – y de ahí su conducta altanera en asunto de poca monta.”; y lo califica de “hombre sin inteligencia política”, para finalizar su comentario con un “En el caso presente, y tratándose de Maceo, nada me queda esperar por este jefe que no sea una oposición a todo lo que yo disponga.”

En esta otra le señala de dictador sin ambages

(....) yo desearía, para mi país, un hombre que tenga la
virtud de redimir al pueblo cubano de la soberanía espa-
ñola, sin haber tiranizado a sus redimidos, y que no am-
bicione más fortuna que la conquistada por ese medio. El
que tal haga, llegará a la suprema gloria y completa dicha.

Nada más grande ni honroso para un mortal que inmorta-
lizar su nombre con la bendición de todo un pueblo; pero
desgraciadamente, las perfecciones humanas están muy
lejos de nosotros (...) pero yo, entre la tiranía española que
sufrimos y cualquiera otra que venga para destruir ésta,
estoy por la última; la acepto con todos sus horrores y consecuencias. El día después de nuestra independencia, repararemos las faltas e inconvenientes que ella deja tras de sí: remplacemos, pues, el gobierno español con la soberanía nacional de nuestro pueblo".

En un episodio aparentemente aislado ocurrido entre el mes de octubre y noviembre de 1885, y publicado en el "Tribuno", por el coronel Dr. Federico Incháustegui, se emiten los juicios de un tal Señor Lara (o Lanza) que Maceo calificó de calumniosos, y en su respuesta Maceo escribe lo siguiente: 

“Ahora bien, en cuanto a las impremeditadas frases que Ud. me dedica, debo hacerle observar, por si se ha olvidado de mi conducta pasada y presente, que mi reputación de caballero, de hombre de honor y honrado, es tan conocida en todo el mundo como bien definida en política, que hay un campo de honor para Ud. y para mí, yo voy a él. Lo demás que Ud. hace resaltar en su carta, queda contestado con el silencio que merece su contenido.”

Es muy probable que estas imputaciones no precisadas pero muy graves, hechas por el doctor Incháustegui contra Maceo, vengan de aquella actitud de Maceo del 13 de marzo de 1878 cuando el médico, entonces jefe de Sanidad de las fuerzas villareñas, decidió entrevistarse con él para explicarle el porqué se había aceptado en aquella zona la capitulación del Zanjón.

En 1886 el mayor general Serafín Sánchez también se hizo eco de estas acusaciones contra Maceo, al dedicarle declaraciones tan incómodas como estas por ejemplo: 

.- Que Maceo abandonó a sus fuerzas, después del Zanjón

.- Que Maceo ofendió a Martínez Freire, cuando éste advirtió de la inutilidad de los sacrificios para continuar la guerra;  una información que –según el propio Serafín- se la había dado Paquito Borrero, quien a su vez la escuchó decir a Francisco Pérez Garoz.

.- Que Maceo mandó a capitular desde Jamaica.

.- Que Maceo perdió tiempo en Jamaica cuando la Guerra Chiquita, que recogió 4 000 pesos en Santo Domingo y Haití y que, al cabo de once meses, recaló en Islas Turcas para fracasar en su intento de ir a Cuba.

.- Que cuando Maceo regresó de Santo Domingo a Puerto Plata, sabía ya de las presentaciones de Moncada, José y de sus fuerzas; de la rendición de Calixto y el embarque al extranjero de él (Serafín), Carrillo y Emilio Núñez.

.- Que así y todo, se fue a Islas Turcas donde dejó abandonados a sus hombres, que aún (en esa fecha del escrito) lo acusaban.

.- Que durante el Plan Gómez-Maceo recogió 14 000 pesos (luego lo eleva a 20 000).

.- Que cuando mandó a sus comisionados a Guantánamo y Santiago de Cuba, denunció sus planes a las autoridades españolas y por eso los capturaron.

.- Que cuando Gómez cayó preso en República Dominicana, Maceo tomó el mando sin que nadie se lo hubiera dado.

Estas declaraciones del prócer de las Villas llevaron toda una intención, aunque al final los hechos y la historia se han encargado de absolver al Titán de Bronce de semejantes acusaciones. 

No obstante dejamos para final las opiniones vertidas en su contra por el abogado Ignacio Belén Pérez, en una ardiente carta fechada el 29 de octubre de 1886 dirigida a Máximo Gómez, donde le dice cosas tan hirientes y feas como estas...

"Es un vanidoso, se cree “que va a ser rey, como si Cuba fuera Africa”, 

Lo acusó además de ser capaz de denunciar la expedición que se organice para ir a Cuba, por dinero, y hasta llega a decir:

“Yo no lo quiero ni de soldado raso"

Y en otra, el 6 de marzo de 1887, le insinuó a Gómez que el capitán de un buque español se esforzó, en una oportunidad, en hablar exclusivamente con Maceo, insinuando así algún tipo de traición o de espionaje por su parte. Al respecto no se corta un pelo al decir:

“Hay opinión de que se entendió con el gobierno español, vendió la expedición y mató la causa”, 

Y agregaba, según él, como prueba irrefutable:

“Vean su modo de vivir que dirá si cuenta con los recursos de no tiene porqué tener. Es un "hombre de odio, venganza y discordia; de ceguera absoluta, un enemigo de todo lo blanco en la Isla, que aspira a la presidencia de Cuba, lo cual sería la mayor calamidad de Cuba, mayor que el gobierno de España. Será buen guapo, pero no un general (...), que es lo mismo que decir es un guapo estúpido”, 

Y finaliza diciéndole a Gómez :
 
El gran negocio de Maceo es que Cuba jamás sea libre, para obtener dinero a cuenta de ir en expediciones y de otros servicios de semejante naturaleza; sólo le agrada la buena vida, y ya Cuba le dio cuanto pudo (él) quitarle."

Sería difícil enumerar la cantidad de rencillas, inquinas, antipatías, rencores e incluso manías personales, que existían entre aquellos hombres, y que deja claro que aquella manigua no era el jardín del Edén ni nada que se le parezca. 

La tesis de Manuel Sanguily apunta a que los problemas de disciplina, del localismo existente, entre el poder ejecutivo y el legislativo y por supuesto raciales, constituyeron la causa de que la lucha heroica que logró mantenerse diez años no terminara en una victoria.

Fuentes: Aline Helg. "Choque de ideas. Martí-Maceo", Universidad de Texas. // Fuentes de Internet. // Cuba y su Historia // Diarios de Campaña de Martí y Gómez. // "La mejorana" // Jorge Camacho, Universidad del sur de Carolina: "Racismo en la guerra de Cuba 1895-1898" // "El Separatista" de Eduardo López Bago. // Fuentes citadas en el mismo post.

 

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