LA IMAGEN


En el año 1925 comenzaron las obras del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra. Se construía el recinto que albergaría las funciones de ambas cámaras del Congreso de la República de Cuba, bajo la presidencia de Gerardo Machado.

Se dice que el Capitolio de La Habana es una réplica del Capitolio de Washington y que mide un metro más que el ya mencionado. La longitud de la construcción es de 207,44 m, y su composición arquitectónica y volumétrica se estructuró a partir de un cuerpo central compuesto por la escalinata monumental, de casi 36 m de ancho por 28 m de largo y un total de 56 peldaños interrumpidos por tres descansos intermedios. 

Hay una sala donde se encuentran las notas del Himno de Bayamo, el Escudo de la Palma Real, las banderas de los países de América Latina, los Estados Unidos de Norteamérica, España, Portugal y las palabras que pronunció el padre de la patria, Carlos Manuel de Céspedes, al ser elegido presidente de la República en Armas.

A ambos lados del desembarco de la gran escalera, se emplazan dos grupos escultóricos hechos en bronce por el artista italiano Angelo Zanelli, La Virtud Tutelar del Pueblo y El Trabajo, de 6,50 m de altura cada uno. 


La cúpula, de una altura de 92 m, fue en su momento la quinta más alta del mundo con un diámetro de 32 m. En el interior de este espacio se materializa el simbolismo arquitectónico en la imponente escultura de La República, situada bajo el domo, obra también de Zanelli.

Hay un espacio denominado la “Tumba del Mambí Desconocido” en donde, como su nombre indica, descansan los restos de un mambí rodeado por seis figuras que representan las provincias de la Isla en aquella época.

Fue hecha en bronce, con 15 m de altura y 30 T de peso, que en su momento fue también la segunda más grande del mundo bajo techo. A parte de contar con una gran biblioteca, este monumento también destaca por el Salón de los Pasos Perdidos, el más monumental de los espacios existentes en los edificios públicos del país, con casi 50 m de largo, 14,5 de ancho y casi 20 m de puntal. Se llama así pues cuando atraviesas el lugar, se escuchan valga la redundancia, pasos perdidos.

De todos los edificios emblemáticos que posee la maravillosa ciudad de La Habana, el Capitolio Nacional es, sin duda alguna, el emblema por excelencia de la nación.
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