Terroristas al amparo del Castrismo 3

Charlie Hill fue otro de los terroristas norteamericanos que se benefició del régimen Castrista durante 43 años

Charlie Hill es otro de los terroristas norteamericanos que se benefició del régimen Castrista durante 43 años. El FBI le requiere por haber asesinado a un oficial de policía en Nuevo México; y secuestrado un avión con dirección a La Habana. Hill, que ahora tiene 66 años, decidió hace unos años concederle una entrevista a CNN, después de haber pasado dos años tratando de contactarlo. 

Dijo que estaba considerando dejar su refugio seguro en Cuba y regresar a los Estados Unidos. Hay que decir que él tenía sus razones, pues mejor que nadie sabía que estando en Cuba, con Barack Obama en el poder en su país y bajándose los pantalones como lo hizo, ya no estaba tan seguro y que en cualquier momento podía convertirse en una "monedita de cambio" lo que pondría fin a su larga carrera de prófugo de la justicia. 

“Extraño a mi país”, dijo, con la voz quebrada. "Extraño a mi familia. Me gustaría volver y ver dónde nacieron mis abuelos, dónde yo nací, dónde fui a la secundaria, incluso a un McDonald's. Eso es natural”, aseguró este terrorista a la cadena norteamericana. Hill era un militante del poder negro que todavía admite ser un revolucionario. 

Fue en Nuevo México donde asesinó al policía, y en momentos de brindar esa entrevista, la entonces gobernadora del estado, la señora Susana Martínez, seguía pidiéndole a Washington su extradición. El 8 de noviembre de 1971, él y otros dos hombres, Michael Finney y Ralph Goodwin, fueron detenidos en la I-40 en las afueras de Albuquerque, Nuevo México. Los tres eran miembros de la "República de Nueva Áfrika", un grupo militante del poder negro que buscaba separar Luisiana, Misisipi, Alabama, Georgia y Carolina del Sur, del resto de la nación. Una locura. 

Terroristas Charlie Hill y Asatta Shakur entre los mas buscados por el FBI y que Cuba les dio cobijo. 

Iban camino de California cargados de armas para apoyar la causa. El oficial de policía del estado de Nuevo México, Robert Rosenbloom, detuvo su sedán, un Ford Galaxie alquilado, bajo sospecha de que había sido robado, ocasión que aprovecharon para asesinarle de un solo tiro en la garganta. El coche fue encontrado al día siguiente abandonado con tres rifles militares, una escopeta calibre 12, “literatura revolucionaria”, materiales para fabricar bombas y cientos de municiones. 

Durante 19 días se mantuvieron escondidos en el desierto de Nuevo México trabajando en un plan de escape, mientras 250 agentes de la ley les perseguían. 

“Tuvimos que exiliarnos, por eso secuestramos un avión”, dijo Hill. “No soy un asesino de policías. Soy un luchador por la libertad”, dijo Hill. “Soy un veterano de Vietnam y la gente nunca me pregunta si maté a vietnamitas porque eso fue autorizado por el gobierno estadounidense. Me dediqué a liberar a mi pueblo”. 

Consiguieron abordar un vuelo de la compañía TWA Flight 106 de Albuquerque, New México, y amenazaron a una asistente de con u cuchillo en la garganta, mientras que Michael Finney apuntaba con una pistola a los otros asistentes del vuelo. Los secuestradores ordenaron a la tripulación volar hacia África, pero al ser informados de que el avión no podía volar hasta tan lejos, cambiaron su destino. ¡¡Llévanos a Cuba!!, le dijeron al piloto amenazadoramente.


El trío de asesinos sabía perfectamente que con la dictadura Castrista tendrían una oportunidad de salvarse, al no existir ningún tratado de extradición entre ambos países, lo que no justificaba para nada esconder asesinos. También era cierto que a principio del triunfo de la revolución, EEUU dio cobijó a ex batistianos que huyeron del paredón castrista con las manos manchadas de sangre, pero en momentos en que las garantías judiciales que brindaban los tribunales revolucionarios eran prácticamente nulas. De hecho fueron pasados por las armas ciento de personas vinculadas al anterior régimen, y que en verdad no lo merecían.

 SU VIDA EN CUBA 

Hill, entonces el único del trío que quedaba vivo, (El FBI dijo que Ralph Goodwin se ahogó en 1973 y Michael Finney falleció de un cáncer de garganta en 2005) se casó y se divorció dos veces en la isla, y de esas relaciones nacieron dos hijos. Una de ellas se fue a los EEUU y ahora Hill tiene la friolera de 5 nietos en Estados Unidos.

Con una pensión de 10 dólares mensuales, Hill soñaba con regresar a su país de origen, pero antes necesitaba negociar su rendición. En su caso, en vez del islam lo que abrazó fue la religión yoruba donde llegó a babalawo, aunque aún no ha encontrado la paz según dice. En 1996, el entonces representante de Nuevo México, Bill Richardson, viajó a Cuba para discutir su extradición con Fidel Castro. 

“Hablé con Fidel y me dijo: ‘...De ninguna manera, bajo ninguna circunstancia los entregaría, son fugitivos legítimos”. Me dejó ver incluso de que no solo no se me permitiría traerlo de vuelta, sino que tampoco se me permitiría hablar con él”. 

Por su parte Hill asegura que le da igual si el gobierno cubano decide enviarlo a los EEUU. "Bastante hicieron con brindarme protección. Ese es un sacrificio que tengo que pagar", dijo. Por su parte el entonces jefe de policía de Nuevo México, Pete Kassetas, dijo a CNN que le agradaba la noticia de la posible rendición de Hill, ya que como hicieron otros, también sopesaba seriamente la posibilidad de un regreso y enfrentarse a las leyes. 

“Entiendo que el ambiente social era muy diferente en 1971 de lo que es hoy. Lo aliento a regresar para enfrentar los cargos en su contra a nivel estatal y federal ,y poner fin a su exilio autoimpuesto en Cuba”, dijo entonces representante por New México, 

Este Charlie Hill es otra de las razones suficientes para mantener una línea dura contra el gobierno de Raúl Castro y el presidente de paja Díaz Canel, y seguir teniendo a Cuba en la "ilustre lista" del Departamento de Estado como país que protege el terrorismo, es una prueba.

Maldita Hemeroteca. 
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