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JULIAN GRIMAU: EL ASESINO QUE FIDEL CASTRO CONVIRTIÓ EN MÁRTIR.

El entonces Presidente de Galicia Manuel Fraga del PP, invitado de honor del tirano Fidel Castro quien le probablemente le haya ocultado la cantidad de lugares en Cuba que llevaban, y aun llevan, el nombre de ese peligroso y despiadado comunista

En Cuba hay un nombre que resulta bastante familiar para los Cubanos, Julian Grimau. Y podría pensarse que se trata de un personaje de la revolución Castrista o algo así, pero no. En cambio allá en la isla, lo mismo un policlínico, una escuela e incluso un poblado en la zona oriental de las Tunas, llevan su nombre. ¿Pero quien fue en realidad este individuo?

Resulta que no era cubano si no Español, (Madrid 18 de febrero de 1911). Fue un ferviente comunista y represor, y como no podía ser de otra manera venerado por el Castrismo. En Cuba estuvo viviendo siete años cuando salió huyendo del triunfo Franquista en la guerra civil. Luego se fue para México, nido de comunistas por aquellos años, y ya en Praga, la capital de la entonces Checoslovaquía, lo proponen para el comité central del partido comunista español en 1954. 

Este señor, un alumno aventajado del estalinismo ruso y de sus métodos represivos del KGB, estuvo al frente de la brigada de investigación criminal de Madrid, que desde finales de 1937, y a lo largo del resto de la Guerra Civil, se convirtió en el azote de trotkistas y de los llamados quinta columnistas, y se le señala de implacable represor con los izquierdistas del partido obrero unificado marxista, el POUM.

Julian Grimau era jefe de la brigada criminal del partido comunista Español en Madrid. 

Su labor como responsable de seguridad se alterna con la de interrogador, y al parecer en esta faceta fue un connotado y eficiente torturador. Se asegura que fue testigo de cargo en docenas de procedimientos, según lo cuenta Emilio Romero en su libro "Los Papeles reservados".

Todos ellos, según dice este autor, acabaron siendo torturados en la tenebrosa «checa» instalada en la Plaza de Berenguer el Grande de Barcelona, o fusilados en los fosos del castillo de Santa Elena en la fortaleza de Montjuich. Y créame que la lista es larga y no pocas mujeres.

En ese tiempo el comunista Santiago Carrillo era el encargado del orden público en España. Métodos de asfixia, electricidad en testículos, soplete en los pies, simulación de fusilamiento, celdas tapiadas "tipo leoneras", nada escapaba supuestamente al arsenal de métodos de este connotado asesino y verdugo.

Junto a su padre escapó al exilio salió para el exilio, permaneciendo en un campo de internamiento hasta noviembre de 1939, año en que embarcaron en Burdeos en el barco Lasalle, que transportaba un millar de refugiados a la República de Santo Domingo. De ahí se trasladó a Cuba, donde permaneció siete años realizando actividades políticas con el PCC Cubano.

Regresó a España y fue detenido en un autobús madrileño por miembros de la Brigada Político-Social entre el siete y el ocho de noviembre de 1962, se encontraba clandestino y utilizando el nombre falso de Emilio Fernández Gil. Había llegado la hora de la venganza para el dictador Francisco Franco. Especialistas en organizar campañas, la izquierda se movilizó en favor de que no le cobraran las cuentas pendientes, pero Franco no lo perdonó ni aún pidiéndoselo el actor galo Ives Montand y su mujer Simone Signoret.

Lo fusiló el 20 de abril de 1963, siendo uno de los últimos muertos de esa guerra civil. Murió luego de veintisiete balazos, y dicen que hubo que darle tres tiros de gracia. Esta considerado como el ultimo fusilado de la guerra civil. De eso han pasado ya más de 60 años. Con los años otra efectiva campaña de la izquierda internacional, entre ella la Cubana por supuesto, llegó a convertirlo en poco menos que un mártir. 

Manuel Fraga y Fidel Castro en la Habana pasándosela en grande

Casi nadie quiere recordarlo. En el actual PSOE se ha hablado muy poco de este individuo. De hecho, ni el mismo Carrillo le recordó como debía en sus memorias, lo cual indica que se trataba de alguien que les resultaba muy incómodo en su edulcorada historia. Y por supuesto, nada se dice en esa desmemoriada "memoria histórica" que se inventó el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero en el 2007.

Por otro lado en la prensa Cubana - según pude comprobar en el libro "La Falsa imagen de Fidel Castro", del escritor cubano Alfredo Felipe Puentes, acusó al Franquismo y en especial al gallego Manuel Fraga Iribarne, del proceso y la ejecución de Grimau. Sin embargo, parece que a Fidel se le olvidó el personaje cuando en 1998 se la pasó bomba con el "paisano" de visita en la Isla. Como casi siempre sucede, para unos fue un asesino y para otros un santo, sin embargo se le achacan más de setenta fusilamientos. 

El pasado veinte de Abril se cumplieron los sesenta y tres años de la ejecución del tenebroso individuo. Y bueno, en la búsqueda de una verdad encontramos las declaraciones del ex ministro de cultura español durante el gobierno del socialista Felipe González, el comunista Jorge Semprún, quien señaló el verdadero carácter del personaje y de como se suavizaron sus crímenes en el libro biográfico publicado por el PCE en homenaje al torturador: "Julián Grimau — El hombre — El crimen — La protesta" de 1963

Maldita Hemeroteca
Fuentes citadas en el texto.