miércoles, 11 de enero de 2023

La primera rebelión en Cuba fue la de los Vegueros

Aspecto actual de la loma de Jesús del Monte en la Habana

El 21 de agosto de 1717, un aproximado de quinientos vegueros de diferentes lugares extramuros de La Habana, se reunieron en la loma de Jesús del Monte. Armados de machetes, marcharon hacia la capital, cerraron sus caminos, y entraron enarbolando la consigna de “¡Viva Felipe V, muera el mal gobierno! ¡Que nos gobierne el cabo subalterno!”.

Las tropas que protegían la ciudad fueron obligadas a permanecer en sus cuarteles, y los sublevados impidieron que se les suministrara comida y otros auxilios. La incapacidad del Capitán General Vicente Raja para controlar esta situación, trajo como consecuencia su dimisión y el traspaso del mando al Segundo Cabo.

Poco se sabe de este don Raja, que llegó a ser capitán general de Cuba luego de haber sido ascendido de brigadier a mariscal de campo, mas que nada por sus servicios en la Guerra de Sucesión y posteriormente por su gobierno en la plaza de Santa María de Puigcerdá.

En su designación, había relevado de su cargo al gobernador Casas-Torres un 26 de mayo de 1716. Por cierto, este Raja llegó a recuperar, mediante buceo dirigido por el corsario Juan Hoyo de Solorzano, la cantidad de 4 millones de pesos pertenecientes a una flota hundida en aguas al norte de la bahía habanera

Total que la cuestión fue que los funcionarios de la Factoría embarcaron junto al destituido representante de España, y los vegueros volvieron tranquilos a sus predios al haber impedido, por el momento, la aplicación del estanco y con la promesa de que se discutiría con el rey la abolición del Decreto que lo establecía.

Era la primera vez, en más de dos siglos, que una revuelta popular obligaba a salir del país a un gobernador. La monarquía respondió a este hecho enviando como nuevo Capitán General a Don Gregorio Guaso Calderón, un hombre de reconocida dureza en los manejos de situaciones similares, acompañado de mil soldados. Las fuerza restablecieron las medidas del estanco.

La política mercantilista de la Corona tendió a controlar el recurso tabaquero para evitar que se evadieran los impuestos por vía del contrabando y se incrementara de esa forma el comercio con la Península que era muy precario. La particularidad cubana es que, lejos de ser compañías privadas monopolistas, la comercialización directa de la producción por el Estado se le llamó "Estanco del tabaco"

En los años posteriores surgieron nuevos conflictos derivados de este estanco. Entre ellos el sistema de pago por vales en lugar de dinero, lo cual trajo grandes pérdidas y sinsabores para los vegueros, quienes, decididos a vender su tabaco en dinero efectivo y según la tarifa oficial, acordaron no ofertar el producto hasta que su falta obligara a subir el precio a un nivel justo.

Este acuerdo fue violado por algunos productores, lo que provocó que en represalia los sublevados les destruyeran sus cosechas y amenazaran con tomar la ciudad y destruir los almacenes de la Factoría. Más de novecientos vegueros armados de machetes volvieron a reunirse con este objetivo. Enterado el Capitán General, envió una tropa de doscientos soldados a frenar a los insurrectos.

Emboscados en el camino por el que debían pasar los sublevados, los soldados hicieron fuego a discreción sembrando el camino de muertos y heridos. Once fueron hechos prisioneros, juzgados, condenados y fusilados al amanecer del 23 de febrero de 1723. Los cadáveres fueron colgados en los árboles de los caminos que conducían a los principales vegueríos de la zona, como escarmiento ante futuras rebeliones.


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