La poetisa y ensayista Lola Rodríguez de Tió murió en la Habana, Cuba, en noviembre del 1924, pero había nacido en San Germán, Puerto Rico, en septiembre del 1843.
Perteneció por línea materna al linaje del conquistador de Puerto Rico y adelantado de La Florida, Juan Ponce de León. Hija del letrado Sebastián Rodríguez de Astudillo, procedente de La Española, y de María del Carmen Ponce de León.
Su padre fue un notable abogado, decano de los juristas puertorriqueños y uno de los fundadores del Colegio de Abogados de Puerto Rico. Estudió en las escuelas primarias de San Germán y Mayagüez y en su hogar, donde tuvo sus primeros contactos literarios. Se casó muy joven con el periodista Bonocio Tió Segarra y partió para Europa en 1865, en viaje de bodas.
Compartió el activismo político de éste a favor del separatismo de España y le acompañó en sus destierros. En 1866 nació su hija Patria Tió Rodríguez, que también cultivó la poesía, y en 1870 su segunda hija Mercedes. Esta última, enferma, murió al apenas cumplir tres años.
Lola Rodríguez de Tió publicó tres libros de poesía: Mis cantares (1876), Claros y nieblas (1885) y Mi libro de Cuba (1893). Compuso también La Borinqueña, el himno revolucionario de Lares (c. 1868). Himno que Lola improvisó en una tertulia y que, a decir de Pardo de Casablanca, “se cantaba a puertas cerradas por las insignes familias sangermeñas” y que la convirtió en persona non grata para el gobierno colonial.
En 1885 publicó el folleto A mi patria en la muerte de Corchado. Trabajó además en antologías, escribió innumerables poemas, homenajes, opúsculos, ensayos y artículos periodísticos. Su primer destierro fue en 1877 a causa de las restricciones civiles que imperaban en la colonia.
Su padre fue un notable abogado, decano de los juristas puertorriqueños y uno de los fundadores del Colegio de Abogados de Puerto Rico. Estudió en las escuelas primarias de San Germán y Mayagüez y en su hogar, donde tuvo sus primeros contactos literarios. Se casó muy joven con el periodista Bonocio Tió Segarra y partió para Europa en 1865, en viaje de bodas.
Compartió el activismo político de éste a favor del separatismo de España y le acompañó en sus destierros. En 1866 nació su hija Patria Tió Rodríguez, que también cultivó la poesía, y en 1870 su segunda hija Mercedes. Esta última, enferma, murió al apenas cumplir tres años.
Lola Rodríguez de Tió publicó tres libros de poesía: Mis cantares (1876), Claros y nieblas (1885) y Mi libro de Cuba (1893). Compuso también La Borinqueña, el himno revolucionario de Lares (c. 1868). Himno que Lola improvisó en una tertulia y que, a decir de Pardo de Casablanca, “se cantaba a puertas cerradas por las insignes familias sangermeñas” y que la convirtió en persona non grata para el gobierno colonial.
En 1885 publicó el folleto A mi patria en la muerte de Corchado. Trabajó además en antologías, escribió innumerables poemas, homenajes, opúsculos, ensayos y artículos periodísticos. Su primer destierro fue en 1877 a causa de las restricciones civiles que imperaban en la colonia.
El capitán general Segundo de la Portilla le ordenó salir del país en el primer barco que zarpara. Marchó a Venezuela y allí permaneció hasta 1880. A su regreso a Puerto Rico fue condecorada con la Orden del Libertador.
A raíz de los encarcelamientos ordenados por el gobernador Romualdo Palacios en 1877, Lola desplegó una intensa actividad a favor de los presos políticos, hasta lograr su liberación. Su correspondencia con Víctor Balaguez, ministro de Ultramar, culminó con la destitución del general Palacios.
El segundo destierro, ordenado por el general Pedro Ruiz Dana, tuvo lugar de 1889 a 1895, esta vez a Cuba. En 1895 recitó las décimas A Cuba en un homenaje que recibió en el Teatro El Tacón. Los versos “reciben Flores o balas sobre el mismo corazón”, alertaron a las autoridades cubanas y días después salió exiliada hacia Nueva York.
Regresó a Cuba, su patria por adopción, en 1899 terminada la Guerra Hispanoamericana.
Su poesía ha sido comentada por Marcelino Meléndez y Pelayo en Historia de la poesía hispanoamericana (1911); Carlos Peñaranda, prologuista de Claros y nieblas; Aniceto Valdivia en su prólogo a Mi libro de Cuba; Blanca de los Ríos en Raza española (1925); Manuel Serafín Pichardo (El Fígaro, 1923), entre muchos otros.
Rubén Darío la proclamó “hija de las Islas” en 1910. Núñez de Arce escribió de sus poesías que “en ellas resplandecen la corrección y el buen gusto y se respira un perfume que trae a la memoria las delicadas inspiraciones de Fray Luis de León”. Y dijo de su romance Arecibo: “Lo firmara yo, y si Góngora viviera, con más derecho que yo, en Obras completas de Lola Rodríguez de Tió (1971, t. I).
A raíz de los encarcelamientos ordenados por el gobernador Romualdo Palacios en 1877, Lola desplegó una intensa actividad a favor de los presos políticos, hasta lograr su liberación. Su correspondencia con Víctor Balaguez, ministro de Ultramar, culminó con la destitución del general Palacios.
El segundo destierro, ordenado por el general Pedro Ruiz Dana, tuvo lugar de 1889 a 1895, esta vez a Cuba. En 1895 recitó las décimas A Cuba en un homenaje que recibió en el Teatro El Tacón. Los versos “reciben Flores o balas sobre el mismo corazón”, alertaron a las autoridades cubanas y días después salió exiliada hacia Nueva York.
Regresó a Cuba, su patria por adopción, en 1899 terminada la Guerra Hispanoamericana.
Su poesía ha sido comentada por Marcelino Meléndez y Pelayo en Historia de la poesía hispanoamericana (1911); Carlos Peñaranda, prologuista de Claros y nieblas; Aniceto Valdivia en su prólogo a Mi libro de Cuba; Blanca de los Ríos en Raza española (1925); Manuel Serafín Pichardo (El Fígaro, 1923), entre muchos otros.
Rubén Darío la proclamó “hija de las Islas” en 1910. Núñez de Arce escribió de sus poesías que “en ellas resplandecen la corrección y el buen gusto y se respira un perfume que trae a la memoria las delicadas inspiraciones de Fray Luis de León”. Y dijo de su romance Arecibo: “Lo firmara yo, y si Góngora viviera, con más derecho que yo, en Obras completas de Lola Rodríguez de Tió (1971, t. I).
Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas
[Poema - Texto completo.]
Cuba, Cuba, a tu ribera
llego triste y desolada,
al dejar la patria amada
donde vi la luz primera!
Sacude el ala ligera
la radiante inspiracion,
responde mi corazón
en nobles afectos ricos,
la hija de Puerto Rico
lanza al viento su canción!
Mas las nieblas del olvido
no han de empafiar los ref1ejos
del hogar que miro lejos
tras de los mares perdido!…
Otro aquí vengo a formar
y ya no podré olvidar
que el alma llena de anhelo,
encuentra bajo este cielo
aire y luz para cantar!
¿Cómo no darme calor
la hermosa tierra de Tula,
donde al horizonte azula
y da a los campos color?
¿Cómo no encontrar amor,
para colmar el poeta
las ansias de su alma inquieta,
aquí, donde esplende el arte
y en abundancia reparte
las tintas de su paleta?
¡Nieble pléyade cubana
que entre sombras centellea!
j Dulce musa de Zenea,
flor que se agotó temprana!
Tras de la estela lejana
mi inspiracion adivina,
la figura de Cortina
que con acento vibrante
dice a tu patria ¡adelante!
no te detengas: ¡camina!…
Yo no me siento extranjera:
bajo este cielo cubano
cada ser es un hermano
que en mi corazon impera.
Si el cariño por do quiera
voy encontrando a mi paso,
¿Puedo imaginar acaso
que el sol no me dé en ofrenda,
un rayo de luz que encienda
los celajes de mi ocaso?
Vuestros dioses tutelares
han de ser también los míos!
Vuestras palmas, vuestros ríos
repetirán mis cantares…
Culto rindo a estos hogares
donde ni estorba ni aterra
el duro brazo que cierra
del hombre los horizontes…
Yo cantaré en estos montes
como cantaba en mi tierra!
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas,
reciben flores o balas
sobre el mismo corazón…
¡Que mucho si en la ilusión
que mil tintes arrebola,
sueña la musa de Lola
con ferviente fantasía,
de esta tierra y de la mía
hacer una patria sola!
Le basta al ave una rama
para formar blando lecho;
bajo su rústico techo
es dichosa porque ama!
Todo el que en amor se inflama
calma en breve su hondo anhelo;
y yo plegando mi vuelo,
como el ave en la enramada,
canto feliz, Cuba amada,
tu mar, tu campo y tu cielo!
[Poema - Texto completo.]
Cuba, Cuba, a tu ribera
llego triste y desolada,
al dejar la patria amada
donde vi la luz primera!
Sacude el ala ligera
la radiante inspiracion,
responde mi corazón
en nobles afectos ricos,
la hija de Puerto Rico
lanza al viento su canción!
Mas las nieblas del olvido
no han de empafiar los ref1ejos
del hogar que miro lejos
tras de los mares perdido!…
Otro aquí vengo a formar
y ya no podré olvidar
que el alma llena de anhelo,
encuentra bajo este cielo
aire y luz para cantar!
¿Cómo no darme calor
la hermosa tierra de Tula,
donde al horizonte azula
y da a los campos color?
¿Cómo no encontrar amor,
para colmar el poeta
las ansias de su alma inquieta,
aquí, donde esplende el arte
y en abundancia reparte
las tintas de su paleta?
¡Nieble pléyade cubana
que entre sombras centellea!
j Dulce musa de Zenea,
flor que se agotó temprana!
Tras de la estela lejana
mi inspiracion adivina,
la figura de Cortina
que con acento vibrante
dice a tu patria ¡adelante!
no te detengas: ¡camina!…
Yo no me siento extranjera:
bajo este cielo cubano
cada ser es un hermano
que en mi corazon impera.
Si el cariño por do quiera
voy encontrando a mi paso,
¿Puedo imaginar acaso
que el sol no me dé en ofrenda,
un rayo de luz que encienda
los celajes de mi ocaso?
Vuestros dioses tutelares
han de ser también los míos!
Vuestras palmas, vuestros ríos
repetirán mis cantares…
Culto rindo a estos hogares
donde ni estorba ni aterra
el duro brazo que cierra
del hombre los horizontes…
Yo cantaré en estos montes
como cantaba en mi tierra!
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas,
reciben flores o balas
sobre el mismo corazón…
¡Que mucho si en la ilusión
que mil tintes arrebola,
sueña la musa de Lola
con ferviente fantasía,
de esta tierra y de la mía
hacer una patria sola!
Le basta al ave una rama
para formar blando lecho;
bajo su rústico techo
es dichosa porque ama!
Todo el que en amor se inflama
calma en breve su hondo anhelo;
y yo plegando mi vuelo,
como el ave en la enramada,
canto feliz, Cuba amada,
tu mar, tu campo y tu cielo!