miércoles, 17 de mayo de 2023

Controvertido pasaje en la vida del general habanero Néstor Aranguren Martínez

Antiguo paradero de Campo Florido 

Campo Florido es un antiguo poblado situado al este de la periferia Habanera, bastante cerca de la capital, a unos 30 kilómetros y a 25 minutos de viaje en coche, teniendo en cuenta las vías locales.

En el año 1897, casi al final de la guerra, sucedió un hecho en esta localidad y donde el coronel del ejercito libertador, Néstor Aranguren, fue uno de sus protagonistas. Sin embargo, probablemente en Cuba mas del 90% no sepa ni lo que sucedió, ni quien fue este contradictorio rebelde habanero. 

El día 10 de diciembre de 1897, el coronel de ingenieros español Joaquín Ruiz sale de la Habana en tren hacia el pueblo de Campo Florido. Tomó esa decisión luego de intercambiar varias cartas con su homólogo mambí, Néstor Aranguren. El coronel Ruiz llevaba solo un objetivo, lograr convencer al militar Cubano acerca de una proposición de autonomía y el cese de las acciones de guerra en aquella zona e incluso, de ser posible su desmovilización y entrega de las armas.  

El gobierno de España, en un nuevo intento por pacificar la isla, le había dado a Cuba el autonomismo y la categoría de "provincia", con los mismos derechos exactamente que tenían Galicia, Asturias o Andalucía por citar unos ejemplos. Desde ese momento Cuba tendría un representante a las cortes de Madrid, en la figura del abogado matancero Eliseo Giberga. 

Un paripé, para que más detalles sobre el autonomismo, aunque no cabe duda que desde el punto de vista político y económico se alcanzarían grandes avances en derechos como libertad de prensa de opinión y de asociación, al más fiel estilo de la isla de Puerto Rico. 

Esa fue la razón por la cual el comandante en jefe del ejercito libertador, el dominicano Máximo Gómez, había decretado un bando donde ordenaba la pena de muerte, mediante un consejo de guerra verbal, para todo aquel que aceptara o propusiera el autonomismo o cualquier otra oferta de paz sin independencia. 

Por otro lado fue también una de las razones por las cuales el nuevo capitán general de Cuba (por segunda vez) el general Ramón Blanco Erenas, alertó al coronel Ruiz del peligro de asumir esa peligrosa misión e incluso, el propio coronel mambí Aranguren le insistió en desistir de esa idea en un previo contacto epistolar.

Además ambos se conocían de una etapa previa como bomberos, de manera que existía cierta consideración mutua a pesar de ser -en ese momento- unos enemigos. De hecho el coronel cubano había participado en el terrible incendio del 17 de mayo de 1890 en la ferretería Isasi, y que se cobró la vida de 39 personas entre ellas varios bomberos, policías y vecinos que intentaron ayudar.

Quizás por eso el coronel Ruiz pensó que no corría peligro en esa cita tratándose de Aranguren y, además, teniendo en cuenta la supuesta "consideración mutua". Incluso pensando también en todo lo que el general cubano Calixto García Íñiguez debía agradecerle al propio capitán general  precisamente durante el tiempo en que estuvo deportado en la capital de España. 

Primero que todo porque fueron los médicos españoles los que le salvaron su vida durante su fallido intento de suicidio, luego durante el destierro le permitieron reunirse con toda su familia, incluyendo a su madre Lucía, e incluso pudo trabajar en el banco Vizcaya en tanto que un hijo Carlos pudo graduarse de cirujano dental con gabinete propio. 

Total que la primera cita fue concretada en "Tumba Cuatro", una localidad relativamente cerca entre los poblados de Guanabacoa y Campo Florido. El coronel Ruiz iba acompañado de su ordenanza y un practico, sin embargo el ver que el oficial cubano no acudía se retiró a las dos horas. Y es aquí donde ocurre un hecho definitivo en esta historia. 

Al siguiente día el coronel español recibió una nueva carta remitida por el propio coronel Aranguren, en la cual le solicitaba una nueva cita para el día 11, a las doce del día, y de nuevo en las proximidades del ingenio San Miguel. 

Resulta raro que conociendo de ante mano el delicado tema de aquella conversación, y suponiendo que la admiración que los unía fuera cierta, Aranguren no haya rechazado directamente con un NO rotundo en aquella primera advertencia que le había hecho. De esa manera se hubiera evitado lo que después sucedió y que, a nuestro juicio, manchó su figura para siempre. Incluso él mismo lo "lamentó" después, en una entrevista con el rotativo norteamericano "New York Herald".

Coronel Aranguren
La única posibilidad aquí - y eso rompiendo lanzas a su favor - fue que luego de haber concertado la primera cita a la que no asistió, llegó a temer por su vida. Quizás pensando que llegaría a oídos del generalísimo Máximo Gómez, de manera que se vio obligado a como se suele decir, "curarse en salud". 

¿Como?, pues cumpliendo la orden su jefe, incluso a alguien por la cual - según él - sentía respeto y consideración. Mire usted, en realidad no se engaña a nadie de la forma que él lo hizo. Aranguren tenía varias maneras de evitarlo, sin embargo le solicitó esa segunda cita que no llevaba esa intención amistosa precisamente.

NÉSTOR ARANGUREN 

Nacido en la Habana el 14 de marzo de 1873 en la calle "Campanario en la Habana, hijo de Sus padres eran Benito de Aranguren y Jiménez y Matilde Martínez Raoul. De muy joven comenzó a trabajar como ayudante en la compañía encargada de la construcción del acueducto Albear, y se desempeñó además como bombero voluntario del comercio. (Estuvo en el fatal incendio de la ferretería Isasi)

En 1890 fue uno de aquellos jóvenes que solían reunirse en la Acera del Louvre que le brindaron protección al general Antonio Maceo, durante la visita que realizó a la capital cubana. En años posteriores había acometido actividades conspirativas en La Habana, de hecho el 24 de febrero de 1895 se encontraba acompañando al Mayor General Julio Sanguily, en los momentos en que éste fue detenido. 

No obstante Aranguren logró escapar y, nueve días después, marchó hacia Nuevitas en Camagüey. Allí se puso a disposición de Salvador Cisneros Betancourt, quien le encomendó una misión que lo hizo regresar a La Habana y donde permaneció hasta el 5 de julio de 1895 en que regresa a tierras camagüeyanas. 

En Camagüey se integró ese año a las fuerzas que integraban la Columna invasora encabezada por Máximo Gómez y Antonio Maceo a Occidente. Participó en diciembre de ese año en el combate de Mal Tiempo, en la provincia de Las Villas, y después prosiguió hacia Matanzas con el fin de reclutar más rebeldes y pasar a operar en las zonas rurales de la Habana. Ese año fue ascendido de capitán a teniente coronel, siendo posiblemente el más joven oficial del ejercito libertador con esa graduación.

En enero de 1896 se forma el "Escuadrón de Caballería de la Habana" que tomó parte el 29 de marzo de 1896 en el combate de "Garrido". Por sus destacadas actuaciones, el 26 de julio de 1897 resultó ascendido a Coronel con apenas 24 años de edad. En febrero del siguiente año estas tropas irrumpen en el poblado de Campo Florido e incendian la estación de ferrocarriles, recuperando allí un arsenal de armas escondido por los "Hermanos del Silencio".

Esta acción fue realizada por el Alférez Rafael Hernández, alias Longo, lugar teniente de Aranguren, quien dirigió la operación con seis hombres. Ese propio día Aranguren recibió la orden de ajusticiar en Campo Florido al hacendado Sebastián de Macías Ulacias, dueño del Ingenio "Tivo Tivo", en el antiguo camino de Guanabo a Canasí. Al parecer este empresario había hecho caso omiso de la orden del generalísimo Máximo Gómez de detener la zafra azucarera.

Además en otra misión, la de dar muerte al coronel Narciso de Fonsdeviela y Jiménez, Aranguren, ascendido a coronel el 26 de julio de 1897, hizo descarrilar un tren en Cambute, una zona entre Regla y Guanabacoa. Al percatarse de que en el tren no venía este oficial, ahorcó al maquinista y dos hombres negros pertenecientes al cuerpo de bomberos. Estos hechos fueron presenciados por el reportero norteamericano Mr Steegers, y publicados posteriormente en el periódico "La Lucha". 

MENSAJE DE L CORONEL ARANGURE AL GENERAL VALERIANO WEYLER

"Ejército Libertador- Quinto Cuerpo- Primera División- Regimiento de Caballería La Habana. 

Al General en jefe D. Valeriano Weyler, Campamento de San Luis 

En la noche del Sábado se atacó el tren de Regla Guanabacoa. Iban muchos militares. Hicieron alguna resistencia y perecieron los que no cayeron prisioneros.(Capitán D. Joaquín Otero y D. Andrés Soriano del batallón de la Leatad, y D. Antonio Fernández, del cuerpo de municipales de la Habana. 

Primeros tenientes D. Tomás González y D. José Marbro, del batallón de la Lealtad; D. Pío Gil de Otumba; D. Antonio Pérez; D. Ricardo Betancourt y D. Ildefonso Díaz, del escuadrón de Alfonso XIII. Segundos tenientes: D. José Velasco, del batallón del Infante, y D. Bernardo Barros, del Alfonso XIII. También hay cuatro soldados, el maquinista del tren, el retranquero, el guardafrenos y un viajero mulato. 

Por todos los ciudadanos, menos por el teniente Barros, portador inconsciente de este parte, muerto por cubano traidor, podrá mandarlos a buscar con el cónsul americano, al cual espero esta tarde a la salida de las Minas, en el camino a Campo Florido. Espero que proceda como caballero, por requerirlo así la situación de los prisioneros. 

Patria y Libertad. Néstor Aranguren".

Según aparece reflejado en el libro, "Episodios de la Guerra. Mi Vida en la Manigua", del Coronel mambí Ricardo Buenamar. (Tercera Edición de 1898) Aranguren hizo levantar acta del suceso y suscribir los nombres de los prisioneros, destacando nombres y grados militares.

"Voy a poner a Vds en libertad y hacerlos escoltar", - les dijo a ocho de ellos para tranquilizarles -  Ustedes han nacido en España y cumplen su deber defendiendo su bandera; pero a ustedes que son cubanos y que combaten contra su propia patria, serán ahorcados enseguida" - le dijo a los otros que escuchaban aterrados. 

"He sido tu condiscípulo", (compañero de escuela) - dijo uno de ellos suplicando -. No obstante Aranguren le contempló un momento y hasta pensó vacilar, pero en un esfuerzo titánico para vencer su impulso exclamó al fin: "Razón de más para que hubieses aprendido en aquella misma escuela tus deberes de cubano. Y le volvió la espalda.

Sus órdenes se cumplieron.

El coronel Buenamar agrega que entre las 70 personas que venían en el tren, habían varios oficiales españoles vestidos de civil que fueron liberados, en cambio en las inmediaciones del Ingenio "San Joaquín", en Campo Florido, fueron ahorcados el Teniente Barros y el guarda frenos Mesa, que en su caso tenía colgado un cartel que decía: "Muerto por delator", mientras que el del cadáver de Barros decía: "Actos como estos son sensibles pero necesarios para ejemplo de tanto traidor".

LA CAPTURA Y MUERTE  

Después de llevar a cabo varias acciones en el norte de la provincia habanera, una delación propició que el enemigo atacara la finca "La Pita", muy cerca de Campo Florido, donde se encontraba visitando a su novia. 

En aquella casa se encontraba con 10 hombres de su escolta, su amada y parte de su familia, "su suegro" Eusebio Zarza, la madre de la novia, una niña de 12 años y dos niños de 5. En el momento de la emboscada se encontraban con él su primo Félix Giralt, el prefecto José Hernández Guzmán y su diligente secretario Félix Pereira. 

Su suegro Zarza y el tal Pereira, en funciones de exploración y vigilancia, fueron capturados cuando se encontraban observando desde la manigua como moría y se llevaban el cadáver de Aranguren. Además su propia hija murió de las heridas recibidas, cuando eran transportados a Campo Florido.

Como guía de la tropa Española iba el campesino Pío Romero y el bandolero Bartolo Ramos. Romero, vecino de finca, se encontraba confeccionando unas sogas de palma para los caballos, encomendadas por Aranguren, antes de ser amenazado por el bandido y delator Bartolo Ramos. (En otras fuentes se cita al tal Ramos como capitán)

El 28 de enero de 1898, a las 7 de la noche, llegó en el tren de Jovellanos a Regla con el cadáver de Aranguren conducido por el maquinista Serafín Rencurrell. Posteriormente fue trasladado al Muelle de Luz en el ferry de Guanabacoa, y de ahí fue llevado, por la calle Oficios, hasta el patio del Gobierno Militar. Posteriormente fue llevado hasta el Necrocomio local.

PARTE 



El Brigadier Aranguren tenía aproximadamente veinte y cuatro años de edad, de justa complexión, con el pelo rubio, y un bigote pequeño. El cuerpo muestra dos heridas de bala, una en la cabeza y otra en la pierna derecha. 

Se encontraba vestido con pantalón de casimir color azul a rayas, una chaqueta de lana gris, zapatos amarillos solo en el pie derecho, el pie izquierdo estaba cubierto con una media blanca y polainas nuevas. Calzoncillos azul claro y chaleco sobre la camiseta al estilo mambí. 

Aproximadamente 4,000 personas han visitado el depósito de cadáveres continuamente, entre ellos, muchas señoras, el tío del difunto, José María Aranguren. Los restos fueron identificados por el Jefe del Departamento de Bomberos, varios funcionarios, y varios bomberos, así como por sus parientes. El cuerpo fue enterrado en el panteón de la familia Cueto-Menocal. 

ARANGUREN BOMBERO

El joven Aranguren, con apenas 15 años, había sido uno de aquellos bomberos que participó en la extinción del famoso incendio de la ferretería Isasi, en la calle Mercaderes No 24 esquina a Lamparilla, en la Habana, siniestro ocurrido el 17 de mayo de 1890. 

El mayor monumento que existe en el cementerio habanero de Colón es este, "El de los Bomberos", erigido a la memoria de aquellos 39 héroes fallecidos.

Entre los fallecidos se encontraban Francisco Ordóñez, jefe de salvamento del Cuerpo de Bomberos del Comercio, José Miró, inspector especial de la Policía, que murió aplastado por los escombros, el teniente coronel Andrés Zencoviech, jefe de los bomberos municipales, así como miembros de ambos cuerpos de bomberos, 9 municipales y 17 del cuerpo del comercio. También murió un miembro de la marina, cuatro agentes del orden público y ocho vecinos que intentaron ayudar. 

Entre los más de 100 heridos se encontraba el periodista Ricardo Mora, rescatado milagrosamente debajo de los escombros. El dueño del local, Juan Isasi, fue acusado de guardar recipientes de dinamita para contrabando en el interior de su local, lo que provocó aquellas horribles explosiones. 

Por ultimo agregar, que el 31 de Marzo de 1898, la prensa anunciaba que el Teniente Coronel Benedicto, quien dirigió a las fuerzas españolas que mataron al líder insurgente Aranguren, fue herido por un disparo de revólver en la espalda mientras visitaba la casa del Dr. Francisco Vidal en la ciudad de Guanabacoa. El hombre de color que disparó, consiguió escapar.

RELATO DE LA MUERTE DEL CORONEL DE INGENIEROS JOAQUÍN RUIZ, PORTADOR DE UN MENSAJE DE PAZ DEL CAPITAN GENERAL RAMÓN BLANCO ERENAS 

Versión del periódico "El Imparcial", con fecha jueves 6 de Enero de 1898 

"Se sabe que Aranguren y Ruiz se encontraron, que se saludaron afectuosamente y que después de hablar brevemente salieron todos (el cabecilla venía con otros dos prácticos) en dirección de las lomas de Tapaste. Ruiz, de uniforme, con Aranguren y los cuatro prácticos llegaron al campamento de este a las tres y medía de la tarde. 

Al apearse Ruiz del caballo y poner el pié en tierra recibió un tremendo machetazo, y exclamó con voz vibrante: ¿Qué es esto?» no pronunciando más palabras, pues en el acto lo remataron. Aranguren estaba presente, y cuando terminó la infame tarea, dispuso lo enterrasen. Esto fue referido por un oficial insurrecto al canciller del consulado americano y a otro comisionado que fueron al campo rebelde con una carta del cónsul Lee, en que se pedía que entregasen al prisionero inmediatamente. 

El oficial insurrecto protestó del hecho, al hablar con los comisionados y les dio un salvo conducto y un documento firmado por él en que constaba la ejecución de Ruiz, entregándoles también los yugos y botón que éste llevaba puestos en la camisa. Había verdadera efervescencia en el campo insurrecto, y á las tres de la mañana les avisó el mismo oficial previéndolos se marchasen al momento, pues estaba para llegar Aranguren y temía por su vida. Añadieron, por último, que oyeron protestar del hecho cometido". 

VERSIÓN DEL CORONEL ARAGUREN, PUBLICADA EN EL PERIÓDICO NEW YORK TIMES, CON FECHA 25 DE DICIEMBRE DE 1897

El coronel Aranguren rechazó la calumnia divulgada por esa publicación, de que el portador ejecutado llevaba una bandera de parlamento ...

"...Eso es falso, mil veces falso. El fue aconsejado antes para que no fuera y vino a nuestro campamento acompañado de dos guías españoles, desertores de nuestro ejército, sin bandera de parlamento ni documentos de ninguna clase como se ha dicho. Yo no puedo faltar a mi juramento de morir o de librar a mi patria del yugo español, como soldado era mi deber someterlo al consejo de guerra". 

EL ENCUENTRO ENTRE LOS CORONELES JOAQUÍN RUIZ  y NÉSTOR ARANGUREN, EL 13 DE DICIEMBRE DE 1897 

Coronel Aranguren: "Nos saludamos y después de largo rato en que estuvimos hablando de distintas cosas no relacionadas con la política, el coronel Ruiz me dijo: 

«El objeto y empeño de celebrar una entrevista con Vd. no es solamente por tener el gusto de verle, y si que hablando días pasados con el general Blanco, le dije y propuse que contando con la amistad que nos ligaba desde tiempos mejores, no dudaba después de ventajosas proposiciones a Vd., tal es como la amplia autonomía concedida al país, y además dinero y empleos para Vd. y sus familiares, depondría las armas, pues que no seria el primero.

Figuraos, apreciable director, mi sorpresa al oír lo expuesto, pues nunca creí que un caballero y hombre de talento cometiera semejante pifia. 

Estas manifestaciones fueron repetidas ante el teniente coronel de sanidad doctor F. Giralt y capitán José Hernández, por haberle indicado que eran de confianza. Aprovechados estos señores como testigos, ordené el correspondiente consejo de guerra contra Ruiz y sus acompañantes, que eran dos buenos prácticos del enemigo en esta zona y los cuales hacían iguales proposiciones a mis subordinados. Fueron condenados a muerte y ejecutados en el acto. 

LA MUERTE DE NÉSTOR ARANGUREN, VERSIÓN ESPAÑOLA CON FECHA DEL 27 DE ENERO DE 1898

El Diario de la Marina publicó que una columna mandada por el coronel Aranzabe venía recorriendo, desde hace días, la jurisdicción de Campo Florido. Formaban esta columna los batallones de la Reina y de Canarias,y los escuadrones de Pizarro. En la mañana de ayer cogieron prisionero aun negro (Morales) que se hallaba en el campo asando patatas. 

Cuando fue presentado el prisionero al coronel Aranzabe, éste le interrogó acerca del sitio en que pudiera hallarse alguna partida rebelde y le dijo: "Si medas una buena confidencia te regalaré 500 pesos".

La insistencia del coronel Aranzabe en preguntar y la oferta de tan espléndido regalo, hacen sospechar que el bizarro coronel tenía noticia deque andaba por las inmediaciones algún importante cabecilla, si es que no suponía que era Aranguren el que estaba allí cerca. 

El negro prisionero dijo al coronel que le daría una noticia importante, y que aceptaba el trato, prometiendo conducir a las tropas al lugar en que se encontraba el cabecilla Néstor Aranguren. La columna se puso en movimiento siguiendo las indicaciones del prisionero. Cuando llegaron las tropas cerca de un bohío, el prisionero indicó la conveniencia de que se situaran en determinados lugares para impedir la fuga de Aranguren y de los insurrectos que le acompañaban. 

Hecho esto, y evitada toda posibilidad de que se escapasen los perseguidos, dispuso el coronel Aranzabe que el teniente coronel Benedicto, con un escuadrón de Pizarro, las guerrillas y alguna infantería, marchase sobre el bohío. Entonces ya estaba cierto Aranzabe de que en el bohío se hallaban Aranguren, su querida (María Zarza otras fuentes indicaban como Ramona Zarza) y algunos amigos del cabecilla. 

En efecto, la fuerza entró rápidamente en el bohío e hizo varios disparos sobre un grupo de gente que apareció á la puerta del mismo. Todas las personas que formaban este grupo cayeron heridas. Aranguren, pocos momentos antes de morir, dijo: Soy Aranguren.

Con él estaba un tal Hernández (José Hernández) y la querida del cabecilla. 

Hernández y la expresada mujer, que habían recibido heridas de consideración, fueron inmediatamente conducidos á Campo Florido. El coronel Aranzabe tuvo noticia de que el citado cabecilla acudía frecuentemente a una finca denominada "Pita", situada entre los poblados de Campo Florido y Tapaste. Vivía allí la amante de Aranguren, con su padre, que era el dinamitero de la partida de este titulado general.

Los restos de Ruiz fueron enterrados en unos laureles del Naranjal de Perico Valdés en Campo Florido, cerca de la línea férrea. Participaron en la acción Joaquín González Seboredo, asistente del Cor. Aranguren, el sargento Eusebio Zarza, Emilio Ávalos, Félix Giralt, José Hernández Guzmán, Juan Francisco Coppinger, entre otros. De este modo creo haber cumplido con un deber de conciencia y patriotismo, y en primer término con una disposición de nuestro gobierno. Yo hubiera querido salvarle, pero me lo impedían los deberes de militar. 

Era inevitable el golpe, pues su temeridad le ha perdido y mí conciencia no es carcomida por el remordimiento. Yo lo he sentido en particular tanto más que esos mismos que me censuran. Ruiz era un caballero y hombre de talento y estas cualidades le hacían simpático a mi vista, pero haber dejado sin castigo su osadía, hubiera sido hacerme su cómplice, y por lo tanto, reo de un delito de alta traición. 

El mundo insensato me critica injustamente, pero no importa, seguro estoy de no haber asesinado. Ruiz tenia ante si el precipicio que yo le advertí; quiso arrastrarlo y lo arrastró. Yo admiro su valor y le compadecí, es una víctima más del quijotismo español y del poco aprecio que hace España de la vida de sus hijos. Sin otro particular, queda de usted afectísimo seguro servidor, q, b. s. m., 

MUERTE DEL CORONEL CUBANO NÉSTOR ARANGUREN. VERSIÓN AMERICANA: 

La Habana, vía Key West, Fla. Enero 29. Se han recibido los detalles siguientes de la muerte del Gen. Néstor Aranguren que fue asesinado el jueves último. 

Que Aranguren, dijo el negro Morales, tenía el hábito de visitar la choza de un pacifico llamado Cajigal que vivía en las alturas de Tapaste y Campo Florido con su familia que consistía en su esposa, una hija mayor de quien Aranguren estaba enamorado, y varios niños pequeños.   

Coronel Aranzaba comandaba tres columnas, la suya y la de los teniente coroneles Arece y Benedicto en un número de fuerzas de aproximadamente mil hombres y bajo la guía del negro Morales, llegaron a las inmediaciones del bohío el cual rodearon. 

La columna del coronel Aranzaba, que había estado operando en las vecindades de Campo Florido, capturó a un negro nombrado Morales al cual torturaron para arrancarle la información. Durante mucho tiempo el prisionero soportó la tortura y se negó a hacer una declaración, pero finalmente, al prometérsele un premio de $500, estuvo de acuerdo en traicionar a Aranguren. 

Era la intención del Coronel Aranzabe, después de asegurarse que todos aquéllos que querían capturar estaban en la choza, abalanzarse contra la vivienda y apresarlos vivo, pero el teniente coronel Benedicto, que había sido anteriormente segundo al mando del Mayor Fonsdeviela, aconsejó que los presos deberían morir, y se eligió finalmente. 

Cuando la choza había sido completamente rodeada, a una escuadra de hombres se les ordenó avanzar cautelosamente, lo cual hicieron, llegando casi hasta la entrada antes de ser vistos. Una niña de aproximadamente ocho años de edad, estaba jugando fuera en la puerta de la casa cuando de repente descubrió a los soldados, y gritando de alarma, corrió hacia la choza para informar. 

Una descarga de la escuadra la dejó sin vida tirada en la tierra, y entonces una andanada de balas fue ordenada por el Comandante español, resultando herido Aranguren en la pierna, la muerte de su sirviente Fernández, y heridas mortales a su novia y otra mujer. Otra persona huyó hacia el bosque y cayó muerto de un disparo a corta distancia lejos del lugar. La novia de Aranguren murió de los efectos de sus heridas, mientras era conducida a Campo Florido.

Aranguren estaba en la cama cuando los españoles llegaron, y oyendo la alarma dada por la niña salió corriendo solo de la choza parcialmente vestido y gritando: "yo soy Aranguren" tal vez pensando de que no fuese asesinado. Sus captores lo aguantaron e hicieron un exhaustivo registro de su ropa para dar con documentos que lo relacionaran con la muerte del Coronel Ruiz, la cual ellos afianzaron. 

También obtuvieron una declaración verbal de su prisionero sobre el mismo tema, y entonces una bala le fue disparada a su pecho y cayó, no muriendo al instante, entonces una bayoneta fue empujada a través de la cabeza cerca de la boca y acabó con su vida. Los españoles capturaron a un hombre que creen que sea el dinamitero de la banda de Aranguren, y a dos chicos quienes dijeron saber el lugar exacto de la tumba del coronel Ruiz. 

Mientras que la muerte de Aranguren es considerada solo una venganza por la ejecución de Ruiz, el asesinato de mujeres y niños cuando ellos podían haber sido tomados vivos es absolutamente condenable. Un número de prominentes personas asistieron al funeral de Aranguren, quien fue enterrado en una tumba privada de su familia. Entre aquéllos que actuaron como escolta de su cuerpo, se encontraban tres generales insurgentes en la última guerra. El caballo y la montura del coronel español Ruiz, fue recuperado en poder del asesinado Aranguren. 

 The New York Times Enero 30, 1898.

Solo agregar que cualquier hecho de este tipo, doblemente lamentable por verse involucrados mujeres o niños, significaba "oro molido" para la labor que desempeñaron estos periódicos norteamericanos de cara a la posterior invasión de 1898.

Maldita Hemeroteca 

Fuente: Aranguren, pasajes de su historia militar. Demás fuentes citadas en el texto. / Datos tomados de Internet 

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