En agosto de 1955, Augustu Emmett Till, un adolescente negro de 14 años y nativo de la ciudad de Chicago, estaba visitando a familiares en Mississippi cuando se detuvo en el mercado local "Grocery and Meat Market" ya desaparecido. Allí se encontró con la joven Carolyn Bryant, una chica blanca.
En ese momento no se sabía a ciencia cierta si el chico coqueteó con ella, le silbó un piropo o incluso la tocó. Pero lo que pasó cuatro días después fue horrible. El 28 de agosto de 1955 Roy, el marido de Carolyn, y su medio hermano J.W. Milam, atraparon a Till en casa de su tío abuelo Moses Wright, que vivía en Money, un pueblo cerca de Mississippi, a donde Till había ido a pasar las vacaciones.
No solo eso, en 2008 la propia Carolyn Bryant Donham confesó en una entrevista a Timothy Tyson, autor del libro The Blood of Emmett Till de 2017, que se había inventado la acusación, y que aquel chico nunca la había ofendido ni siquiera de palabras.
La pareja, pistola en mano, se llevó secuestrado al chico y, lejos del lugar, le propinó una brutal paliza y le disparó en la cabeza. No obstante no satisfechos, le colgaron un ventilador de 75 libras amarrado al cuello con alambre de púas, y lo arrojaron al río Tallahatchie ya sin vida.
Mamie Elizabeth y su hijo Emmet Till |
El cuerpo salió a flote a los tres días. En el juicio, un jurado blanco encontró "no culpables" a los dos hombres, argumentando uno de ellos, incluso, que el chico "se merecía una buena tanda por "haber sobrepasado con una dama".
Cuando la madre de Till, la señora Mamie Elizabeth Till-Mobley, vino a identificar a su hijo, le dijo al director de la funeraria: "Quiero que la gente vea lo que yo he visto". Por tanto se lo trajo a su casa en Chicago, e insistió en exhibirlo en un ataúd abierto y miles de personas pasaron por delante de los restos del desfigurado chico. (Foto muy sensible)
La publicación de la brutal imagen de la madre de Till en aquella funeraria mirando el cuerpo devastado de su hijo por la acción de las aguas del río, obligó al mundo a tener en cuenta la brutalidad del racismo existente en los EEUU de aquellos tiempos.
A pesar de las sospechas y las evidencias, los asesinos Roy Bryant y J.W. Milam fueron absueltos de secuestro y asesinato. El jurado, compuesto solamente por personas de la raza blanca, reconoció que si tardó un poco en dar su veredicto fue porque necesitó un descanso mientras deliberaban.
Ese mismo año de 1955, los dos asesinos, a sabiendas de que no volverían a ser juzgados por el mismo delito, admitieron en las páginas de la revista “Look Magazine” que sí habían asesinado al niño Till, sin embargo ya no hubo posibilidad de levantar nuevos cargos contra ellos. El 24 de Enero de 1956 la revista publicó dichas confesiones.
Carolyn Donham |
Donham, que tampoco fue arrestada o acusada en relación con el linchamiento de Till, se lo había inventado todo. Cuando tenía 80 años y vivía con su familia en Raleigh, Carolina del Norte, los investigadores del FBI y los fiscales federales revisaron su caso, y vieron la posibilidad de enjuiciarla por el secuestro y la muerte del chico, pero Donham se retractó de aquel testimonio anterior y dijo que había sido falso.
Es más, en junio de 2022 se encontró en el sótano del tribunal del condado de Leflore una orden de arresto, no ejecutada, que la acusaba directamente del mencionado secuestro. Esta señora murió en abril de este año 2023 a la edad de 88 años, mientras que los asesinos Roy Bryant, su esposo, ya había muerto en 1994 y su medio hermano, J.W. Milam, 14 años antes, el 31 de diciembre de 1980.
Por otro lado la madre del chico, la señora Mamie Elizabeth Till-Mobley, falleció el seis de enero del 2003 a la edad de 81, dos semanas antes de que el caso por el asesinato de su hijo fuera llevado a la televisión a través de un documental, el cual posee imágenes bastante sensibles.Mamie fue sepultada en el cementerio de Burr Oak, en Illinois.
Los asesinos confesos y sus parejas en el juicio de 1955 por la muerte del niño Emmett Til, de solo 14 años de edad. |
Durante casi un siglo los afroamericanos fueron linchados con regulativa impunidad en distintas partes de los Estados Unidos, pero gracias a la determinación de esta madre en exponer la barbarie del crimen, la gente no pudo ignorar más lo que no podían ver sus ojos. De hecho, ese mismo año el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la segregación racial en los autobuses, mientras que la llama de los derechos civiles prendió en los estados del sur.
Maldita Hemeroteca / Fuentes citadas