Es evidente que por una cuestión generacional, el general de división del ejercito libertador cubano y uno de sus historiadores mas consultados, el catalán José Miró Argenter, nunca pudo imaginar lo que con los años le sucedería a su hijo.
PRIMERA HISTORIA
Un 26 de Julio de 1959, y frente a una gran multitud de seguidores que le jaleaban hasta el cansancio, Fidel Castro "aceptaba el pedido" de ese pueblo para retornar a la dirección del gobierno. Hacía muy poco tiempo que esa responsabilidad había recaído en un prestigioso abogado, el cual fue designado como primer ministro tras la caída del dictador Fulgencio Batista. Hablamos del doctor José Miró Cardona.Tras su destitución, fue designado embajador cubano en España, sin embargo ese hecho le dio a entender, inteligente como era el hombre, que su presencia en Cuba no hacía otra cosa que correr mucho peligro. Fue por eso que - a su regreso - no se lo pensó dos veces y se asiló en la embajada Argentina, y de ahí se marchó hacia los Estados Unidos.
SEGUNDA HISTORIA
Por el otro lado el comunista, y miembro entonces del Partido Socialista Popular, el doctor Carlos Rafael Rodriguez, fue el designado por la familia de Menéndez para acusar a Casillas. No fue por capricho, este partido siempre estuvo vinculado al sindicalismo en Cuba.
Diez años antes, en su época de profesor de derecho de la Universidad de la Habana, Miró Cardona había sido el abogado defensor del capitán del ejercito Joaquín Casillas Lumpuy, cuando el 22 de enero de 1948, junto con un grupo de subalternos que se dieron cita en el paradero de trenes de la ciudad de Manzanillo, intentó detener al líder sindical azucarero Jesús Menéndez Larrondo y le causó la muerte.
Carlos Rafael Rodríguez ostentó un ministerio sin cartera durante la etapa Batistiana, aunque luego con los años se convirtió en uno de los más cercanos y leales funcionarios del régimen Castrista. Finalmente Casillas fue encontrado culpable de aquella muerte, y condenado a prisión en la causa No 91 de ese año. Pero dejemos a Casillas aquí momentáneamente.
TERCERA HISTORIA
Llama la atención que fuera Carlos Rafael Rodriguez precisamente, uno de los que condenó lo que este 26 de julio se conmemora en Cuba. Nadie dentro de esa revolución se lo ha explicado al pueblo, ni siquiera porque era ministro sin cartera de un gobierno como el de Batista. Tampoco las causas del porque su partido nunca estuvo a favor de la lucha armada en su contra, ni con Fidel Castro, ni con el directorio revolucionario.
Sepa que en aquella acción del Moncada murieron 18 soldados constitucionales y 28 resultaron heridos, mientras que 35 de los asaltantes fueron ejecutados en el campo de tiro del cuartel, en tanto que otros 23 fueron condenados a largas penas de prisión en el reclusorio de Isla de Pinos, de manera que hay muy poco que celebrar en este día la verdad.
La deriva comunista que dio la propia revolución durante los primeros años, fue lo llevó a Carlos Rafael Rodríguez a jugar ese importante papel al lado de su jefe barbudo. Dicen que había sido tan astuto, que fue de los pocos que vio en Castro su futuro acercamiento a Moscú; y esa fue la razón por la cual desde bien temprano buscó una afinidad con él, siendo incluso uno de sus críticos.
En un principio el PSP necesitaba reinstaurar la democracia en Cuba, ya que esa era la única manera de participar en su juego legalmente, de ahí que apoyara a las guerrillas anti Batistianas posteriormente. No cabe duda que aquel giro hacia el comunismo constituyó una gran sorpresa y aquel astuto político, dueño de un avanzado pensamiento marxista-leninista y con importantes contactos en Moscú, fue muy bien recompensado, sobre todo a raíz del "rifi rafe" con los Estados Unidos.
Le fue tan vital en sus planes, que Castro terminó por nombrarlo en cargos y responsabilidades mucho más importantes que la de algunos de los que habían luchado con él en la Sierra Maestra. De hecho, en 1975, le nombró como vicepresidente de los consejos de estado y de ministros y miembro de su buró político, al menos hasta que se celebró el cuarto congreso en 1990.
CUARTA HISTORIA
Regresando al juicio donde él, y Miró Cardona, decidieron la culpabilidad o no del capitán Casillas Lumpuy, llama la atención que en un libro escrito por el ensayista e historiador habanero Newton Briones Montoto, hermano del guerrillero Antonio, que resultara muerto en 1967 en una acción en Venezuela, nos cuenta una historia muy distinta a la que han estado contado en Cuba todos estos años.
| Imagen del libro de Newton Briones Montoto |
A ver, que no se trata de un disidente ni un "desafecto al proceso revolucionario", que estamos hablando de alguien perfectamente insertado en la revolucion, que ha publicado artículos en revistas como "Verde Olivo", el periódico "Granma" o que incluso es, o fue en algún momento de su vida, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
En ese libro, Newton Briones refiere que fue Jesús Menéndez, con su revólver calibre 38, fue quien inició la acción violenta dentro de los hechos. Que con un disparo hirió en la cabeza a uno de los militares que acompañaba al capitán, e incluso que con otro impactó también al propio oficial.
Según explica, Jesús Menéndez había asistido primero a un acto celebrado la noche del 12 de enero en el Parque Central de La Habana, donde el Partido Socialista Popular había anunciado como candidatos a la presidencia y vice presidencia del país, a Juan Marinello y a Lázaro Peña respectivamente, y que de ahí partido en tren para Oriente para - supuestamente - organizar huelgas entre los trabajadores azucareros.
Como quiera que haya sido, Casillas Lumpuy jamás fue a la cárcel por aquella condena. Es más, en una demostración de poder, un desesperado Fulgencio Batista le echó mano para que tratara de aguantar a los alzados en la ciudad de Santa Clara y hasta allí llegó su historia, pero lo que pasó realmente en aquel paradero de Manzanillo, no ha sido jamás aclarado de manera oficial.
Lo que si quedó claro fue una cosa, y es que Casillas nunca pudo ser juzgado por la ley como se debía, entre otras cosas porque tuvo la gran fatalidad de caer en manos de alguien como Ernesto Guevara, que dicen le aplicó sumariamente la ley de fuga. Finalmente decir que la ECURED, la Wiki del gobierno Castrista, parece que olvidó citar este libro dentro de la obra literaria del señor Newton. ¡Menuda memoria que tienen!.
Maldita Hemeroteca

