CaballerĂ­a Mambisa / Eduardo Morales / Museo de Bellas Artes. La Habana 1868-1938

Aunque cubano, el padre de Manuel Sanguily, Julio Sanguily, era descendiente de una familia francesa del apellido bearnés Saint-Guilly, de ahí que se derivara a "Sanguily", en tanto que su madre, Mary Garrite, era una inglesa que había
nacido en la ciudad de Manchester, aunque algunos historiadores la citan como Irlandesa.

El matrimonio llegĂ³ a Cuba procedente de HaitĂ­, y en la isla Cubana tuvieron tres hijos, Guillermo, Julio y Manuel, pero al morir su padre, los chicos quedaron a cargo de un tal Murdoch, supuestamente el padrino y el tutor que los enviĂ³ a estudiar a los Estados Unidos.

Al regresar a Cuba, Manuel y Julio decidieron hacer vida en la isla, y hasta se incorporaron a las huestes mambisas en distintas etapas de sus vidas, sin embargo Guillermo, el hermano mayor, decidiĂ³ que Cuba no era lo suyo, que lo de la libertad de Cuba le importaba un bledo y por tanto decide irse a vivir bien lejos, al otro lado del mundo.

Manuel Sanguily
EL BUENO

Manuel naciĂ³ en la Habana el 26 de marzo de 1848. Desde muy joven, en 1864, debiĂ³ encarar el dilema de su vida. Su padrino querĂ­a que fuera a España a seguir la carrera militar, pero se negĂ³ rotundamente, hasta que una noche decide irse de la casa con lo poco que tenĂ­a.

Rondando por el Palacio de Aldama, el matancero y director del colegio de "El Salvador", JosĂ© MarĂ­a Zayas, le ofrece una plaza de profesor en ese centro. MĂ¡s tarde inicia sus estudios universitarios de Derecho, los que se vieron interrumpidos por el estallido, el 10 de octubre dĂ© 1868, del alzamiento protagonizado por Carlos Manuel de CĂ©spedes.

Como desde muy joven se habĂ­a mostrado partidario de la libertad de Cuba. Decide incorporarse a la lucha, por lo que en 1869 embarca con un grupo de rebeldes desde la isla de Nassau en la goleta "Galvanic", desembarcando por "La Guanaja", en Puerto PrĂ­ncipe, actual CamagĂ¼ey". El 17 de enero, junto a su hermano Julio, se incorpora a las fuerzas rebeldes.

Muy pronto llegĂ³ a ser secretario del mayor general Manuel de Quesada y Loynaz, el cuñadĂ­simo de Carlos Manuel de CĂ©spedes, aquel que se auto titulĂ³ dictador y que, al ser depuesto por la cĂ¡mara, se fue a vivir a Costa Rica y nunca mĂ¡s se acordĂ³ de su jefe cuñado en desgracia. En 1869 Manuel integrĂ³ la cĂ¡mara dentro de la RepĂºblica en Armas, y luego se incorporĂ³ a las fuerzas de MĂ¡ximo GĂ³mez para la invasiĂ³n a Las Villas.

En esta etapa integrĂ³ varias comisiones conciliadoras e intervino, en representaciĂ³n de MĂ¡ximo GĂ³mez precisamente, en varios conflictos internos, como la sediciĂ³n de "Laguna de Varona", protagonizada por el mayor general Vicente GarcĂ­a, y donde afortunadamente "la sangre no llegĂ³ al rĂ­o".

Tras la paz del ZanjĂ³n, marcha a España a iniciar su carrera como abogado y, tras el regreso a Cuba, trabaja como corrector en las revistas "Revista Cubana" y "Revista de Cuba".En 1884 aparece su primer libro de
terna histĂ³rico: "Los Caribes de las Islas",despuĂ©s publica "CristĂ³bal ColĂ³n y los Caribes.". En la "Revista de Cuba" colabora con
su trabajo sobre "Los oradores de Cuba".

En el alzamiento de 1895 no comulga con las ideas de JosĂ© MartĂ­, pues considera que no estĂ¡n las condiciones creadas. Marcha a los Estados Unidos para abogar por la libertad de su hermano. La caĂ­da de España le sorprende en EEUU, donde ve preocupado como la RepĂºblica soñada en la manigua, por la que tantos cubanos ofrendaron sus vidas, estĂ¡ empantanada en un callejĂ³n tenebroso y sumida en turbios rejuegos polĂ­ticos.

Cuando a finales del 98 concurre a una reuniĂ³n en Washington, formando parte de la ComisiĂ³n presidida por el general Calixto GarcĂ­a, el ya ex coronel del ejercito mambĂ­ advierte de inmediato los nuevos problemas que la patria ha de enfrentar.

En esa etapa fue ademĂ¡s un destacado literato que llegĂ³ a fundar varias revistas, como "Hojas Literarias", desde 1893 hasta 1894, y destacĂ³ ademĂ¡s como ensayista en tĂ­tulos de contenido histĂ³rico como "El descubrimiento de AmĂ©rica", de 1892 y "La revoluciĂ³n de Cuba y las RepĂºblicas Americanas", en 1896. 

A su regreso a Cuba, asiste como delegado a la Asamblea de Santa Cruz del Sur y es elegido para presidir la comisiĂ³n que unificarĂ­a la direcciĂ³n de la revoluciĂ³n que establecerĂ­a el tipo de gobierno de la RepĂºblica en Armas necesitaba. Como miembro de esa asamblea, fue uno de los que votĂ³ a favor de eliminar el cargo de "general en jefe", con la correspondiente expulsiĂ³n de MĂ¡ximo GĂ³mez precisamente.

Fue en esta etapa que Manuel, y segĂºn lo contĂ³ una vez el prestigioso historiador Cubano Antonio del Cova, se encuentra casualmente con MĂ¡ximo GĂ³mez en la calle Obispo en la Habana, y luego de intercambiar varios saludos el dominicano, con esa retranca (ironĂ­a) que le caracterizaba, le soltĂ³ ni corto ni perezoso lo siguiente:

"... Me alegro de encontrarle doctor, y aprovecho para decirle que yo sin saber escribir serĂ­a capaz de redactar la Historia de Cuba sin citarlo a Ud., pero como usted escribe y habla tan bien, .... ¿podrĂ­a escribirla sin hablar de mi?.

Por cierto, referente a estos apuntes de la guerra del 68 que fueron escritos por Manuel Sanguily en "Hojas Literarias", MĂ¡ximo GĂ³mez le envĂ­a una carta a TomĂ¡s Estrada Palma "poniendo lo que entendĂ­a eran sus puntos sobre las Ă­es". Veamos un fragmento: (OrtografĂ­a de la Ă©poca)

"La historia, sin duda, designarĂ¡ algĂºn dĂ­a con el
honroso tĂ­tulo de Los hombres del 68 Ă¡ todos aquellos
que tomaron parte en aquella guerra gloriosa, y Ă¡ fĂ©
que nos debemos sentir orgullosos todos los que combatimos con tesĂ³n y lealtad, y al terminar como terminĂ³? emigramos con la bandera y la esperanza.

Pero, asĂ­ y todo, cabe hacer un distingo, que podemos llamar histĂ³rico, y el cual consiste en que en aquel duelo Ă¡ muerte aparecieron presentes en el campo y desde la vĂ­spera, muchos hombres ; otros llegaron el dĂ­a y los demĂ¡s, que no eran los menos, llegaron despuĂ©s. El Coronel Manuel Sanguily y el Comandante Enrique Collazo, corresponden al Ăºltimo grupo".

Aquella queja del generalĂ­simo iba dirigida a la oposiciĂ³n, y a las fuertes crĂ­ticas, que le hiciera Manuel Sanguily en referencia a las ejecuciones cometidas en nombre del "Decreto Sportorno" que, segĂºn GĂ³mez, era poco menos que esto:

 "El que no estĂ© conmigo es mi enemigo, y todo el que venga - no importa quien sea - Ă¡ ofrecerme la paz sin traerme lo que yo quiero, estĂ¡ muerto". No me explico cĂ³mo es que el Coronel Manuel
Sanguily, Ă¡ quien vi tantas veces erguirse arrogante sobre su caballo en los campos de batalla, hable asĂ­ de nuestras cosas".

Manuel Sanguily llegĂ³ a ser nombrado secretario de Estado y resultĂ³ elegido como senador por la provincia de Matanzas. Fue el primero en presidir el senado desde el 20 de mayo de 1902. Junto con el Mayor General Mario GarcĂ­a Menocal, actuĂ³ como mediador entre los moderados y liberales durante la revuelta armada de agosto de 1906, en contra de la reelecciĂ³n de Don TomĂ¡s Estrada Palma.

En mayo del 1913 ocupĂ³ la secretarĂ­a de gobernaciĂ³n en el gabinete del presidente Mario GarcĂ­a Menocal. RenunciĂ³ en febrero de 1917 ante los sucesos provocados por la reelecciĂ³n de Ă©ste. De hecho escribe en el FĂ­garo un candente artĂ­culo referido al rumbo "que va cogiendo la Republica Cubana":

"Mirando hacia atrĂ¡s ¿cabrĂ­a pensar propiamente que la RepĂºblica no es la derivaciĂ³n legĂ­tima, sino acaso la adulteraci6n, ya que no la antĂ­tesis, de los elementos originarios creados y mantenidos por la RevoluciĂ³n, que la engendraron y constituyeron. En realidad parecen dos mundos contrapuestos: en el uno, minorĂ­a candorosa y heroica, todo desinterĂ©s y sacrificio y, en el otro, mayorĂ­a accidental y traviesa, toda negocios y dineros". 

Manuel Antonio Sanguily y Garrite muriĂ³ en la Habana el 23 de enero de 1925, de causas naturales, a los 76 años de edad. Su hijo, Manuel Sanguily Arizti, siguiĂ³ sus pasos dentro del mundo de las letras.

EL FEO

Llegamos al mayor de todos los hermanos, el señor Guillermo Sanguily y Garrite, que viviĂ³ entre 1862 y 1863 en la ciudad norteamericana de Boston, donde estudiĂ³ artes navales. Agregar que gracias a esta esmerada educaciĂ³n, los tres hermanos hablaban perfectamente el inglĂ©s. No obstante este hermano prefiriĂ³ hacer su vida fuera de la isla. Es mĂ¡s, cambiĂ³ el apellido Garrite de su madre por el Murdoch, el de su padrino y tutor.

Se enrolĂ³ en la tripulaciĂ³n del velero General Grant que llegĂ³ a Melbourne, Australia, el 13 de marzo de 1866, segĂºn consta en los documentos de CapitanĂ­a Portuaria de la misma ciudad. El General Grant volviĂ³ a zarpar el 4 de mayo de 1866 con una carga de 2 500 onzas de oro, ademĂ¡s de algodĂ³n, plomo, zinc y un nĂºmero determinado de pasajeros, entre los que consta que William Murdoch Sanguily era el tripulante mĂ¡s joven de todos ellos.

En 1872, William se encontraba en Filafelfia, Estados Unidos, cuando contrajo matrimonio el 8 de julio de ese año con la señorita Sara Dawes Randall, descendiente de australianos, paĂ­s a donde se fueron a vivir definitivamente. Se radicaron en la ciudad de Sidney, localidad de Wolloomooloo, y tuvieron cinco hijos, Selina Gertrude, nacida en 1876, Sarah-Agnes, en 1878; Alice Margaret, en 1880 y, en 1885, las mellizas Maude y Mabes, que fallecieron a los 7 meses de nacidas. Su ultimo vĂ¡stago fue Rollings Herbert William, que naciĂ³ en 1887.

William, o Guillermo, invirtiĂ³ en un negocio de coches tirados por caballos, y todo parece indicar que en ese ramo llegĂ³ a ser reconocido y de prestigio, pues son frecuentes las alusiones que hizo la prensa de la Ă©poca a sus modelos. Incluso se pueden encontrar imĂ¡genes de exponentes de los carruajes de su compañía. TambiĂ©n aparece vinculado al transporte de servicios funerarios.

Nunca mĂ¡s regresĂ³ a Cuba, y referente a que en algĂºn momento de su vida fue electo alcalde de esa ciudad, no hay nada que lo haya confirmado. Es mĂ¡s, hay investigadores que lo niegan tajantemente. Se conoce que falleciĂ³ en Sidney de un ataque al corazĂ³n, el 6 de mayo de 1909, y el dĂ­a 27 fue sepultado en el cementerio de Rookwood de esa misma ciudad.

Julio Sanguily
EL MALO

Su hermano Julio, que finalizĂ³ como mayor general, tuvo con una historia bastante turbia por mucho que el castrismo se empeñe en limpiĂ¡rsela.

Aunque forjĂ³ su hoja de servicios durante la Guerra de los Diez Años, donde incluso fue protagonista, en 1871, de un Ă©pico rescate por las huestes del mayor general Ignacio Agramonte, lo cierto es que no sabrĂ­amos decir si aquella "captura" no fue otra cosa que una "puesta en escena" con vistas a reforzar su caparazĂ³n de espĂ­a español.

De hecho no son pocos lo que creen que no fue casual que siempre estuviera vinculado a los mĂ¡s sonoros fracasos independentistas en la zona occidental de la isla, sobre todo en la ultima guerra de 1895. Antes, tras los acuerdos del ZanjĂ³n, tuvo varios empleos y realizĂ³ otras actividades econĂ³micas, y entre ellas aparece como un elemento sospechoso para las autoridades coloniales.

Sus relaciones con el rebelde Carlos AgĂ¼ero y, especialmente, con el bandido Manuel GarcĂ­a Ponce; su forma de vida bastante desordenada, y, sobre todo, sus contradicciones personales, le llevaron a ejercer un triple juego como agente de al servicio de España, de los Estados Unidos, y como si fuera poco como padrino o protector de lo mĂ¡s selecto del bandidaje cubano, su medio predilecto para financiar su desproporcionado tren de vida. Incluso en la manigua.

Una confidencia anĂ³nima que fue enviada, el 26 de agosto de 1890, al general Camilo GarcĂ­a Polavieja, aseguraba que tanto Julio Sanguily como Alfredo HernĂ¡ndez estaban señalados, en la provincia de Matanzas, entre los elementos que dirigĂ­an y secundaban «la acciĂ³n de los bandidos»; que en un ingenio del segundo ubicado en Sabanilla, llamado "Encomendador", se habĂ­an celebrado entrevistas con los malhechores.

Lo cierto es que a JosĂ© MartĂ­ nunca le convenciĂ³ este hombre, quizĂ¡ porque conocĂ­a muy bien sus defectos, de manera que asĂ­ se lo hizo saber muy claro a TomĂ¡s Estrada Palma para que este evitara - a toda costa - que pudiera enrolarse en los preparativos del levantamiento de 1895.

Durante la RepĂºblica no intervino en la polĂ­tica, ni ocupĂ³ cargos pĂºblicos, sĂ­ el hijo que tuvo con la señora Matilde Echarte Alfonso, el general Julio Sanguily Echarte, ex jefe de la aviaciĂ³n que participĂ³ en el alzamiento contra el presidente Gerardo Machado en los Ă©picos combates del Hotel Nacional. Julio Sanguily y Garrite falleciĂ³ en La Habana el 23 de marzo de 1906, apenas con 60 años.

Fuente: William Sanguily primer cubano en Australia: Historia de un naufragio (Spanish Edition) // Palabra Nueva // Internet