martes, 1 de agosto de 2023

MUSICOS CASI OLVIDADOS: Claudio José Brindis de Salas


Claudio José Domingo Brindis de Salas y Garrido nació el 4 de agosto de 1852 en La Habana, de familia con raíces musicales. 

Su padre, Claudio Brindis de Salas Monte fue un gran violinista y contrabajista; líder de una orquesta que había organizado llamada “La Concha de Oro”, que alcanzó gran popularidad en los salones y reuniones de alta alcurnia de la época, rivalizando y venciendo a otras agrupaciones de la ciudad.

Brindis de Salas comenzó sus estudios musicales de la mano de su padre y José Redondo. 

Cuando su excepcional talento empezó a crecer, la necesidad de un nuevo maestro se hizo evidente. La batuta de su enseñanza pasaría al belga José Van der Gutch, residente en la isla por aquel entonces. A la edad de diez años debutó como solista en el Liceo Artístico de La Habana, acompañado al piano por su maestro. Esta institución estaba dedicada a la difusión de las artes, en la que ni siquiera todos los blancos entraban. 

En ese mismo concierto tocó el pianista y joven prodigio Ignacio Cervantes. Un año después, Brindis de Salas se fue con su padre y su hermano José del Rosario, quien también era violinista, en una gira musical familiar, presentándose en las ciudades de Matanzas, Cárdenas, Santa Clara, Cienfuegos y Güines. En 1869, viajó a México donde participó en una serie de conciertos organizados por el compositor español Joaquín Gaztambide. 

Gracias a su destacada dedicación y talento, obtuvo una beca para estudiar en el Conservatorio de París, la capital musical del mundo.

En París fue alumno de Hurbert Leónard, Charles Dancla y de Ernesto Camilo Sivori, último discípulo vivo de Paganini, quien dejaría una honda huella en él. En 1871 se presentó en el concurso del Conservatorio y ganó el primer lugar. 

Algunos grandes violinistas ganadores del primer lugar de este concurso habían sido el Henri Wieniasky (1846), el también cubano José White (1856) y el español Pablo de Sarasate (1857). Entonces empezaría su gira musical por Europa, viajando a las ciudades italianas de Turín, Florencia, y Milán, donde se incluso se presentó en el prestigioso teatro La Scala de Milán. Dirían de sus actuaciones: 

«...al correr los años, no serán pocos los críticos que harán alusión a su extraordinario dominio del auditorio, al entusiasmo que siempre provocó su interpretación, al fogoso temperamento que caracteri­zó a su ejecución, a su buen gusto, pureza de entona­ción y virtuosismo; pero lo cierto es que esas cualida­des que particularizaron su interpretación ya las po­seía Brindis cuando irrumpió en el mundo del violín europeo» 

En medio de esta gira de éxitos en Europa, la muerte de su padre le sorprendería en diciembre de 1872, causándole gran pesar. La distancia entre continentes había hecho que la noticia le llegara tarde, sin más que aferrarse a la resignación.

En 1875 regresaría a América, siendo nombrado director del Conservatorio de Haití, y un año después viajaría a Venezuela.

Tomado de Músicos Olvidados
Maldita Hemeroteca

Tags