miércoles, 6 de septiembre de 2023

Calixto García: Hablando en plata

Monumento de Holguín

Observe esto a propósito de esta fecha:

El Mayor General Calixto García trata de suicidarse para no caer prisionero. En esta fecha se encontró el Mayor General Calixto García ante una de las situaciones más críticas de su vida, cuando con sólo 12 hombres de su escolta, fue sorprendido por una guerrilla enemiga y separado de las tropas, con sus ayudantes muertos o heridos. A punto de caer prisionero, García se dio un balazo en la barbilla.

Pero el disparo le salió por la frente, dejándole un hueco de salida y cicatriz para toda la vida, índice supremo del sacrificio y el honor. Así, moribundo, fue hecho prisionero el General, que luego sobrevivió. Al recibir doña Lucía Iñiguez la noticia de la captura de su hijo se negó a darle crédito, hasta que al advertirle que sólo ensangrentado y muy grave había sido posible tomarlo prisionero, exclamó: “¡Ese, ese es mi hijo Calixto!…¡Muerto antes que rendido!…”

Lo anterior, es el relato que hace de esa historia la prensa Cubana, manipulando, como no podía ser de otra forma, la realidad de lo sucedido.

¿Qué se vio rodeado y no quiso ser capturado?, pues sí, ¿que se dio el tiro en la boca y le salió por la frente?, también, en cambio, ¿cómo responden ellos a la interrogante de que en esas condiciones, donde el sangramiento debió ser tan abundante que pudo haber muerto por exanguinación, y en cambio salvó la vida?. De eso no hablan, aunque resaltan que su madre, Lucía Iñiguez, exclamó cuando lo supo: "Ese si es mi hijo y... ", ya sabe, todo muy dramáticamente patriótico.

No amigo, la realidad de lo que sucedió en San Antonio de Bagá fue otra, y muy distinta a la contada. A ver, que si los españoles hubieran querido lo hubieran dejado que se desangrara, en un final fue él quien decidió poner fin a su vida, en cambio se tomaron el trabajo de llevarlo al hospital y le salvaron la vida, y estamos hablando de una época donde aun no existían los antibióticos.

¿Curioso verdad?

Sí, curioso, teniendo en cuenta que el único general de división de aquella guerra, el villareño Ramon Leocadio Bonachea, que incluso ya había depuesto las armas en Jarao, fue capturado y fusilado en Santiago de Cuba el 7 de marzo de 1885. Sin embargo el afortunado de Calixto "tuvo la suerte" de ser trasladado al hospital "Principe Alfonso", de Santiago de Cuba, y de allí, una vez recuperado, fue deportado al presidio napoleónico del Dueso, en Santoña, España, en marzo de 1875.

Pero no fue solo, no, lo acompañó su madre Lucía, que inexplicablemente logró conversar con la mismísima reina regente, María Cristina de Habsburgo, que decide trasladarlo a una prisión en Madrid con mejores condiciones como la del cuartel de San Francisco, donde su régimen carcelario le permitía la visita de sus familiares e incluso amigos, como Eusebio Hernández y Raimundo Menocal.

En ese penal conoce a la monja española Paula Ruiz, quien lo atendía por caridad y con ella tuvo un hijo de nombre Raimundo Domínguez Eguaras. No fue hasta abril de 1878 que se ve beneficiado con la amnistía de la paz de Zanjón, y queda libre. Reunido nuevamente con su familia, fue nombrado presidente del Comité Revolucionario Cubano en esta ciudad y pese a todo, decide continuar la contienda armada contra España a toda costa, rechazando lo acordado en Zanjón.

El 24 de agosto de 1879 se enrola en la insurrección de Belisario Grave de Peralta, en San Lorenzo de La Rioja, Holguín, y reanudaba las hostilidades en la fracasada "Guerra Chiquita". Nuevamente cae prisionero, pero esta vez al amparo del general Ramón Blanco Erenas, su buen amigo, y parte deportado a España en la goleta Concordia que le condujo, primero a Cádiz, y más tarde a Alicante, donde quedó encerrado en el castillo de Santa Bárbara el 23 de septiembre. Sin embargo apenas el 11 de octubre fue puesto en libertad, vigilada, pasando a establecerse en Madrid.

En la capital Española contó con la ayuda de Pedro Sotolongo, director del Banco Hispano-Colonial, que le facilitó un puesto de trabajo en el Banco de Castilla. Fíjese "lo terrible" que fue para Calixto este exilio, que en muy poco tiempo su esposa Isabel, los hijos y doña Lucía, se marchan a la capital española alquilando una apartamento situado en el segundo piso de la calle Fuencarral, No 90.

Para entonces Calixto intercalaba su trabajo en el banco dando clases como profesor de inglés en la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner. Desde 1889 gozaba de total libertad, pudiendo incluso viajar al extranjero, circunstancia que aprovechó para visitar de nuevo París. Aún así, a pesar de la distancia y de la acogida que había encontrado en España, no pierde los contactos con José Martí a través de Gonzalo Quesada, y de esa forma se ponía al corriente de la insurrección que iba a estallar en Baire.

Con lo ganado durante esos tres años pudo costear a su hijo Carlos los estudios de cirujano dental, una profesión de la que fue un destacado médico en Madrid y a su regreso a Cuba. Este era un título medico un tanto especial, ya que fue promulgado en España en un real decreto de 1875 como “Cirujano-Dentista” y, todo aquel que quisiera ejercer la profesión en España, debía estar en posesión del mismo. 

Decimos especial, pues los aspirantes tan sólo deberían presentarse a examen en la Facultad de Medicina de la Universidad Central. Allí, ante un tribunal de tres profesores, evaluarían sus conocimientos teóricos, una exodoncia a un cadáver, así como la construcción de un aparato bucal. Si superaba todo esto, la faculta le autorizaría para el ejercicio legal de la profesión. Agregar que Carlos fundó en 1894 la primera revista de estomatológica que se publicó en España.

Al final huye a Cuba con su padre, al conocer los preparativo Martianos de la guerra de 1895. En la revista "Odontología" de ese año, se publica el artículo, "Malos Patriotas", que en uno de sus párrafos dice lo siguiente referente a esta huida:

"Carlos García Vélez, erudito director que fue de la Revista Estomatológica y que contaba ya en Madrid con una numerosa y escogida clientela, olvidando sagrados deberes de gratitud á la madre patria que ya en una ocasión perdonó la vida á su padre el famoso Calixto García, se encuentra con éste en la manigua peleando contra España".

El 13 de octubre consiguió salir para la capital francesa, donde fue recibido y atendido por la colonia cubana. Tras unas semanas embarcó en el Havre, el 9 de noviembre de 1895, con destino a Nueva York, donde llegó el 18. Todavía faltaba la última etapa para completar el viaje, y a preparar la expedición que la hiciese posible dedicó todos los esfuerzos.

En la noche del 25 de enero de 1896 partieron de la costa americana a bordo del Hawkins, viejo barco, que se hundiría el día 27. Fueron rescatados por un buque americano, el Leander Beabe y días después, el 24 de febrero, lo intentaron de nuevo en el barco Bermudas, pero fueron descubiertos y apresados por el Gobierno estadounidense, aunque liberado, más tarde, consiguió hacerse a la mar el 18 de marzo, arribando a Cuba, en la playa cubana de Maraví, cerca de Baracoa.

Su hijo Carlos arribó con el grado de capitán por ser doctor, desempeñándose como ayudante del estado mayor de su propio padre, con el cual permaneció siempre a su lado durante aquella decisiva guerra. Su pericia con los cañones le hizo averiar varios barcos españoles como el "Relámpago", que consiguió hundir, así como causarle grandes averías al "Santocildes" y "El Centinela. Carlos finalizó la guerra con los grados de teniente coronel, y durante la republica integró el partido autonomista mientras servía como embajador en varios países.

Isabel Vélez Cabrera
ISABEL

Con mucho dolor doña Isabel tuvo que aguantar estoicamente la noticia de dos hijos concebidos fuera del matrimonio. Con la manzanillera Leonela Enamorado Cabrera tuvo a Calixto Leonel Enamorado, un destacado mambí que nació en 1875 y que alcanzó los grados de brigadier; y luego con la monja española Paula Ruiz a Raymundo Domínguez Eguarás y Teresa García, concebida esta con la también española Teresa Camejo Pérez, según relato de su propio medio hermano, el doctor Carlos García Vélez.

(...) "Me dicen que la señora de Julio (Sanguily) piensa ir para Camagüey a reunirse con su marido, parece no quiere ande solo por esos mundos. Hace bien, ojalá poder yo hacer
otro tanto, aunque eres viejo, las mujeres deben estar siempre al pie de sus maridos, para que estos no tengan ocasión de faltarles ni les pierdan el cariño, porque por lo regular, pasa eso, y luego son las penas y disgustos, sin poder remediar, porque con decir eso sucedió porque tu no estabas a mi lado. Está arreglado todo" .

Luego de esto, Isabel y Calixto retomaron su vida matrimonial y vivieron juntos 15 años, periodo en el cual engendraron dos hembras más, Mercedes de la Concepción, que nació el 30 de enero de 1883 y María Herminia, el 15 de abril de 1884.  

Su hijo Calixto, que fue nombrado en 1887 inspector de aduanas en la Coloma, en la Habana, regresó a Cuba en marzo de 1897. Primero regresaron su esposa Josefa Becerra y sus hijos Calixto y Carmela y luego él. Por cierto, algo trágico pasó a su llegada que se saldó con el asesinato de su esposa y más tarde ocurrió su suicidio, de ahí las sospechas de un "crimen pasional".

Pero la tragedia seguiría golpeando a esta familia. 

Ana Cabrera, madre de Isabel y suegra del general, así como su hermana y en ese caso cuñada, mueren en Cayo Hueso, y esto, sumado a la tragedia de su hijo Calixto, puso a prueba la clase de mujer que era doña Isabel, que decidió continuar al frente de su familia laborando como costurera. Incluso debido a este retorno de Calixto a la manigua Cubana en la tercera de sus intentonas, Isabel se ve obligada a regresar a New York. 

Es allí donde su hija Mercedita se enferma de tuberculosis, dedicando parte de los 125 pesos que le giraba mensualmente la delegación Cubana en New York, a su atención. Además tenía que mantener con lo que quedaba de ese dinero a su hija Herminia y los dos nietos, María Camela y Calixto Pedro.

De estos recursos, así como del cuidado, se hizo cargo nuevamente don Tomás Estrada Palma. De hecho el propio general Calixto se lo agradece encarecidamente en carta fechada el 24 de marzo, ya como jefe militar de Oriente en sustitución del fallecido Antonio Maceo. Finalmente Calixto se reunió con ellas y consiguió mudarlas a Georgia buscando un mejor clima, pero las tuvo que abandonar otra vez al ser reclamado en Washington de donde no regresó jamás. 

General Calixto García 

Calixto murió el 11 de diciembre de 1899 e Isabel no pudo estar presente ni en los funerales de la Catedral de San Patrick, ni al entierro en Cuba en febrero de ese año. Tampoco sus hijos desperdigados por Europa. Solo 16 días después moría su hija Mercedes. Y aunque Isabel estuvo de visita en Calabazar en 1899, se regresó a New York en marzo de 1901 radicándose en un apartamento situado en la 249 West y la 25 calle. 

El 9 de junio de 1911, durante el gobierno de José Miguel Gómez, la Cámara de Representantes le aprobó a Isabel una pensión de 3.600 pesos anuales como parte de los haberes de la guerra correspondientes a los grados de mayor general de su esposo. Isabel murió el 9 de agosto de 1916; y posiblemente el 90 % de los cubanos no sepa ni quien fue esta digna mujer que nada tiene que envidiarle a "las mismas de siempre".

Mejor pregúntese el motivo por el cual hace unos años la estatua a caballo del general Calixto, que fue situada de manera protagónica en el malecón Habanero y orientada en dirección norte por orden del presidente Tomás Estrada Palma, fue retirada de allí por los los castristas.

¿Habrá sido porque fue Calixto, quien el 27 de octubre de 1873 en el campamento de García, en Bijagual, se reunió la Asamblea presidida por Cisneros Betancourt y depuso a Carlos Manuel de Céspedes?.

¿Quizás porque organizó la invasión americana a Santiago?, que en contra de lo propuesto por el general Shafter de desembarcar por el morro de San Pedro, prefirió la idea del general cubano Castillo Duany de efectuarlo por las playas del este y desde allí, al mando de 3000 mambises, iniciar el avance sobre la ciudad?. 

¿Será que Castro, mejor que nadie, sabía que la mayoría de los mambises eran anexionistas?, que se sintió muy molestó por lo narrado por el coronel italo cubano Orestes Ferrara, asesor legal de Máximo Gómez, quien describe en sus memorias las muestras de jubilo de la mambisada al darse la noticia que el las tropas americanas intervendrán en el conflicto independentista?.

No, que va. 

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