martes, 19 de septiembre de 2023

El caso de la Cubana Evangelina Cosío Cisneros


El padre de Evangelina, Agustín Cossío, un colaborador en el levantamiento cubano de 1896, fue detenido, acusado de sedición y condenado a diez años al presidio caribeño de “Isla de Pinos”, rebautizada con los años por el castrismo como “Isla de la Juventud”. 

Se le permitió que dos de sus cuatro hijas, Evangelina y Carmen, le siguieran al destierro. Evangelina, que llamaban "la Juana de Arco cubana", era bonita, de dieciocho años, huérfana de madre e hija de un jefe rebelde que ha sido condenado a muerte por los españoles. Ella también cayó prisionera por haber intentado liberar a su padre.

Antes Evangelina intentó solicitar la libertad de su padre ante el coronel José Berriz, gobernador de la isla, quien fue acusado de hacerle proposiciones indecorosas a cambio del pedido. Según recoge la historia, este coronel se personó en su casa una noche, (lo que nunca estuvo muy claro) y resultó apresado por los seguidores de Evangelina que le exigieron la liberación del condenado. Berriz fue rescatado por sus hombres y en cambio Evangelina terminó condenada por intento de asesinato y rebelión.

Al menos fue así como llegó la historia a oídos de William Randolph Hearst, que ordenó a Bryson la liberación (con sobornos), de “la Juana de Arco del Caribe”. Encarcelada en la prisión de recogidas en La Habana, es descubierta en agosto de 1897 por un corresponsal del Journal, George Eugene Bryson, que redacta una crónica melodramática con las desventuras de Evangelina, en ese tiempo viviendo con las más viciosas prostitutas de La Habana y objeto, según Bryson, del acoso de un oficial español. 

La crónica de Bryson fue acogida por Hearst con gran satisfacción. La Juana de Arco cubana se convierte en centro de atención. Todos los corresponsales del Journal se movilizan para explotar al máximo la historia. La maquinaria propagandística montada por Hearst funciona a toda máquina y comienzan con enviar una súplica a la reina regente de España, que ostenta el reinado por la minoría de edad de Alfonso XIII. 

Asimismo su texto se cursa a numerosos corresponsales y delegados de la prensa de Hearst en Estados Unidos, los que se encargan de recoger firmas entre las mujeres influyentes de sus respectivos estados. Incluso llega a enviarse un telegrama al general Valeriano Weyler, capitán general de la isla. 

Esta operación informativa sobre los avatares de Evangelina, fue un completo éxito y constituyó, sin duda, un ejemplo de la prensa amarillista. El poder de la prensa funcionó a escala de todo un país, cuya opinión pública se había movilizado. Millares de mujeres norteamericanas respondieron a la llamada de Hearst; y el rotativo Journal puedo llenar doce columnas de firmas. 

Se organizan en el país centenares de mítines para reclamar la libertad de la joven Evangelina. Y lo que le faltaba a España, Inglaterra, emocionada por esta segunda Juana de Arco, responde igualmente de forma masiva al llamado. La presidenta de la Liga de la Temperancia de Londres y lady Rothschild recogen unas doscientas mil firmas en favor de la joven cubana.

También el Papa envía un mensaje a la reina regente María Cristina, que sugiere al general Weyler enviar a Evangelina a un convento, cosa que éste no hace. Evangelina siguió en la prisión de Recogidas, que al parece no era tan inhumana como la describían las crónicas del Journal, según declaraciones del propio cónsul general de Estados Unidos en La Habana. 


Este cónsul reveló que la señorita Cisneros disponía, en la prisión de Recogidas, de una habitación de dos piezas muy limpias, que está bien vestida y alimentada y que no se le infligía castigo alguno ni padece ningún tipo de las persecuciones sádicas que la prensa de Hearst recrea.

LA EVASIÓN DE EVANGELINA 

La evasión de Evangelina tenía que ser el golpe maestro que coronara la operación publicitaria de Hearst. Encarga a un hombre, Karl Decker, para que la lleve a cabo. No es necesario señalar que el propio Hearst le proporcionó los medios y la evasión, el 6 de octubre de 1897, resultó un éxito. 

Los guardianes fueron bien sobornados, y quizá Weyler no estuviera descontento tampoco de poder desembarazarse de tan molesta prisionera. Tras un primer intento de serrar los barrotes de la celda la noche anterior consiguen sacar a duras penas a la esbelta Evangelina, que se las ingenia para deslizarse a través del pequeño hueco que deja el único barrote que han conseguido doblar. 

En seguida atraviesan el abismo del estrecho callejón, sobre la inestable escalera que separa la cárcel de su guarida. Puestos a salvo, bajaron a la calle donde les aguardaba un carruaje que los trasladó hasta la casa de Carbonell. Cuando llegan, ya la Habana estaba amaneciendo. 

Se escondió en casa del banquero Carlos Carbonell, cubano graduado de economía en los Estados Unidos, para luego llegar al muelle de la Habana vestida como un hombre. Su cabellera fue cubierta por un sombrero, y le pusieron un purito a medio fumar en los labios. Le habían preparado unos papeles falsos a nombre de Juan Sola, y sola embarcó en el “Séneca”, sin levantar sospechas de los aduaneros, rumbo a Manhattan en New York.

Su llegada es el 13 de octubre, y el Journal le preparó una espectacular recepción. Tras una permanencia en el hotel Waldorf Astoria a todo lujo, Evangelina, mimada por el Journal, es paseada por los Estados Unidos. Pronunció varios discursos contando sus desventuras y las atrocidades de las fuerzas españolas en Cuba. Esto provoca un aumento de tensión entre Estados Unidos y España. 

A pesar de la prudencia de las autoridades americanas, el camino de la guerra parece abierto. En su último mensaje sobre el estado de la Unión, el presidente norteamericano Glover Cleveland condena las maniobras de los partidarios de la causa cubana y los acusa de fomentar la agitación por medio de la prensa, comprar armas, recoger fondos y abusar de la tolerancia de la legislación americana. 

Años después, el periodista Willis J. Abbot, que trabajó para Hearst en aquella época, desmentiría esta versión en su libro de memorias “Watching the world go by” de 1933. Afirmó que él estaba junto al “Jefe” cuando se desarrolló el enredo, y que Decker había sobornado a todo el mundo. “El dramático rescate” no solo estaba destinado a ganar lectores, también pretendía “exonerar a los funcionarios de las Recogidas” de cooperar en la trama.

Hearst continuaría su ascenso meteórico y marcó, durante medio siglo, la agenda periodística de los Estados Unidos. En 1898, antes de cumplir los treinta y cinco años, forja uno de sus eslóganes favoritos: “El Journal: el periodismo que actúa”. Sin embargo lo mejor está aún por llegar: “El Maine”... pero como diría Kipling: ”Esa es otra historia”.

La camagüeyana Evangelina Cosío se casó con el banquero Carbonell y, al morir este en 1916, se casó dos años después de con el abogado habanero Miguel Romero. Evangelina alcanzó la llegada del Castrismo, incluso puede que se haya enterado del fracaso de la zafra de los diez millones. Murió el 22 de mayo el año 1970. No sabríamos decir si fue por coincidencia o porque Castro lo eligió a propósito, pero aquel alzamiento de Isla de Pinos fue un 26 de julio de 1896.

Fuentes: Internet y la Razon.es

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