jueves, 21 de septiembre de 2023

La silla de Antonio Maceo: Vuelve el debate

Pedro (El Bello) durante su visita Habanera acompañado del "puesto a dedo" Miguel Díaz Canel y el difunto historiador de la ciudad Eusebio Leal

Cuenta la historia de que en 1474 se originó una controversia entre don Alonso de Fonseca, el Viejo, arzobispo de Sevilla, y su sobrino don Alonso de Fonseca, el Mozo, a su vez arzobispo de Santiago de Compostela, en Galicia. 

Este sobrino pidió ayuda a su tío para restablecer la paz en el arzobispado de Santiago, y con ese fin Alonso de Fonseca llegó a Santiago, en tanto que el sobrino se quedó en Sevilla. Después haber apaciguado la ciudad, el tío quiso volver a Sevilla, pero su sobrino no se lo permitió. Entonces fue que surgió el famoso refrán que reza: "El que se fue de Sevilla perdió la silla", aunque en el post de hoy, parece que hay otra silla que se perderá definitivamente pero en la Habana. 

El próximo mes de noviembre se cumplirán cinco años de que la silla de madera de palma que fuera del general independentista cubano Antonio Maceo fuera cedida a la Habana temporalmente en el Museo de los Capitanes Generales de la Habana. Sin embargo el histórico objeto sigue siendo propiedad del Ayuntamiento Balear

Es por eso que la semana pasada el alcalde de Palma, Jaime Martínez Llabrés, recibió al cónsul de Cuba en Barcelona, Alejandro Castro Medina, y le solicitó que se interese por la devolución de la silla. En concreto, el alcalde Jaime Martínez le refrescó la memoria al cónsul cubano con respecto a que el próximo 16 de noviembre, expira el plazo del préstamo socialista.

La Silla, tallada en el tronco de una palma y que lleva el escudo cubano y las iniciales de Maceo, fue llevada a Mallorca por el general español Valeriano Weyler que, como trofeo de guerra al caer el Maceo en San Pedro, la llevó a España y la donó al Ayuntamiento de Palma, su ciudad natal. 

Sin embargo en 2018 salió de allí rumbo a la Habana, por obra y gracia del presidente socialista Pedro Sánchez, y dentro de 60 días se acaba el trato. De hecho ese es uno de los puntos del acuerdo entre PP y Vox en el Ayuntamiento de Palma. Para la devolución, - dijeron - se utilizará el mismo embalaje empleado para su entrega, tal y como figura en el contrato de préstamo temporal entre ambos museos, recordó el batle de Palma (alcalde) del Partido Popular.

LA SILLA 

Según confesiones de Valeriano Weyler, en una entrevista que le hiciera el periodista José López Pinillos en el periódico español "El País" y titulada "Memorias del 98", antes de su llegada para sustituir al capitán general Arsenio Martínez Campos ya habían muerto en la guerra 12 jefes cubanos y 10 importantes oficiales, mientras que 17 jefes y 53 oficiales permanecían heridos.  

Luego, bajo su mando, cayeron otros importantes líderes de la insurrección, como Juan Bruno Zayas, Serafín Sánchez, José Martí, Flor Crombet o Guillermo Moncada y el propio Maceo. Sin embargo la muerte de  este ultimo significó un duro golpe para unos rebeldes que se vieron obligados a abandonar la zona occidental de la isla, pacificada totalmente con la retirada de Máximo Gómez, Calixto García y Bartolomé Masso. Incluso Juan Rius Rivera, el sustituto de la jefatura del ejercito, fue hecho prisionero y deportado a la prisión de Montjuic, en Barcelona España.

Prueba de esto fue la carta que el presidente de la junta cubana en Nueva York, don Tomás Estrada Palma, escribiera el 17 de junio al General Calixto García en respuesta a otra suya en que este le pedía "ayuda desesperadamente", al verse reducidos en Oriente y con Weyler ya dispuesto a continuar su limpia en esa zona. Aquí un fragmento...

"Comprendo su difícil situación. La verdad es que las fuerzas de Oriente y Camagüey son las únicas que se han movilizado en su totalidad, tanto en esta guerra como en la pasada - de 1868 a 1878 -. Recordará Vd. que el general Rolof tuvo la idea de cruzar desde Las Villas hasta Camagüey para armarse y disponer allí un convoy de municiones.

Desde luego, los hombres sin armas no pueden ahora cruzar la trocha... de no ser así ésa habría sido la manera racional de incrementar las fuerzas de las Villas... Ahora estoy haciendo una especial petición de fondos a los emigrados. Tengo poca confianza en el resultado por que, en realidad, aquellos a quienes les ayuda algún valor patriótico tienen unos recursos financieros cada vez más pequeños, y los ricos, con pocas excepciones, son sordos a la voz del deber. Muchos de ellos, sin duda, verían con gusto un nuevo sometimiento de Cuba a España... "

No hace falta decir que el pedido de ayuda iba dirigido no a los fondos de los emigrados, si no a la intervención del ejercito de EEUU. Era algo que estaba implícito en esa solicitud. 

Pero volviendo a la silla, y además el reloj, la silla de montar, (devuelta con anterioridad) el machete así como otros artículos ocupados al cadáver de Maceo, Weyler admitió haber recibido constantes delaciones del bando Cubano, al parecer cansado y desanimado. De cualquier forma la manera en que murió Maceo ha sido uno de los capítulos mas controversiales de aquella guerra, debido, entre otras cosas al papel jugado por su médico personal, el doctor Máximo Zertucha, del que incluso se dijo lo estuvo envenenando.

Otros historiadores han sido de la opinión que Weyler se anotó un tanto que ni siquiera le pertenecía, ya que la presencia de Maceo entre los caídos resultó una sorpresa para el ejercito español. Esto no tiene pie ni cabeza por ningún lado, toda vez que Weyler sabía que Maceo se refugiaba en Pinar del Río y que había estado siendo abastecido por el general de división Francisco Leyte Vidal, (el futuro alcalde de Marianao), cuando este comandó el vapor "Three Friends" desde Jacksonville en EEUU.

Así lo deja plasmado en "Mi mando en Cuba", 5 extensos tomos donde describe, con lujo de detalles, toda su etapa al frente del ejercito español en la isla. Inclusive, el propio general Miró Argenter, biógrafo personal y cronista de la campaña de Maceo, acusó al Dr Zertucha de ser autor de la supuesta delación. Esto fue lo que dijo el catalán:

"Durante algún tiempo Zertucha logró conquistarse el aprecio del General porque esmeróse en cuidarlo mientras convalecía de la herida que recibió en uno de los combates de Tapia; pero, como rufián al fin, no tardó mucho en darse á conocer de todos los del Estado Mayor y mereció por unanimidad el dictado de sinvergüenza. Por fortuna, Zertucha no pudo completar su obra de traición por serle desconocido el sitio en que fué enterrado el cadáver de Maceo, que de lo contrario, es seguro que hasta allí hubiese guiado á los esbirros de Weyler".

Viendo este escenario, ¿cómo Weyler no va a saber que del lado de allá de la trocha estaba el líder independentista?. Si es que el comandante valenciano Antonio Cirujeda Cirujeda, Marqués de Puntabrava y uno de los militares de confianza del general Weyler, le venía siguiendo desde que cruzara en barca el río Mariel tres días antes. Hombre por dios.

En la entrevista con Pinillos, Weyler dijo lo siguiente: 

-¿Sigue usted creyendo que los habría inutilizado?

-¡Naturalmente! Si los tuve a dos dedos de pedir la paz. Yo a merced de los espías, me enteraba a diario de la situación del enemigo. Las epístolas de Estrada Palma a Máximo Gómez y a Maceo, y las respuestas de los caudillos, y las cartas que Quintín Banderas recibía y contestaba, las leía yo gracias al capitán de un buque amigo de Máximo, y gracias a un caballero amigo de Quintín. Para éste, le regalé en una ocasión un impermeable, y al caballero, unas gafas.

Pues bien la correspondencia de nuestros enemigos era un grito de dolor. Decía una vez Estrada Palma: "Para guerrear es preciso dinero, dinero y dinero. Y no lo hay. Las naciones prometen mucho, pero nada nos dan. Es imposible seguir."
Y confesaba Máximo Gómez que la concentración no les permitía aprovechar los desembarcos, y que sin desembarcos la resistencia era una locura. ¡Lo que pude conseguir! Pero murió Cánovas, me relevaron, no se opuso nadie a las maniobras de Estados Unidos... y ocurrió lo que tenía que ocurrir.

La silla, mientras estuvo en el museo Balear

En fin, que retomando de nuevo la dichosa silla, que no estaba ni expuesta si no guardada, y casi olvidada, en un almacén del museo de Mallorca, un biznieto de Weyler de nombre Fernando, que nunca se opuso a que la silla fuera a la Habana, dijo que su familia ya había devuelto con anterioridad el reloj de Maceo antes de 1959. Sin embargo, aunque se había acordado que fuera exhibido en un museo en la Habana, el histórico reloj desapareció misteriosamente.

Por otro lado - y esto ya en plan cachondeo - la representante del casi desaparecido partido de extrema izquierda Podemos, Marta Maicas, propuso en 2018 cambiarle el nombre a la plaza Weyler en Palma por el de "Plaza Maceo", propuesta que jamás se llevó siquiera a considerar como seria. 

Y ya para que se ría de la cara de palo que tienen estos comunistas, le cuento que cuando encontraron la silla en el trastero de la jefatura provincial, a donde fue a parar al decidir estos convertir aquella área en la sede de la presidencia del gobierno, la edil de cultura de entonces, Carme Feliú, no sabía ni quien era Antonio Maceo.

Todo esto se lo hubieran ahorrado si en 1995 hubieran hecho trato con el entonces presidente de la fundación Cubano Americana, el finado Jorge Mas Canosa, quien ese año estuvo dispuesto a comprarla y llevársela para Miami. Fue entonces que ante la posibilidad de pasta comenzaron a interesare en la dichosa silla, pero en cambio los comunistas, que siempre van un paso delante en su hipócrita política con el régimen de Cuba, decidieron prestársela y sin animo de reclamarla jamás.

Maldita Hemeroteca 

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