sábado, 11 de noviembre de 2023

Breve historia del Marquesado de Marianao.

Marianao en el siglo XIX

Mira tu por donde sí era de Cataluña. Si usted que nos lee tiene más de 50 años, nació, vivió o conoce un poco la historia de Marianao, un barrio al oeste de la Habana, probablemente recordará como las autoridades castristas de ese municipio decidieron un día, así como acostumbran a hacer, quitarle el nombre al modesto, pero emblemático cine de ese barrio.

"El Cine Marianao" no era su nombre real, pero al menos era el del barrio, pero en su afán por borrar la historia pasada, el castrismo le puso así para que el pueblo olvidara el verdadero nombre que tuvo toda su vida, "el cine González", que por si no lo sabe, era uno de los apellidos del señor Cándido González Nodarse que tuvo el cuidado de bautizar con su nombre completo los tres cines de su propiedad. 

 Marquesa de Marianao, Mariana de Fontcuberta, Grande de España además, el máximo título que se concede en la nobleza española.

No solo eso, empezaron aparecer bidones de basura con un extraño nombre de un ayuntamiento, "Sant-Boi", que luego supimos que estaba situado en Cataluña, España, aunque en esos momentos la mayoría de los "Marianenses" no teníamos ni pajonera idea de donde procedían. 

Hoy sabemos que ni siquiera es del todo nuestro y que proviene de un título nobiliario, "El Marquesado de Marianao", creado por Isabel II en 1860 en favor del señor Salvador Samá y Martí, coronel de milicias de infantería, que fue regidor de la Habana y benefactor de ese barrio. Lo tuvo en su poder desde 1860 hasta su muerte en 1866.

En fin que ese título nobiliario sigue estando en poder de alguien que está vivo en España, y bien viva por cierto, se trata de la señora marquesa Mariana de Fontcuberta y Juncadella, quien lo heredó en el 2002 de su padre el "indiano" Alfonso de Fontcuberta, V marqués de Villalonga y XIII de Solterra además.


Lo de indiano es porque esa familia hizo una gran fortuna en Cuba, y a todos los españoles que regresaban de allí. Por lo general eran Asturianos y bastante ricos, que en las décadas de los '60 y '70 comenzaron a regresar a su patria. Estos Indianos fabricaban imponentes mansiones, muchas de ellas hoy están abandonadas, que de alguna forma mitigaba la añoranza de lo que fueron y habían dejado en la isla.

Dicho esto, sepa que la señora Mariana, (por Marianao evidentemente) quien al parecer se dedica al negocio de "Bienes Raíces" y que no sabemos si conoce el verdadero estado en que se encuentra ahora "su Marquesado", es la dueña actual de este marquesado.

Hay que decir que su tatarabuelo tío, porque Don Samá y Martí no tuvo descendientes y su título pasó a su sobrino Salvador Samá y Torréns, aunque fue coronel de voluntarios en 1862, en realidad fue un gran hombre que hizo mucho por Marianao, pero mucho. Don Samá y Martí nació el 13 de abril de 1797 en Villanueva y Geltrú, y de joven se fue a Cuba. 


Samá, que fue además uno de los propietarios del "Diario de la Marina", por estar muy enfermo no pudo costear de su bolsillo la fabricación de la parroquia "Salvador del Mundo", sito en la calle 130 entre 45 y 49, edificada para que los feligreses no tuvieran que ir andando hasta la Francisco Xavier en los Quemados, sin embargo fue tan buen hombre que en su testamento dejó la friolera de 20 mil pesos de la época, en favor de iniciar su construcción en 1882. 

Si bien no he podido localizar el inventario post-mortem de Salvador Sama y Martí, que nos daría una idea exacta del fruto de sus negocios dentro de su trayectoria vital en Cuba, no cabe duda que su fortuna debió ser muy cuantiosa, pero para que se tenga una idea, sólo con los legados que Salvador instituyó en su testamento, repartía nada menos que 4 millones 325.000 pesetas, unos 30 mil euros en tiempos que con pocos céntimos se comía opíparamente.

Las relaciones entre Cuba y Catalunya, sobre todo a lo largo de los siglos XIX y XIX, fueron muy puntuales y variadas, desde haber sido unos implacables y despiadados "negreros" esclavistas, tanto legales como ilegales, unos prósperos mercaderes e incluso, obstinados conspiradores e independentistas que eran capaces de viajar hasta Santiago de Cuba para poder conspirar a espalda del reino de España con tranquilidad. De hecho su bandera es una copia de la Cubana. 

Maldita Hemeroteca 

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