martes, 7 de noviembre de 2023

HELADERÍA COPPELIA: cerrado por reformas


“El mejor helado del mundo”, así decía el dictador cubano Fidel Castro cuando se refería a la heladería Coppelia, que un día 18 de junio del año 1966, abría sus puertas en la céntrica esquina de las calles 23 y L, en el popular vedado Habanero, y que este jueves 9 de noviembre, el sitio 14yMedio anunció que ha cerrado para siempre.

Se levantó en un área donde antaño estuvo funcionando el desaparecido hospital "Nuestra Señora de las Mercedes" o simplemente "Reina Mercedes", uno de los primeros centros de salud en la capital cubana del siglo XIX, gracias a la venta de los terrenos de San Juan de Dios y al aporte económico de personalidades como Joaquín Gómez, Josefa de Santa Cruz de Oviedo o Salvador Samá y Martí, marqués de Marianao, y la de miles de Habaneros mas. Aquel hospital prestó sus servicios desde el 8 de febrero de 1886 hasta el 1958.

La trova de Coppelia no solo se trataba de otras de sus mentiras que los mismo cubanos no podían comprobar con sus propios ojos, pues para ese año ya Cuba se había convertido en la cárcel más grande del mundo, con millones de reos a su disposición que no podían salir de allí. En cualquier caso, aquella fue otra de sus grandes fantasías dentro del grave trastorno narcisista y anti americanista que padecía. 

Para cumplir ese sueño, se trajo de Europa lo más avanzado de la maquinaria heladera del momento, en un final el mejor helado del mundo, como la gelatería Italiana, posiblemente el mejor de todos, o prestigiosas marcas como Kalisse, Frigo, Magnum, Häagen-Dazs, Cornetto, Carte d’Or Francés eran europeos, o de países con gran tradición como Polonia, Hungría, Turquía o Dinamarca.

Y aunque se dice que el nombre de "Coppelia" fue otra de sus ideas, al parecer se trató del ballet favorito de su, no sabríamos ni como llamarla, la señora Celia Sánchez Manduley, una mujer dotada de un poder descomunal que conservó hasta su muerte en 1980. Decían que en los días de gloria allí trabajan unas 400 personas, y que atendían a casi 1000 clientes que consumían alrededor de 16.000 litros de helado al día. 

Fue diseñada por el arquitecto Mario Girona con forma circular, y en niveles que reservaba espacios a numerosas terrazas. Eso sí, como símbolo de aquel socialismo, tenías la obligación de compartir tu helado y tu mesa con consumidores extraños.

Bautizada como "La Catedral del Helado", hoy no queda nada literalmente, pues ha sido clausurada al parecer para siempre este jueves, luego de caer en una espiral destructiva que le había llevado a cerrar sus puertas en varias ocasiones. El desastre de Coppelia es otro ejemplo más de ese estado de ánimo de resignación, de hartazgo, de pesimismo individual y social al que la dictadura ha convertido la vida cotidiana en esa isla.

Maldita Hemeroteca 

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