"En 1895 y 1898 España realizó el mayor esfuerzo militar jamás llevado a cabo por una potencia colonial: los 220.285 soldados trasladados a Cuba en cuatro años constituyeron el mayor desplazamiento militar que cruzara el Atlántico hasta la II Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos se aprestó a la invasión de Europa": Historiador Manuel R. Moreno Fraginals.
La guerra de Cuba fue perdida de antemano. Los EE.UU. no precisaban combatir para ganarla. Les bastaba proteger y armar a los insurrectos. Pero la excusa de defender haciendas e intereses de sus ciudadanos en la isla (el azúcar) y el provocado hundimiento del Maine en La Habana, fue su pretexto para entrar en la disputa que suscitó en España un patrioterismo generalizado.
La Correspondencia Gallega publicaba el 10 de marzo de 1898 que.... «en el Banco de España están depositados 4.000 soles, tres barras de plata de 229 kilos, 300.000 pesos y 1,8 millones de pesetas de los emigrantes de Perú, México y Argentina». La Reina abrió con 1 millón una suscripción nacional para atender los gastos de la guerra y le siguieron miles de ciudadanos y consejos, como el de Ribadeo, que aportó 6.000 pesetas, Vigo, Santiago y A Coruña 25.000 Chantada, 300, etc. Pero la donación más emotiva la hizo una pobre señora de Fontesanta, en Maroxo, Arzúa.
Cuando la junta de suscripción llegó a su mísera casa, la mujer, que tenía un hijo en el Batallón Pizarro en Cuba, «no contando con recurso alguno, entregó a los postulantes un huevo de gallina que tenía por alimento», así lo publicaba "La Correspondencia" en su edición del 18 de mayo. La junta lo aceptó, el cura lo compró por 100 pesetas y a la pobre señora le dieron una limosna…
En ese ambiente de euforia y chauvinismo, España envió un cuarto de millón de soldados desnutridos y mal equipados, que como resultado en tres años de lucha murieron 44.389, de los que solo 3.101 fallecieron por acciones de guerra, el 6,98% del total, mientras que 41.288, que sería el 93%, a consecuencia del vómito, el hambre y las enfermedades tropicales. Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina en 1906 y entonces capitán médico en Cuba, valoró así el desastre:
«1898 fue el año de la funesta y vesánica guerra con los EE.UU. Guerra preparada por la codicia de industriales exportadores, la rapacidad de empleados ultramarinos y el orgullo y cerril egoísmo de nuestros políticos. No fracasó el soldado ni el pueblo (que dio cuanto se le pidió), sino un gobierno imprevisor»
El Ejército Español perdió en la guerra de Cuba a 44.389 soldados, pero además fallecieron 4.219 miembros de los Cuerpos de voluntarios, unas unidades armadas que había sido organizadas por la Capitanía General, con el propósito de apoyar al ejército regular y defender la españolidad ante los ataques independentistas cubanos.
De aquellos voluntarios, 2053 eran cubanos y 2.166 peninsulares y de ellos Galicia fue la comunidad que más aportó con 669. Pasamos a desglosarlos: A Coruña: 256, Lugo: 190, Ourense: 124 y Pontevedra 99. La mayoría de los gallegos eran contrarios a la independencia de Cuba.
El archivo nacional de Cuba, contienen los documentos del general mambí de origen polaco Carlos Roloff, donde está depositada la documentación más interesante, ya que Roloff fue nombrado después de finalizada la guerra inspector General del Ejército Libertador, con el encargo de llevar a cabo la liquidación de haberes de todos aquellos mambises que habían formado parte del Ejército. Por otro lado, las fuentes documentales existentes en España se encuentran en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, y en el Archivo Histórico Militar de Segovia.
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Estrada Palma |
Y no sólo con los españoles que colaboraran con el Gobierno español, sino también con los propios cubanos que combatieran a favor de España que no fueron pocos. Para ambos las penas eran la expulsión de la Isla y la confiscación total de todas sus propiedades. A su vez se especificaba que los españoles que no luchasen contra la independencia serían respetados, como también lo serian los soldados españoles que se incorporasen a las filas del Ejército Libertador, quienes tendrían los mismos derechos que los soldados cubanos.
Terminado el conflicto observamos como el español no fue rechazado en Cuba. Por el contrario, en la isla nunca existió un sentimiento antiespañol ni siquiera concluida la guerra, y fue a partir de entonces cuando se produjo la emigración de españolas más importante hacia Cuba. Como se puede apreciar, nueve años después de finalizada la guerra los españoles conforman dentro del conjunto de la población el grupo mayoritario, y con una diferencia bastante notable sobre los demás.
Véase a manera de ejemplo el censo de 1907:
En ese censo se incluyeron no sólo a los militares, sino también a todos aquellos que estuvieron en los campos de batalla y que prestaron servicios de orden civil, lo cual significó un factor a tenerse en cuenta a la hora de analizar la participación de españoles en las filas mambisas. Por ejemplo en el primero, segundo y tercer cuerpo del ejército, se extrajeron 473 españoles. La procedencia regional de estos soldados a partir de los informes es la siguiente:
Con respecto a la fecha de ingreso en el ejército, la mayoría lo hicieron en los primeros meses de la contienda; no obstante, hubo otros que se incorporaron progresivamente a lo largo de la misma. Las cifras obtenidas son las siguientes:
1896 ---21,1 96
1897 ---6,1 96
1898 ---21,5 96
En cuanto a la graduación militar, la mayoría eran soldados y en menor porcentaje capitanes, alférez, asistentes. Sólo un subteniente, un coronel, un teniente coronel y un general de división. Es interesante resaltar que en otras de las listas consultadas constan más datos sobre la profesión, edad, estado civil, grado de instrucción, lugar de residencia, etc ...
Los resultados obtenidos son los siguientes:
Por último, un aspecto muy importante es el relativo a las deserciones. Sin duda alguna comprobar que existen desertores en un Ejército no constituye a nuestro juicio ninguna novedad, más aún si tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos los soldados no son voluntarios. Entre los que decidieron unirse a los mambises, la mayor parte procedió del Regimiento de Infantería de Ocujal No 2, y donde desde el Segundo Batallón, Quinta y Sexta Compañía, procedían del Ejército Español.
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Martí |
Memorias. // Fuente: Prensa Española // Cubanos en el ejército Español. Revista ucm.es