.

BREVE RESEÑA DE LOS CUERPOS DE VOLUNTARIOS EN CUBA

Unidades de Voluntarios. // 

La creación de los primeros cuerpos de voluntarios urbanos de la isla data de 1763, como consecuencia de la Toma de la Habana por los ingleses y una vez resuelta esta ocupación, se crearon en la isla dos regimientos de voluntarios montados: uno en la Habana y el otro en Matanzas. 

Para el 1808 existían 16 compañías de cien hombres cada una, denominadas ¨Voluntarios Ultramar de Fernando VII¨ y cuarenta años después, con motivo del inicio de las actividades separatistas, el gobierno Español creó milicias de treinta mil voluntarios cada una dotadas de fusiles Rémington con bayoneta de cubo, correaje y abundante municion.

De hecho, con la participación de estas tropas organizadas, el general José Gutiérrez de la concha consiguió frustrar una expedición que le valió el título de Marqués de La Habana, y posteriormente capturó al venezolano Narciso López, lo que constituyó un duro golpe para los grupos que estaban a favor de la anexión y un fortalecimiento político al grupo pro peninsular.

LA GUERRA

Entre 1868 y 1878 tuvo lugar en Cuba la guerra de los diez años. Fue la primera guerra en la que se enfrentaron el ejército español ayudado por los llamados cuerpos de voluntarios contra las guerrilleras independentistas financiadas desde Estados Unidos, que no intervinieron directamente como harían más tarde en 1895.

El entonces presidente de Estados Unidos, general Ulisses S Grant, llevó a cabo diversas propuestas para que España les vendiese la isla de Cuba y en ese sentido mantuvo negociaciones, pero el gobierno español se negó a venderla. En fin que apoderarse de Cuba fue el principal objetivo de la política exterior norteamericana durante todo el siglo XIX.

En aquel conflicto repleto de acontecimientos políticos y militares que sería muy largo detallar, España estuvo a punto de perder la isla, pero finalmente consiguió neutralizar a los rebeldes que terminaron capitulando en un acuerdo denominado Paz del Zanjón firmado en febrero de 1878. 

Aun así durante los primeros años la situación llegó a ser muy difícil para una España que tenía un número muy escaso de soldados, y fue por ello que la colaboración entre el ejército y los cuerpos de voluntarios se volvió esencial. Eran unidades voluntarias, como su nombre indica, formadas principalmente por jóvenes españoles peninsulares que vivían en Cuba. 

En aquel momento había cerca de 100.000 españoles peninsulares en Cuba, la mayoría catalanes. En aquella época los catalanes encabezaban el españolismo más intransigente en la isla. No era extraño, por cuanto los terratenientes azucareros y cafeteros y comerciantes catalanes, muchos de ellos esclavistas, tenían un peso económico muy importante. 

Con el nombre de "Nobles Vecinos" quedaron organizados en 1850 diez Batallones y cuatro Compañías de peninsulares a lo largo de toda la Isla, quedando establecidos con cuatro Batallones en La Habana, dos en Santiago de Cuba, una en Matanzas, Trinidad, Puerto Príncipe, Cienfuegos, Pinar del Río y Manzanillo y dos más en Cárdenas.

Estas unidades quedaron restructuradas, e incluso algunos llegaron a desaparecer, con la llegada a Cuba del nuevo capitán general José Gutiérrez de la Concha. Solo agregar que a estas fuerzas habría que sumarles la conformadas por Cubanos pro españolistas, los llamados "guerrilleros". 

Coronel Felipe de Pelayo, del regimiento de voluntarios "Cazadores de Cárdenas". 

La isla, que tenía entonces cerca de dos millones de habitantes, tenía 70.000 jóvenes españoles formando parte de los Cuerpos de Voluntarios, los que tuvieron un papel muy relevante desde el punto de vista militar, mientras fueron llegando desde la Península nuevas unidades. Hubo cuerpos de Voluntarios catalanes, de Madrid, asturianos cántabros, vascongados, navarros y de Cádiz. 

Además, un total de 200.000 soldados españoles regulares fueron desplegados en Cuba a lo largo de los 10 años de esa primera guerra. A todo eso habría que añadir que cerca de 30.000 cubanos lucharon en el bando español y la capital era el principal bastión españolista de Cuba y epicentro de los Voluntarios. 

Éstos no se limitaron a cumplir un papel estrictamente militar, sino que se fueron convirtiendo gradualmente en una milicia política, se transformaron en la punta de lanza del españolismo y en el principal poder político de la isla. A mediados de 1869 demostraron su capacidad de movilización contra el asalto al palacio de la Capitanía General en La Habana.

Fue en protesta por la débil política del Capitán General, el general Dulce Garay, que quería negociar la autonomía de Cuba con los mambises concediéndoles numerosas amnistías que solo fortalecieron a los rebeldes. Dulce se vio obligado a dimitir, y el gobierno español nombró como Capitán General al general Caballero de Rodas, de mentalidad más intransigente. 

Más tarde los Voluntarios también conseguirían que fuese nombrado en ese cargo el conde de Valmaseda, militar vasco, considerado el general español más experto en la guerra contra insurgente y, en cierto modo, el más brutal. Algunos historiadores anglosajones han comparado a aquellos voluntarios con los grupos paramilitares unionistas de Irlanda del Norte. 

Hoy todo esto puede parecer sorprendente, pero los españoles en general eran mucho más combativos y en se siglo XIX hubo muchos ejemplos. Los voluntarios fueron el núcleo de lo que entonces se conoció como «partido Español de Cuba», organizado en torno a los llamados «Casinos Españoles» que se oponían a la independencia y la autonomía y que más tarde se llamaría «Unión Constitucional». Los empresarios catalanes fueron los principales financiadores de los voluntarios. 

Algunos oficiales de aquellos cuerpos de voluntarios españoles, como por ejemplo los coroneles Tizón y Pelayo, se hicieron especialmente famosos como hábiles guerrilleros contra insurgentes, utilizando incluso las mismas tácticas que los rebeldes. La historiografía nacionalista cubana suele dibujar a los voluntarios como asesinos y terroristas, y aunque en aquellos años fue así, atrocidades se cometieron en ambos bandos. 

La Guerra de los Díez Años fue un conflicto devastador, mucho más que las separatistas del Continente americano de principios del XIX capitaneadas por Bolívar y San Martín. Murieron por hambre, enfermedades o por combate unos cien mil soldados, además de miles de civiles españoles y posiblemente el doble de separatistas.

Por fortuna la ferocidad de aquella guerra solo existe en el recuerdo, y más allá de las diferencias políticas que existen hoy, son dos países totalmente reconciliados. Al final los mayores vencedores de aquella guerra civil fueron los Estados Unidos, y en cualquier caso, con sus luces y sus sombras, los voluntarios españoles y cubanos fueron protagonistas de un tiempo y una época que aún hoy son dignos de ser recordados. 

Condensado de 
La Nueva España.

Fuente consultada:  Historia de los voluntarios cubanos, 1872-1877. - por Don José Joaquín Ribó‎