Coronel Felipe de Pelayo, del regimiento de voluntarios "Cazadores de Cárdenas". //... |
Entre 1868 y 1878 tuvo lugar en Cuba la guerra de los diez años. Fue la primera guerra en la que se enfrentaron el ejército español, ayudado por los llamados Cuerpos de Voluntarios, contra la guerrilla independentista llamada mambises, armada y financiada desde Estados Unidos que no intervinieron directamente, como harían más tarde, en 1898, pero desde su territorio salían todos esos pertrechos.
El entonces presidente, el general Ulisses S Grant llevó a cabo diversas propuestas a España para que vendiese Cuba a Estados Unidos. España y Estados Unidos mantuvieron negociaciones pero el entonces presidente del Gobierno español, el general Prim, se negó a vender la isla. Apoderarse de Cuba fue el principal objetivo de la política exterior norteamericana durante todo el siglo XIX, una guerra que fue larga y muy dura.
Fue un conflicto contra insurgente que estuvo llena de acontecimientos políticos y militares que sería largo detallar. España estuvo a punto de perder la isla, pero finalmente consiguió neutralizar a los rebeldes que terminaron capitulando en un acuerdo denominado Paz del Zanjón en febrero de 1878.
Durante los primeros años la situación llegó a ser muy difícil para España que tenía en principio un número muy escaso de soldados en la isla.
Por ello fue esencial la colaboración con el ejército de los llamados Cuerpos de Voluntarios. Eran unidades voluntarias, como su nombre indica, formadas principalmente por jóvenes españoles peninsulares que vivían en Cuba. En aquel momento había cerca de 100.000 españoles peninsulares en Cuba, la mayoría catalanes. En aquella época los catalanes encabezaban el españolismo más intransigente en Cuba.
No era extraño, por cuanto los terratenientes azucareros y cafeteros y comerciantes catalanes, muchos de ellos esclavistas, tenían un peso económico muy importancia en Cuba. La isla, que tenía entonces cerca de 2 millones de habitantes, tenía 70.000 jóvenes españoles formando parte de los Cuerpos de Voluntarios que tuvieron un papel muy relevante desde el punto de vista militar, sobre todo durante los primeros años de la guerra. Además fueron llegando desde la Península nuevas unidades.
Hubo cuerpos de Voluntarios catalanes, de Madrid, asturianos cántabros, vascongados, navarros y de Cádiz. Además un total de 200.000 soldados españoles regulares fueron desplegados en Cuba a lo largo de los 10 años de esa primera guerra. A todo eso habría que añadir que cerca de 30.000 cubanos lucharon en el bando español y la capital era el principal bastión españolista de Cuba y epicentro de los Voluntarios. Éstos no se limitaron a cumplir un papel estrictamente militar, sino que se fueron convirtiendo gradualmente en una milicia política, se transformaron en la punta de lanza del españolismo y en el principal poder político de la isla.
A mediados de 1869 demostraron su capacidad de movilización contra el asalto al palacio de la Capitanía General en La Habana, como protesta por la débil política del Capitán General, el general Dulce, que quería negociar la autonomía de Cuba con los mambises, concediéndoles numerosas amnistías que solo fortalecieron a los rebeldes. Dulce se vio obligado a dimitir, y el gobierno español nombró como Capitán General al general Caballero de Rodas, de mentalidad más intransigente.
Más tarde los Voluntarios también conseguirían que fuese nombrado Capitán General, el conde de Valmaseda, militar vasco, considerado el general español más experto en la guerra contra insurgente y en cierto modo, el más brutal. Algunos historiadores anglosajones han comparado a los Voluntarios con lo que fueron en el siglo XX los grupos paramilitares unionistas de Irlanda del Norte. Hoy todo esto puede parecer sorprendente, pero los españoles en general eran mucho más combativos y patriotas que hoy.
En el siglo XIX hubo muchos ejemplos de ello. Los Voluntarios fueron el núcleo de lo que entonces se conoció como «partido Español de Cuba», organizado en torno a los llamados «Casinos Españoles» que se oponían a la independencia y la autonomía de Cuba, y que más tarde se llamaría «Unión Constitucional». Los empresarios catalanes fueron los principales financiadores de los Voluntarios.
Algunos oficiales de Cuerpos de Voluntarios españoles como el coronel Tizón o el coronel Pelayo, se hicieron especialmente famosos como hábiles guerrilleros contra insurgentes, utilizando incluso las mismas tácticas que los rebeldes.
La historiografía nacionalista cubana suele dibujar a los Voluntarios como asesinos y terroristas, sin embargo es indudable que ambos bandos se cometieron atrocidades.
La Guerra de los Díez Años fue un conflicto devastador, mucho más que las separatistas del Continente americano de principios del XIX de Bolívar y San Martín.
Murieron por hambre, enfermedades o por combate unos 100.000 soldados y civiles españoles y posiblemente el doble entre mambises y civiles y separatistas. Las feroces guerras hispano cubanas del siglo XIX están en el recuerdo histórico, pero hoy, por fortuna, ambos pueblos están básicamente reconciliados más allá de diferencias de sus regímenes políticos.
Sólo los Estados Unidos resultaron vencedores en 1898 de aquella guerra civil entre pueblos que eran hispánicos. En cualquier caso, con sus luces y sus sombras, los Voluntarios españoles y cubanos en Cuba, fueron protagonistas de un tiempo y una época y son dignos de ser recordados.
Condensado de
La Nueva España