El diecisiete de febrero de 1957 el periodista del diario New York Times, Herbert L. Matthews, se entrevistó con Fidel Castro en plena Sierra Maestra. En esa visita "confirmó además" que Castro estaba vivo y que el foco guerrillero continuaba operando en la zona montañosa tras sobrevivir al desembarco del Yate Granma el dos de diciembre de 1956.
En ese momento Fidel disponía de muy pocos hombres y se encontraba acosado por el ejército de Batista, pero como buen pícaro y bribón que fue, le vendió a este tonto útil y ávido de notoriedad, una historia que tragó más que lo que engulló Linda Lovelace en la película "Garganta Profunda". En un final, se trataba de un periodista y un periódico de izquierdas.
Para ello buscó las opiniones de dos personajes opuestos, el presidente de Galicia por el Partido Popular, amigo de Castro y ex ministro de turismo del régimen de Franco, Manuel Fraga Iribarne y el comunista Santiago Carrillo, otro lame botas del napoleón caribeño. Sin embargo, el tirano barbudo "los enterró" a los tres (El periodista del New Yorker, Jon Lee Anderson, autor del prólogo para la nueva edición, se escapó de milagro).
Meneses, que llegó a entrevistar a grandes personajes de la historia contemporánea como Gamal Abdel Nasser, al rey Hussein de Jordania, al rey Faissal de Arabia, al Dalái Lama, el Sha de Irán, Farah Diba, Salvador Dalí, Martín Luther King Jr y hasta el campeón de peso completo Muhammad Alí, entre otros, falleció el día de reyes del año 2013 sin haber regresado jamás a Roma, perdón a Cuba.
Ese mismo año la revista francesa Paris Match envía a Cuba al fotógrafo español Enrique Meneses, quien ayudado por Vilma Espin (Esposa fallecida de Raúl Castro) logra subir a la Sierra Maestra con el mismo objetivo. Allí se pasó cuatro meses viviendo prácticamente con los alzados, e incluso llegó a participar en algunas reuniones importantes de Fidel Castro.
Como la que tuvieron los comunistas con Fidel exigiendo su espacio en el pastel, a lo que Castro le dijo: "Yo no salgo de un imperialismo para meterme en otro". Fue testigo además de que como Castro planeaba sabotear la cosecha cañera de la zona, siendo la de su propia familia la primera finca que debía ser destruida. "El hermano le advertía que iba a matar del corazón a su madre", recordaba el fotógrafo en una entrevista con la BBC.
También estuvo presente cuando la visita de los representantes de la familia Bacardí, quienes fueron a advertirle que si seguía quemando cañaverales no podrían producir más ron. En este caso Castro le respondió que ese no era su problema. Total que al final las relaciones entre Enrique Meneses y Fidel Castro no terminaron muy bien que se diga.
También estuvo presente cuando la visita de los representantes de la familia Bacardí, quienes fueron a advertirle que si seguía quemando cañaverales no podrían producir más ron. En este caso Castro le respondió que ese no era su problema. Total que al final las relaciones entre Enrique Meneses y Fidel Castro no terminaron muy bien que se diga.
Como tantos y tantos, tras el triunfo de la Revolución a Meneses no se le permitió regresar nunca más a Cuba, ni siquiera en 2012 cuando tuvieron el descaro de exponer sus fotos en la Habana, en un virtual chantaje y falta de respeto a su obra. ¿El motivo?
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| Portada de la revista |
Estando en el Cairo en los años 60´s se encontró con el argentino Ernesto Guevara, y este le dijo que su jefe en la Habana estaba muy enfadado con él.
Al parecer Castro se había molestado mucho cuando él admitió que en la Sierra Maestra había presencia de comunistas." El primero eres tú, - le dijo Meneses y le agregó - después está Raúl, Escalante y Carlos Rafael".
En la entrevista dijo además que tampoco tenía muchas ganas de volver a la isla. Se trataba de un régimen que no tenía nada de democrático, aunque reconoció que su reportaje, publicado por la famosa revista francesa "Paris Match" el diecinueve de abril de 1958, tuvo bastante notoriedad por aquellos años.
Próximo a la muerte de Castro, y tras la publicación en el año 2006 de sus memorias tituladas "Hasta aquí hemos llegado", los editores le propusieron rescatar, en modo actualizado, su libro "Fidel Castro", editado en 1966, con la idea de publicarlo cuando este muriera.
Maldita Hemeroteca
