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LA SAGA DE LOS PEREZ DE GUANTANAMO. FINAL


Por el contrario otros numerosos miembros de la familia van a luchar por la independencia de Cuba a partir de la Guerra Chiquita, y entre ellos quien inscribió su nombre indeleblemente en nuestra historia, el Mayor General del Ejército Libertador Pedro Agustín Pérez y Pérez, el célebre Periquito Pérez. Discutida personalidad, fue el más Pérez de todos los Pérez de Guantánamo.

Nació en Tiguabos, cuna por excelencia de los Pérez, el 17 de abril de 1844, hijo de dos miembros de la familia, Eligio del Carmen Pérez y Pérez y Lucía Pérez y Céspedes, hermana de Miguel Pérez. Casó con una prima suya Juana Pérez Gutiérrez y su única hija Ruperta Pérez Pérez casó a su vez, con otro primo, José Francisco Pérez Pérez, que murió como un héroe en el combate de Jobito, cumpliendo riesgosa orden de su primo y suegro.

Esta conducta emocionó tanto al Lugarteniente General Antonio Maceo que después de la victoria y en el mismo campo de batalla, colgó los grados de Capitán del héroe caído sobre el pecho de uno de sus hijos Jesús Pérez Pérez, niño de diez años de edad. Muy influido por la personalidad de su tío Miguel Pérez, Periquito fue nombrado por éste al frente de una de las Escuadras de Guantánamo desde los comienzos de la Guerra de los Diez Años.

En los años finales de la contienda el futuro jefe mambí comprendió que la causa que defendía no podía ser la de un verdadero hijo de estas tierras y comenzó a buscar la ocasión más propicia para integrar las filas independentistas, a la par que muy cautelosamente trataba de convencer de sus nuevas ideas a los hombres de su tropa, los que sentían por él extraordinario cariño y respeto.

Su primo el Coronel Santos Pérez sospechando las intensiones de Periquito y queriéndolo mantener a toda costa fiel a la causa española, lo nombró jefe de la Comandancia Militar de Palma de San Juan, pero este ascenso, aceptado por el experimentado cuadrillero, no impidió que continuara sus actividades conspirativas.

Cada día más evidente su conducta, recibió de agentes españoles la calumniosa acusación de "dilapidación de haciendas", por lo que fue detenido y pudo salir en libertad gracias a que intercedió en su favor, ante las autoridades superiores, su tía Cecilia Ruiz, viuda de Miguel Pérez y madre de Santos Pérez.

Terminada la Guerra Grande y comenzados, menos de un año después, los preparativos para una nueva contienda bélica, Periquito recibió la falsa noticia de Santos Pérez, a quien creía en la conspiración, para que se alzara en Palma de San Juan que él lo haría en Guantánamo. Engañado cumplió la orden y su pequeña tropa fue atacada y dispersa y él finalmente, llevado prisionero al castillo de El Morro de Santiago de Cuba.

Su hermano Federico, compañero suyo en estos trajines revolucionarios, fue traidoramente asesinado en el monte. Encerrado en una celda de la fortaleza, de manera increíble, se lanzó desde su única ventana al pararrayos del castillo, bajó de él por las fuerzas de sus brazos y se evadió atravesando las afiladas rocas que rodean la entonces sombría fortaleza. Y volvió a la guerra.

El entonces General de Brigada Guillermón Moncada lo nombró Comandante:

 "Cuartel General Primer Cuerpo Por convenir así al servicio, y a fin de poder llevar a cabo con más prontitud la organización de este Cuerpo, atendiendo a sus méritos y a su adhesión a la causa de la Revolución Redentora que con las armas defendemos, esta jefatura ha tenido a bien nombrar a usted Comandante del Ejército Libertador con la antigüedad que se le consignará en su diploma. Patria y Libertad ".

Al final de la contienda ostentaba el grado de Teniente Coronel. Su primo Santos Pérez volvió de nuevo a tratar de convencerlo. Le escribió una carta con ese fin, que recibió como respuesta colgarlo si se aparecía en el campamento. Pero el hijo de Miguel Pérez se presentó solo, desarmado y fumando tranquilamente un tabaco. Hablaron. 

El militar enemigo le informó de los jefes prisioneros, de las conversaciones de paz, de las presentaciones. Periquito se mantuvo firme y algún tiempo más tarde, sin comunicación con jefe alguno, disolvió sus tropas y él permaneció errante por los montes. Por intersección del rico hacendado español, amigo suyo, Manuel Miyares, ante los Generales españoles Camilo Polavieja del Castillo y Luis María de Pando, estos le prometieron dejarlo en libertad bajo promesa de no conspirar en el futuro. 

Periquito aceptó y fue con su familia, primero, a su finca La Pulsera, donde recibió una sarcástica comunicación de Santos Pérez donde le decía que permaneciera tranquilo, que ya llegaría el momento de gritar ¡Viva Cuba libre¡, y después pasó a Laguna Abajo, donde poco tiempo más tarde fue detenido, llevado a Santiago de Cuba y encerrado en la fragata Numancia.

El General Camilo Polavieja, en una entrevista que le concede, le echa en cara su conducta antiespañola a pesar de su historial en las Escuadras de Guantánamo y su parentesco con Miguel y Santos Pérez. Lo insta, además, que pida lo que quiera del gobierno español y al negarse Periquito a aceptar nada, lo pone en libertad bajo la amenaza de fusilarlo de continuar conspirando, pues no sería benévolo con él si caía preso por cuarta vez.

Sin embargo, Periquito mantiene sus contactos con los Generales Antonio y José Maceo y Guillermo Moncada y con el Coronel Victoriano Garzón. En 1893 se le nombra Delegado del Partido Revolucionario Cubano en Guantánamo donde todos los separatistas lo consideran su jefe natural.

La denuncia de un traidor, después del fracaso del prematuro alzamiento de los hermanos Manuel y Ricardo Sartorio en Purnio y Velazco, Holguín, el 27 de abril de 1893, lo hace partir solo a los montes donde vive errante desde septiembre de ese año, en espera, con las armas en la mano, del comienzo de nueva guerra independentista.

Perseguido y acusado de vulgar asaltador de caminos, a los ocho meses de esta situación fue visitado por su primo el hacendado Tiburcio Pérez Pérez, vicepresidente del Partido Liberal Autonomista en Guantánamo. Lo visitó en nombre de los hacendados de la región, para que desistiera de sus propósitos, tan contrarios a sus intereses y con todas las garantías embarcara al extranjero con su familia. 

Le hacían, además, el ofrecimiento, en nombre del gobierno español, de 20 000 pesos para que rehiciera económicamente su vida. Rechazadas tales propuestas por el jefe mambí, el gobierno español no cesó entonces en el empeño de asesinarlo, para lo cual trató de sobornar a dos miembros de la familia, "Cheché" y Marcelo Pérez, a los que ofreció 20 000 pesos por su cadáver. 

Los dos familiares lejos de cumplir tan baja misión huyeron al monte y se refugiaron en lo más intrincado de la loma de La Piña. El 17 de febrero de 1895 recibe Periquito la orden de Guillemón para el levantamiento. Manda avisos a los jefes de barrios con el día y la hora del alzamiento y como debían hacerlo: José Mejías, en Yateras; Pedro Ramos y Enrique Brooks, en Santa Cecilia; Agustín Araujo.

En El Yarey; Pedro Mestre y Bartolomé Cuza, en Río Seco; Luis González Pineda, en Baitiquirí; José Pérez, en los Caños; Enrique Thomas, en San Miguel; Pablo Salomón, en Tiguabos; Evaristo Lugo y Prudencio Martínez, en San Andrés y los hermanos Enrique, Emilio y Vicente Tudela en la parte occidental de la costa, entre las desembocaduras de los ríos Guantánamo y Baconao. Señala un lugar para la reconcentración de las fuerzas.

El 24 de febrero, alrededor de las 9 de la mañana, en unión de su yerno José Francisco Pérez Pérez, su cuñado Francisco Castillo y otros familiares, en su finca Matabajo, juran hacerle la guerra a muerte a España. Parten después rumbo a la finca "La Confianza" del patriota Luciano Peguero, donde firman el acta redactada por el después Coronel Emilio Giró y Odio, con el testimonio de la declaración e inicio de la guerra y juramento de luchar hasta morir en defensa de la independencia de Cuba.

Se dan vivas a Cuba libre. Se iza una bandera cosida por Juana Pérez, esposa de Periquito. Enrique Tudela a las 3 de la tarde toma el fuerte de Hatibonico, haciéndole al enemigo, muertos, heridos y prisioneros y ocupa armas y cartuchos. El 25 de febrero tiroteo del cuartel de la Guardia Civil en Guantánamo y toma del fuerte de Sabana de Coba en la costa.

La guerra comenzaba impetuosa en Guantánamo, a su frente con el grado de Coronel, conferido por el Mayor General Guillermón Moncada, desde el mismo día del levantamiento, Pedro Agustín Pérez y Pérez. Sobre estos hechos dejó el propio Periquito un imprescindible artículo titulado "Mi recuerdo", en el folleto Datos para la Historia, Guantánamo, 1901.

Regino E. Boti en su trabajo de ingreso como académico correspondiente en Guantánamo de la Academia de la Historia de Cuba, la monografía "El 24 de febrero de 1895. Exposición crítica de los más importantes estudios publicados hasta hoy sobre la fijación histórica del grito de independencia", leída en la sesión extraordinaria del 4 de septiembre de 1919, concluye que:

 "[...] si sus promotores propendían a un fin, la prioridad de alzamiento débesele adjudicar a quien con más celo cumplió su cometido desde el primer instante [...]. Ese laurel debe corresponderle a Pedro Agustín Pérez", para agregar finalmente. "Y si la verdad de la Historia le sigue llamando al de nuestra guerra de independencia el grito de Baire, la verdad de los hechos, que está por encima de la verdad de la Historia- y en la cual ésta debe informarse- le llamará el grito de Guantánamo".

Junto a Periquito desde el propio 24 de febrero de 1895 se encontraban los siguientes miembros de la familia: 

Su yerno y primo José Francisco Pérez y Pérez, héroe y mártir de Jobito. Su cuñado Francisco Castillo; sus nietos Francisco José y Jesús Pérez Pérez, este último su compañero inseparable desde los 8 años, en los días de errante solitario por los montes antes de la guerra, que fuera incluido entre los " Niños Gigantes de la Revolución Cubana" por el historiador y eminente cirujano doctor Benigno Souza Rodríguez.

También otros primos y familiares como: Rafael, Simón, Blas, José, Quintín, Francisco, Genovevo, Tiburcio (no el autonomista) y Mariano Pérez Pérez, Gabino González Pérez, Leocadio Socías Pérez y Estanislao Pérez Bonilla, a los que después se unirían otros como el licenciado Gonzalo Pérez André, más tarde Teniente Coronel y Auditor de su Estado Mayor; Antonio, Julián y Emilio Pérez Pérez y José Demetrio Pérez.

En la toma del poblado de Caimanera en diciembre de 1897 se incorporaron Carlos, Ramón e Ignacio Pérez. Su actuación en la última de nuestras guerras independentistas contra España (1895-1898) fue extraordinariamente brillante. Protegió con sus fuerzas, después de sus desembarcos, las expediciones de Máximo Gómez y José Martí y de Antonio Maceo y con ello salvó la Revolución al decir del historiador y General de Brigada del Ejército Libertador Enrique Collazo Tejada.

En el combate del El Cedrito, el 12 de mayo de 1895, el Lugarteniente General Antonio Maceo lo ascendió a General de Brigada. Caída prisionera su numerosa familia, que lo acompañaba en la guerra, en el asalto al campamento de Ocujal, logra astuta y valientemente rescatarla los días 31 de octubre y 1ro de noviembre de 1896.

En el primero de esos días a la anciana María Pérez y a su sobrina " Chimí" y en el segundo a Juana Pérez, su esposa; Ruperta, su hija; y los demás familiares: Narcisa, Josefa, Agripina, Catalina, Jesús, José (Mayarí), Juan, Pedro y Custodia, depositándolos en la finca de Majín Borrero, donde se hizo cargo de su cuidado su primo Hilario Pérez. Peleó valientemente junto a los Mayores Generales Antonio y José Maceo Grajales y Agustín Cebreco Sánchez.

Mayor General Pérez 
Tuvo la gloria de salvar la vida del General José Maceo y después el inmenso dolor de participar en el combate de Loma del Gato en el que el General José encontró la muerte. 

Pierde a su yerno el arrojado Capitán José Francisco Pérez en el combate de Jobito en cumplimiento de una orden dada por él para alcanzar el triunfo a cualquier precio y participa en victorias tan sonadas como: 

Ramón de las Yaguas, Sabana de Coba, Arroyo Hondo, Sao del Indio, Yerba de Guinea, Ullas, La Yaya, El Palmar y cuanto combate importante tiene lugar en el territorio de su mando. Merece ascenso a General de División el 13 de agosto de 1896, conferido el grado por el Lugarteniente General Antonio Maceo.

Al intervenir Estados Unidos de Norteamérica en la guerra, como interesado aliado, las fuerzas de Periquito hacen posible el desembarco de parte de las tropas norteñas por Playa del Este y es allí donde el Coronel Enrique Thomas, a sus órdenes, en fiero combate salva del desastre las fuerzas de los Comandantes Mc Calla y Ryan.

Termina la guerra con el grado de Mayor General, otorgado en mayo de 1898 y el cargo de Jefe de la Primera División del Primer Cuerpo de Ejército, que comprendía los Términos Municipales de Guantánamo, Sagua de Tánamo y Baracoa.

En su Estado Mayor figuraban: Coronel Emilio Giró Odio, Jefe del Estado Mayor; Teniente Coronel, licenciado Gonzalo Pérez André, Auditor del Estado Mayor; Teniente Coronel, Silverio Guerra Téllez; Comandante Juan Martí Alayo; Capitanes Rafael Jústiz Sáenz, Agustín Veranes y José Sánchez y el Teniente Jesús Pérez Pérez, su nieto inseparable. José Martí escribió de él en su Diario de Campaña:

 "A la tarde, Pedro Pérez, el primer sublevado de Guantánamo: de 18 meses de escondite, salió al fin, con 37 hombres, seguido de muerte, y hoy tiene 200. En el monte, con los 17 de la casa, está su mujer, que nos manda la primera bandera. ¡Y él sirvió a España en las escuadras, en la guerra grande!. Lealtad de familia a Miguel Pérez.

- Apoyado en su bastón, bajo de cuerpo, con su leontina de plata, caídas las patillas pocas por los lados del rostro enjuto y benévolo, fue con su gente brava, a buscar a Maceo en vano por todo Baracoa, en los dientes de los indios: su jipi-japa está tinto de púrpura y bordada de mujer es la trenza de color de su sombrero, con los cabos por la espalda. 

- El no quiere gente a caballo, ni monta él, ni tiene a bien los capones de goma, sino la lluvia pura, sufrida en silencio". Lino D'ou que lo conoció personalmente en la guerra y en la paz lo describe como de "valor a toda prueba, serenidad, sagacidad, modestia i una bondad imposible de superar".

Regino Boti, que fue su amigo y recibió de él valiosos testimonios de la guerra, escribió: "Periquito Pérez tenía claro espíritu militar. Era valiente. Conocía su comarca palmo a palmo. Practicaba diestramente nuestra peculiar táctica de guerrillas. Los príncipes de nuestra milicia que lo tuvieron bajo su mando lo mostraban como modelo de soldado organizador, disciplinante y disciplinado.

José Maceo quiso tenerlo siempre a su lado [...]. Connatural en él la conspiración y la guerra, logró ultimar matemáticamente la revolución en su territorio; siendo sus tropas las únicas que desde el reclutamiento fueron dirigidas y organizadas militarmente". Para Gerardo Castellanos, "Periquito Pérez fue una brillante figura de nuestra final guerra emancipadora. Y por esa razón sobrada tienen los guantanameros en venerar su memoria. 

Llena la comarca.

Es el primero en todos los labios y corazones. Si se necesitare un hombre para resumir a Guantánamo, estoy seguro que, a una, todos proclamarían a Periquito". Su entrada en Guantánamo, finalizada la guerra, fue verdaderamente apoteósica el 11 de octubre de 1898. Al siguiente año se le nombró Alcalde Municipal y por elección en 1900, primeros comicios electorales después de la derrota española.

Reelegido en las elecciones del 1ro junio de 1901, esta vez por cuatro años, renuncia en 1903 y lo sustituye el Tesorero del Ayuntamiento, su antiguo jefe de Estado Mayor y amigo íntimo, Coronel Emilio Giró Odio. Al comenzar la segunda intervención norteamericana en Cuba como consecuencia de la guerra civil de agosto de 1906, es destituido el Coronel Giró Odio y vuelve el General Periquito Pérez a la Alcaldía de Guantánamo hasta la toma de posesión, en enero de 1909, del candidato electo en los comicios de 1908, el Comandante Juan Martí Alayo, también de su Estado Mayor en la guerra.

Su gobierno en la Alcaldía fue al decir de Lino D'ou "honrado y progresista". A pesar del verdadero fanatismo que por él sentían los guantanameros y las grandes simpatías que tenía en toda la provincia, en las elecciones del 31 de diciembre de 1901 fue derrotado como candidato de la Coalición Masoista a Gobernador de la Provincia de Oriente por el General de División Francisco Sánchez Hechavarría, del Partido Nacional Coligado.

También fue derrotado el General de Brigada Demetrio Castillo Duany, candidato del Partido Republicano. Organizó en Oriente el Partido Republicano Federal que desapareció en 1905. Militó después en el Partido Liberal y como presidente de la Conjunción Patriótica en Guantánamo, que se había separado del Partido Liberal, apoyó la candidatura victoriosa del Mayor General Mario García-Menocal Deop y del sabio filósofo doctor Enrique José Varona y Pera, aspirantes a presidente y vicepresidente de la República respectivamente, por el Partido Conservador en las elecciones generales de 1912.

Fue ésta su última actividad pública, pues murió en su finca Boca de Jaibo, Guantánamo, el 13 de abril de 1914, a los 70 años de edad, constituyendo su sepelio la mayor manifestación pública de dolor llevada a cabo en Guantánamo en todos los tiempos. Hoy su recuerdo persiste como un verdadero culto en la actual Provincia de Guantánamo y sus restos reposan en un imponente mausoleo

Su heredero político lo fue su primo el Teniente Coronel Gonzalo Pérez André. Hijo de Tiburcio Pérez Pérez y Justa Andrés Fleming, ambos naturales de Guantánamo, nació en la propia ciudad en 1869. Se graduó de Licenciado en Derecho Civil y Canónico en la Universidad de La Habana.

A pesar de ser su padre Vicepresidente del Partido Liberal Autonomista en Guantánamo y Segundo Jefe del Batallón de Urbanos (Voluntarios) de la ciudad, se incorporó a las filas del Ejército Libertador junto a su primo el Mayor General Periquito Pérez y al terminar la contienda bélica ostentaba el grado de Teniente Coronel y el cargo de Auditor del Estado Mayor de la Primera División del Primer Cuerpo de Ejército.

En la paz siguió políticamente a su jefe en la guerra y lo heredó como caudillo en Guantánamo. Fue Senador de la República por el Partido Liberal de 1909 a 1917. Cuando la guerra civil de febrero de 1917, ante el fraude electoral del Mayor General Mario García-Menocal, ocupó el cargo de Jefe Civil de los alzados en Guantánamo. 

Combatió la dictadura del General Gerardo Machado Morales y a su caída, el 12 de agosto de 1933, fue nombrado Gobernador de facto de la Provincia de Oriente, para morir en dicho cargo en octubre de 1934. El último de los Pérez destacado nacionalmente lo fue el doctor Ángel Pérez-André López, hijo natural del Teniente Coronel Gonzalo Pérez André y de Julia López Fuentes, habanera. 

Nació en plena guerra independentista, en el barrio de Caimanera, Guantánamo, el 2 de agosto de 1897, pero fue inscripto en el Partido de Tiguabos, terminada ésta, el 3 de agosto de 1899 como Ángel Temístocles Pérez López. Por certificación expedida por el Director de los Registros del Notariado de 11 de mayo de 1926 se le autorizó a adicionar a su apellido Pérez el de Andrés en plural, aunque tanto él como su padre siempre usaron el apellido André en singular. 

Se graduó en Farmacia en el Colegio Médico Quirúrgico de Philadelphia, Departamento de Farmacia, el 9 de junio de 1916. Realizó los ejercicios de incorporación en la Universidad de La Habana el 29 de noviembre de ese año y se le expidió el título de Doctor en Farmacia el 20 de febrero de 1917. Se graduó de Bachiller en Letras y Ciencias en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río y se le extendió el título el 3 de octubre de 1917.

Realizó los ejercicios para el grado de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana el 7 de julio de 1922 y se le extendió el título ocho días después. Años más tarde en la propia Universidad se graduó en el Seminario de Derecho Diplomático y Consular y se le expidió el título el 22 de febrero de 1927. Un año después aprobó con sobresaliente la asignatura de Biología, en la Facultad de Ciencias Naturales, de su Alma Mater habanera, el 23 de julio de 1928.

El 17 de mayo de 1924 fue nombrado por oposición ayudante graduado de la cátedra de Terapéutica con aplicación a la Clínica de la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universidad de La Habana, primer escalón en el profesorado de dicha Facultad. Mantuvo el cargo por dos oposiciones sucesivas y tomó posesión el 30 de septiembre de 1925 y el 1ro de octubre de 1927.

El 23 de mayo de 1928 tomó posesión del cargo de profesor auxiliar interino de la misma cátedra. Por Decreto Presidencial de 2 de marzo de 1929 fue nombrado por oposición, en propiedad, en dicha plaza. Al fallecer el Profesor Titular de la cátedra doctor Antonio M. Valdés-Dapena Victorio el 28 de mayo de 1952 fue nombrado el doctor Pérez-André, por Decreto Rectoral de 5 de junio de ese año, Profesor Titular por ascenso.

A la muerte de su padre, lo sustituyó como Gobernador de facto de la Provincia de Oriente en octubre de 1934. En las elecciones generales de 1936 fue electo en el mismo cargo y tomó posesión el 23 de mayo de ese año. Resurgían con él las esperanzas políticas de los Pérez en Oriente.

En las elecciones generales de 1940 se postuló por el Partido Unión Nacionalista para Representante a la Cámara por la misma provincia y quedó en el décimo lugar de los suplentes de dicho partido, víctima de los rejuegos electorales de las llamadas "Piñas Agrias" y "Piñas Dulces", dominantes entonces en Oriente, por lo que se alejó de la política activa.

Fue entusiasta dirigente de la Confederación Nacional de Profesionales Universitarios; presidente del Instituto del Café; miembro de honor de la Asociación Farmacéutica Nacional; miembro titular de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana; fundó la Sociedad Cubana de Terapéutica en 1954 y ese mismo año publicó su libro de texto Terapéutica Clínica, Ediciones Isidro Hernández, La Habana, 2 tomos y 1095 páginas, en colaboración con los profesores de su cátedra doctores Rafael Cowley Campodónico y Juan M. 

Rodríguez de la Cruz y el médico asociado doctor Carlos Menéndez Roque. Apasionado de la hidrología y climatología fue un asiduo colaborador de la Sociedad y el Instituto de dichas ramas de las ciencias aplicadas a la medicina. Publicó, principalmente, algunos artículos científicos sobre estas materias.

En 1955 fue electo Vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana en momentos muy críticos del enfrentamiento de dicha institución docente contra los desmanes de la dictadura del General Fulgencio Batista y en 1958, ya suspendidas sus actividades docentes, fue electo Decano.

Historiador Regino Boti en la inauguración de la estatua
del general Pedro Agustín "Periquito" Pérez.

Caída la dictadura es depuesto de su cargo por el llamado "Colinazo Universitario" el 2 de febrero de 1959, pero reconocido oficialmente como Decano se mantuvo en el cargo hasta que se le aceptó la renuncia, por enfermedad, el 7 de marzo siguiente. En diciembre de ese año se le sometió a expediente de depuración ante el Tribunal Depurador de la Escuela de Medicina, pero unos meses después era declarado absuelto.

En la borrascosa reunión del Claustro de la Facultad de Medicina del 29 de julio de 1960 el doctor Pérez-André votó a favor de la moción que no aceptaba la Junta Superior de Gobierno de la Universidad, recién creada en sustitución del Consejo Universitario y se declaró, con parte del Claustro, en rebeldía contra revolucionaria, por lo que dicha junta el 1ro de agosto siguiente lo suspendió de empleo y sueldo y lo sometió a expediente disciplinario.

El propio nuevo organismo universitario en sesión de 19 de octubre de 1960, tomando en cuenta que el doctor Pérez-André tenía 63 años de edad y 36 de docencia en la Universidad, dictó solución concediéndole la jubilación. Cesó oficialmente como Profesor Titular, en esos momentos de Medicina Interna, el 31 de octubre de l960. Unos años más tarde muy avanzada la enfermedad invalidante que lo aquejaba, Mal de Parkinson, marchó a los Estados Unidos de Norteamérica, con su familia, donde falleció algún tiempo después. 

Texto: Apuntes históricos de una familia Cubana

Referencias bibliográficas 

--Zayas Alfonso, Alfredo. Lexicografía Antillana. Imp. El Siglo XX. La Habana, 1914. 
--Leiseca, Juan Martín. Apuntes para la historia eclesiástica en Cuba. Talleres Tipog. de Carasa y Cía. S. en C. La Habana, 1938. 
--Rousset Rodríguez, Ricardo V. Historial de Cuba. Librería Cervantes, La Habana, 1918, 3 tomos. 
--Boti Barreiro, Regino E. Guantánamo. Breves apuntes acerca de los orígenes de esta ciudad. Imp. El Resumen, Guantánamo, 1912.
--D'ou Ayllon, Lino. Héroes de la penumbra. Periquito Pérez. En Papeles del Teniente Coronel Lino D'ou. Ediciones Unión. Imp. Mario Reguera Gómez, La Habana, 1983.
--Castellanos García, Gerardo. Paseos Efímeros. Ed. Hemes, La Habana, 1930.
--Jerez Villareal, Juan. Oriente (Biografía de una provincia). Imp. El Siglo XX, La Habana, 1960.
--Boti Barreiro, Regino E. Guillermón. Notas biográficas del general Guillermón Moncada. Imp. La Imperial, Guantánamo, 1911.


FIN