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Bar Sloppy Joe, en la confluencia de las calles Zulueta y Animas. // |
En Cuba no existe prácticamente memoria histórica, y la poca que hay esta muy falseada y viciada. Se supone que la memoria histórica busca dar a conocer un pasado, y en el caso de las guerras por la independencia cubanas intenta al menos aproximarse lo más posible a la verdad de los hechos y a los nexos que se fueron construyendo en relación, recreando el momento y los motivos que cambiaron el sentido de nuestras vidas.
Claro, se entiende que como está la situación en la isla en estos momentos, en que por no haber no hay ni agua limpia para ducharse, la memoria historia le importe al Cubano menos que un pepino, que tampoco es que hayan muchos. Ya lo vimos el otro día cuando un grupo de jóvenes no sabía ni donde había nacido el general Máximo Gomez. Por fortuna estamos otros cubanos que nos resistimos y que no somos pocos, no vaya usted a creer.
Pero observe este ejemplo y se percatará del daño que produce no conocer la historia. Por un lado - en general - nos resignamos a que lo ocurrido en nuestra república haya sido borrado de un plumazo, incluso los hay que hasta lo ven bien porque creen que fue un pasado colonialista y capitalista ya superado, pero sin reparar que por esa falta de información es que se perpetúan hechos y personas que en un pasado resultaron nefastas en nuestras vidas.
Un ejemplo concreto es la calle "Zulueta", una de las más populares de la Habana. Y fíjese que desde hace seis décadas que comenzó esa limpieza de memoria, Zulueta sigue estando ahí, inamovible en el subconsciente callejero de la gente, de hecho nos atreveríamos a asegurar que son miles - incluso millones - los que ignoran que desde 1909 esa calle se rebautizó con el nombre de Ignacio Agramonte, que para muchos - entre los que me incluyo sin ninguna duda - fue el más grande patriota de nuestra gesta libertaria.
Se dice que Zulueta aprovechó su influencia para presionar a las diputaciones vascas en España, para que enviaran cuerpos expedicionarios que colaboraran en la represión de los insurrectos durante la guerra de los diez años. No solo eso, es que las cuatro unidades voluntarios que participaron el ocho de marzo de 1896 en la defensa de Candelaria y en apoyo al batallón de San Quintín, unos 80 hombres, eran los llamados "txapelgorris vascos" al mando del capitán Matías Albade.
Según Fraginals, entre los vascos que más destacaron en esta execrable práctica estaban José Antonio Ybarra, Juan José Zangroniz, Martín de Zavala, Francisco de Bengoechea Salvador Martiartu.
Con los años su familia - heredera de todo ese imperio - construyó importantes bienes en la zona de Álava, entre ellos el palacio de Vitoria, hoy museo de bellas artes, mientras que su hijo, Alfredo Zulueta, mandó construir una Casa-Hotel conocida hoy como el Palacio Zulueta en Vitoria Gasteiz, ese que está en la foto, que bien que podrían venderlo y con ese dinero ayudar a los descendientes de todos aquellos que esclavizaron.
Pero no, como borregos le seguimos llamando Zulueta y ya está. ¿Qué más da?, dirán algunos. Oiga amigo, sepa que si en Cuba hubo un hombre verdaderamente cruel y malvado fue ese emigrante vasco precisamente, Julián Zulueta y Amondo, marqués de Álava y vizconde de Casablanca, que además de haber sido coronel de voluntarios, fue un negrero que siempre se pronunció en favor de la trata y de la esclavitud en la isla, que incluso la siguió practicando estando ya prohibida desde 1835.
El contrabando desde África le convirtió en el hombre más rico que había en la isla en aquellos años. "El oficio" lo aprendió de su tío Tiburcio Zulueta, dueño de algunos de los mas importantes cafetales y también enfermizo contrabandista de esclavos, pero Julián le superó con creces.
Llegó a ser propietario en Cárdenas de dos centrales azucareros, el Álava, bautizado así en recuerdo a su región natal, y el España. Además, muy cerca de allí tenía dos más, el Vizcaya y el Habana. En 1851 inauguró un barracón con capacidad para 700 esclavos, y ya para el 1856 tenía la friolera de 1.475 sometidos en sus inmensas plantaciones cañeras.
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Palacio de Álava, en Vitoria Gasteiz, propiedad de Alfredo Zulueta |
Junto a su esposa Francisca Dolores Samá, por cierto sobrina del benefactor de Marianao, el señor Salvador Samá, le achacaron más de 23 expediciones negreras, casi todas desde Cabinda en Angola, aunque una de ellas, con 1,200 angolanos capturados, la perdió al ser sorprendido y denunciado por el cónsul británico mientras desembarcaban por las costas de Playa Girón.
Y aunque estuvo preso mes y medio en el Morro, al final el capitan general, José Gutiérrez de la Concha, le exculpó de todos sus delitos. Aún así, ya estaba en la lista negra de Gran Bretaña, de hecho le volvieron a pillar en 1863 con otro cargamento con 1.073 esclavos, aunque esa vez ni siquiera pisó la cárcel. Según el historiador británico Hugh Thomas, la mayoría de los aproximadamente cien mil esclavos que llegaron a Cuba entre 1858 y 1862, fueron introducidos por Julián Zulueta
Por supuesto, se pronunciaba en contra de la independencia de Cuba como es fácil de suponer. Dicen que solía decir: “A los cubanos conviene darles todo menos la independencia”. Al menos así lo afirmó Juan Francisco Calcagno, que para escribir su libro "Diccionario Biográfico Cubano" de 1878, le consultó a Blas Villate, el implacable Conde de Valmaseda y capitán general, asuntos relacionados con la insurrección cubana.
Se dice que Zulueta aprovechó su influencia para presionar a las diputaciones vascas en España, para que enviaran cuerpos expedicionarios que colaboraran en la represión de los insurrectos durante la guerra de los diez años. No solo eso, es que las cuatro unidades voluntarios que participaron el ocho de marzo de 1896 en la defensa de Candelaria y en apoyo al batallón de San Quintín, unos 80 hombres, eran los llamados "txapelgorris vascos" al mando del capitán Matías Albade.
Mire, otro descendiente de vascos, Domingo de Goicuría, que la historiografía castrista lo recoge como independentista, de hecho fue ajusticiado por ese motivo, en realidad había sido promotor de proyectos de mano de obra semi esclava desde Canaria, Galicia o Cantabria, muchos de los cuales solían ser trasladados a Cuba en condiciones miserables.
Goicuria incluso inició otra empresa de importación de yucatecos desde México con la firma Zangróniz y Hermanos, que en 1855 introdujo en Cuba 416 nativos. Para turismo no era. Pero en el caso de Zulueta, no solo se dedicaba a contrabandear negros, también chinos, de hecho el 3 de junio de 1847 trajo 206 culíes en la fragata Oquendo y a los pocos días arribaron 365 esclavos más.
En un informe realizado en 1874 a nombre de la Asociación de Hacendados de Cuba, se señaló a Zulueta como responsable de la importación de 58 mil braceros chinos desde 1847 hasta ese año. De hecho el historiador cubano Manuel Moreno Fraginals asegura que fueron 160 mil durante el siglo XIX.
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Pedestal de Estrada Palma |
También estaban asociados los González-Larrinaga, los Pérez de Urria así como otro de los mayores, Domingo Aldama Arechaga, uno de los hombres más ricos de Cuba y dueño del Palacio de Aldama en la Habana.
Y hablando de ricos ya para terminar, le diré que la fortuna de Julián Zulueta fue valorada en más de 16.600 millones de pesos oro, más otros 4 mil cien millones en billetes, cifras que hoy equivaldrían a más - menos 13. 650 millones de dólares o lo que es lo mismo, 12 mil millones más que lo que tiene el actual dueño del club de futbol Real Madrid, Don Florentino Pérez.
Dicho esto le hago una pregunta: ¿Quién le llama a esa calle Ignacio Agramonte?. Nadie, ni siquiera los mismos negros que probablemente viven por allí, y que incluso, que lo ignora siendo incluso tataranietos de los que fueron esclavizados. No solo eso, una importante población de Remedios, en la provincia de Villa Clara, donde Zulueta fue propietario también del central Zaza y del ferrocarril que llegaba hasta Caibarién, sigue llevando ese apellido.
En cambio sí insultaron la memoria de Estrada Palma arrancándolo de su pedestal, dejando burlonamente sus zapatos clavados para más humillación. Para esa dictadura todo lo que significara una Cuba prospera junto a los EEUU, tenía que ser borrado de un plumazo. Por eso limitan y censuran la historia, porque no tienen como justificar lo que fuimos con lo que somos hoy. Recordando a Estrada Palma precisamente: "Ni republica ni ciudadanos".
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca.
Fuentes:
-Artículos de la prensa Vasca.
-Manuel Moreno Fraginals: El Ingenio
-AZCONA, José Manuel. América: el continente olvidado por la historiografía
entre 1940 y 1990. Revista de Indias. 1989.
-Vascos en el tráfico de esclavos
al Caribe (siglos xviii y xix)
Urko Apaolaza Ávila.