Decir que fueron cuatro los canarios que alcanzaron grados de general dentro del ejercito libertador cubano en el siglo XIX, es un error, y se lo explicamos.

No se conoce con exactitud si el canario Juan Vicente Monzón llegó a Cuba a finales de 1860 como emigrante, o lo hizo como soldado a la provincia de Oriente en aquellos contingentes procedentes de las islas Canarias y de Baleares que reforzaron la zona, a raíz del levantamiento rebelde del 1868. Sin embargo, puede que la primera sea la verídica, toda vez que su oficio era el de domador de caballos.

Sea una u otra forma, Monzón terminó estableciéndose en Caimanera, en la zona sur de la hoy provincia de Guantánamo, y desde allí se incorporó a las fuerzas insurrectas en el primer levantamiento. La historia lo recoge alzándose al mando de 60 hombres en la zona de "La Jutia", en unión de un sobrino Antonio que hacía las funciones de lugarteniente.

Todo indica que fue así como llegó al ejercito mambí y con el tiempo consiguió alcanzar los grados de general de brigada o brigadier, aunque se conoce que en aquel ejercito los galones se repartían como churros, con tan solo demostrar un mínimo de experiencia militar.

También es sabido que fue jefe directo de los hermanos Antonio y José Maceo, de hecho fue quien ascendió al titán de bronce a teniente primero, y luego a capitán. Ese mismo año, durante el asedio a San Agustín de Aguarás, cayó muerto el sargento Marcos Evangelista, padre de Antonio Maceo siendo subordinado de su hijo.

Total, que Monzón tuvo participación en diversos combates como en el Cobre, el Cristo, Jiguaní, Copeyales y Samá, terminando esa etapa con los entorchados de coronel. Para finales de enero de 1869, ascendido ya a brigadier, el mayor general Donato Mármol, fundador de ese ejército y su líder en Jiguaní, le encomendó la tarea de apoderarse de la ciudad de Mayarí, que por esos años era un enclave con gran numero de pacíficos y comerciantes peninsulares. Es aquí donde se define su destino. 

Pensar que aquellos españoles tenían que apoyar por obligación a los rebeldes es razonamiento de un necio, como lo fue Monzón por ejemplo, que por ese motivo decidió fusilar a 18 de aquellos comerciantes una vez que tomó la localidad. Consideró además, que aquellos ciudadanos debían morir por tener la misma nacionalidad que su enemigo, siendo español incluso, lo cual demuestra las pocas luces que debió tener este individuo.

LOS HECHOS

El 2 febrero, recién nombrado brigadier, Monzón atacó con su partida una localidad que apenas se encontraba defendida por 25 guardias civiles de nacionalidad Asturiana, más un grupo de sesenta voluntarios cubanos. Fue en este asalto donde los hermanos Maceo recibieron sus primeros ascensos. Sin embargo, ante la negativa de los guardias civiles a entregar la plaza, y luego de que 40 de aquellos voluntarios se rindieran, Monzón ordenó pasarlos por las armas a todos, e incluso a los heridos. 

Como si fuera poco, ajustició a machetazos a 12 civiles y dos párrocos. Esta matanza se conoció como "La tragedia de Candelaria", debido a que fue precisamente el día dos de febrero el día de la virgen patrona de Canarias, y aquella masacre debió ser como su "particular homenaje". Por cierto, destituyó a su sobrino Antonio por negarse a secundarlo en sus habituales crímenes cuando este se negó a participar.

Se supo además que durante esta toma cometió atropellos que, como consecuencia, el uno de febrero de 1869 el mayor general Julio Grave de Peralta, a la sazón su jefe superior, ordenara su sentencia de muerte. La orden de fusilamiento fue cumplida ese mismo mes tras un consejo de guerra. Este hecho fue corroborado por el brigadier Máximo Gomez, por entonces subordinado de Donato Mármol. Al respecto dejó anotado en su diario: 

"En marcha hacia territorio Holguinero, se expidieron ordenes para los hechos horrorosos de Mayarí. El Consejo de Guerra lo halló culpable de crímenes contra la población civil y condenó a Monzón a ser fusilado ante sus hombres". 

Solo agregar que estos dos batallones, Canarias y Baleares, quedaron disueltos en el mes de septiembre de 1898. En fin, que cuando usted lea por ahí que fueron cuatro los canarios que alcanzaron grados de generales dentro del ejercito mambí, que sepa que fueron cinco. 

Ellos fueron el mayor general y natural de Tenerife, Manuel Suarez Delgado, de división el Palmero Matías Vega Alemán, de brigada el también Tinerfeño Julián Santana y el mayor general gran canario Jacinto Hernández Vargas, que con la república, en 1900, fue elegido alcalde de la localidad de Güines, en la Habana. No obstante a este cuarteto súmele también el brigadier Monzón, aunque haya sido un asesino.

Con la paz del Zanjón la localidad de Mayarí se constituye municipio, siendo su primer alcalde el señor Juan Grau y Pratts, evidentemente catalán o al menos de origen, un ex oficial del cuerpo de voluntarios del ejercito español en esa zona. Quizás se entienda porque fue allí, precisamente, donde comenzó la fallida guerra chiquita. 



Maldita Hemeroteca 

Fuente: José Abreu Cardet y Elia Sintes Gómez. Julio Grave de Peralta: Documentos de la Guerra de Cuba. // Casto Díaz. Compilación de los ejecutados en Mayarí.// Diario de Guerra del general Máximo Gómez.