miércoles, 18 de septiembre de 2024

GRANDES ASESINATOS EN CUBA: El crimen de la calle Inquisidor (IV FINAL)

Lamentable estado en que se encuentra actualmente la calle Inquisidor

Una crónica popular del Diario Político Independiente de Madrid, publicada el 24 de octubre de 1888, daba cuenta del horrible asesinato de un famoso matrimonio Habanero que fue conocido como "Los crímenes de la calle Inquisidor".

La calle "Inquisidor" se extiende desde Muralla, en la plaza vieja, hasta la calle "Jesús María" en la Habana, y en una opulenta casona de esta calle, la No 19, confluente con la esquina a "Acosta", fueron encontrados los cadáveres del rico propietario Santanderino Don Domingo Sañudo, dueño de casi un centenar de casas de alquiler, y de su esposa doña Micaela Rebollo, ocurrido varios días días antes de que saliera publicada esta noticia en ese rotativo.

Este brutal crimen estremeció a la sociedad Habanera, y fue muy bien descrito en el libro del periodista Benjamín de Céspedes, "Los crímenes de la calle Inquisidor". Este español, natural de Santander en Cantabria, guardaba su inmensa fortuna en su propia casa, y por ese motivo no dejaba entrar a nadie. Incluso, el cobro de las rentas las hacía su hija María Regla Sañudo.

En una ocasión, mientras Domingo tiraba la basura, fue asaltado por dos sujetos, pero los gritos de su esposa que siempre estaba al loro en los ventanales de arriba, terminaron por espantarlos. Sin embargo, el nueve de octubre de 1888, alguien, probablemente una cara conocida que no le hizo levantar sospechas y que dejó entrar, cometió el ansiado robo y el posterior asesinato con un hacha. Los cadáveres fueron encontrados por su hija María.

Quizás por eso, y por la falta de signos defensivos en los cuerpos, hizo que las investigaciones apuntaran a que el yerno del Sañudo, el señor Juan Muñoz Romay, se convirtiera en uno de los principales sospechosos. En cambio, nada se pudo probar. Según reportes de época, lo robado ascendía a más un millón de duros, o cinco millones de pesetas, que serían unos cinco millones de euros actuales.

Solo agregar que el supuesto asesino y posterior descartado, Juan Muñoz Romay, con los años fue abuelo materno de la poetiza Dulce María Loynaz y Muñoz, pues una hija suya, Mercedes Muñoz y Sañudo, se casó un 23 de septiembre de 1901 con el general dominicano Enrique Loynaz y del Castillo. Por lo pronto, sigue sin saberse quien se llevó el botín y asesino al desconfiado matrimonio. 

Maldita Hemeroteca

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