miércoles, 18 de septiembre de 2024

GRANDES ASESINATOS EN CUBA: El Manco de Auras (III)

La histórica Periquera de Holguín, construida entre 1860 y 1868, propiedad del comerciante asturiano Casiano Labusta La Rosa y el malagueño Francisco Rondán. 

Entre los hechos de sangre más impactantes que se registran en la historia de Cuba está el caso del Manco Rondán, considerado como el primer asesino en serie de la Isla. Francisco Rondán Rodríguez, conocido también como "El Manco de Auras", fue uno de los asesinos en serie más prolíficos del siglo XIX en Cuba.  

Este malagueño adinerado se había radicado en la localidad de Gibara, provincia de Holguín, en el oriente de la isla. Auras era una localidad que desde los años 30 cambió el nombre por el de "Floro Pérez", un estudiante muerto durante el gobierno del general Gerardo Machado. 

Pero a principios del siglo XIX, Rondán adquirió allí un terreno para la construcción de un mesón que llamó "Casa Larga", pues en aquel lugar solían cenar y hospedarse viajeros y tratantes de ganado de la zona.Varias de sus victimas fueron aquellos incautos precisamente, que acudían además a las timbas de cartas que el manco organizaba.

En complicidad con el barbero del pueblo, los iba liquidando, sobre todo a los que salían victoriosos, y luego los arrojaba a un pozo sumamente profundo destinado al efecto. Una vez que atesoró una buen fortuna, se marchó a Holguín y fabricó un casoplón que le puso por nombre la "Casa Rondán", y que los mambises (rebeldes) rebautizaron después como "La Periquera", pues por más de un siglo fue sede del gobierno local español.

Precisamente desde esos balcones, el futuro presidente de la Cuba ya libre, Don Tomás Estrada Palma, le habló a los cubanos cuando llegó de Nueva York en 1902. Pero antes, durante la fallida toma y posterior asedio de Holguín por tropas del general insurrecto Julio Grave de Peralta, que duró desde el 17 de noviembre hasta el 6 de diciembre, la casona de Rondán fue refugio de la soldadesca, y por eso recibió varios impactos de cañonazos.

Al final los Españoles, liderados por el comandante Francisco Méndez Uzenegassi, obligaron a los mambises a abandonar la ciudad y replegarse al monte. A partir de ese asedio, el manco Rondán, junto al maestro de obras José Llauradó, se encargaron de organizar la defensa de esta ciudad, que a la postre fue considerada como la más inexpugnable de todo Holguín.

Algunos de esos fuertes se mantienen en pie todavía, como el "Jandinga", enclavado en una finca de San Antonio, y que era propiedad del canario Don Antonio González Hernández, y el "Candelaria Moro", en la finca de Benito Moro, un potentado azucarero venido desde Italia, que fue dueño del ingenio "Candelaria" o "El Voluntario", como se le llamó después.

Sin embargo, más allá de un defensor, el manco de Auras fue un verdadero asesino en serie y conocido también por ser un implacable esclavista, oficio que aprendió cuando era marino mercante. Muy cerca de allí tenía otra casa llamada "La Azotea", que se unía a la "Casona" mediante un entramado de túneles donde escondía sus partidas ilegales de esclavos y, además, trasladaba y escondía sus innumerables asesinatos. Por cierto, una de aquellas víctimas se defendió ante su ataque, y consiguió cercenarle un brazo.

Un dato más...

Uno de los dueños de la Periquera era el asturiano Casiano, como señalamos, y en cuba contrajo matrimonio el 29 de abril de 1864 con doña María Columna Jomarrón de los Reyes, ¿sabe quien fue padrino de esta boda?, Don Belisario Álvarez y Céspedes, primo del bayamés Carlos Manuel de Céspedes, que fue uno de los que se escondió en la Periquera cuando las fuerzas rebeldes Cubanas entraron en la ciudad. 

Y a pesar que desde allí combatió a los mambises, los españoles descubrieron que en los inicios había formado parte de esa conspiración, siendo enviado preso a la Cabaña. Con los años Belisario Álvarez y Céspedes, que era masón al parecer, continuó sirviendo a España en Holguín y hasta fue ascendido a coronel comandante de voluntarios y luego condecorado con la placa roja de 2ª clase del Mérito Militar. Después, en 1902, se desempeñó como abogado de la Chaparra Sugar company. Falleció a principios del siglo XX. Su tumba se conserva en el cementerio de la localidad.

Maldita Hemeroteca.

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