TAMAYO MÉNDEZ: Cuarenta y cuatro años sin dar un palo al agua.

Se dice, no lo sabemos con exactitud, que él no era ni por asomo el mejor candidato Cubano para subir junto al soviético Yuri Romanenko, una misión que debía acoplarse con la Soyuz-37 y el laboratorio espacial Saliut-6. A parecer, el también piloto de combate, capitán Jose Armando López Falcón, era el candidato perfecto para ocupar esa plaza de "cosmonauta investigador".

Sin embargo, como Fidel Castro siempre estuvo a la viva para sacarle lasca a todo, vio en aquel "mulato indiao" la posibilidad de dimensionar mucho más el logro, al obligar a la gente a decir por ejemplo ¡Mira que grande es la revolución. Por cuanto un negro con Batista iba a subir al cosmos!.

Falcón era blanco y no daba el cante, sobre todo en momentos en que el dictador necesitaba limpiar su imagen de aquel escándalo de la "Embajada del Perú", donde el mundo vio, con sus propios ojos, que en el "paraíso comunista del Caribe" habían miles que no aguantaban ni un segundo más. Y de cierta manera lo consiguió.

De hecho, Castro le prohibió a Tamayo pilotar otro avión por el resto de sus días para que siguiera siendo rentable, no fuera a pasarle como al pobre Yuri Gagarin, que después de conseguir lo que nadie había ni imaginado vino a morir en la tierra pilotando un Mig 15.Al final Falcón se quedó en compañía de otro héroe de la patria de Lenin, el cosmonauta Yevgeny Khrunov, que junto a Aleksei Yeliseyev habían sido los autores del primer acoplamiento en órbita de dos naves tripuladas en 1969. Se quedó entrenándolo en el centro espacial Yuri Gagarin por si acaso a Tamayo le daba un mareo. En fin, que ese día Cuba se convirtió en el noveno país del mundo en enviar un hombre al cosmos, "te pongas como te pongas".