jueves, 12 de septiembre de 2024

La más criolla de todas las condesas


Conocida como la condesa de Merlin, María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, nació el 5 de febrero de 1789 en Cuba, en el seno de una de las familias más ricas y poderosas de la isla. 

Su padre fue el conde de Santa Cruz de Mopox y San Juan de Jaruco, Joaquín Beltrán de Santa Cruz y Cárdenas, (1769-1807) y su madre María Teresa Montalvo y ÓFarrill (1771- 1812). Ambos eran muy jóvenes cuando nació Mercedes. Afamada tanto por su belleza como por sus dones musicales y literarios, "la bella criolla" presidió salones concurridos por destacadas figuras intelectuales en Europa donde residió la mayor parte de su vida. 

En 1812, ya casada con el conde de Merlin y con una hija recién nacida, Mercedes se exilia en París en una etapa más de su peregrinaje cultural. El regreso de Mercedes a Cuba, tras casi cuatro décadas de ausencia, impulsa un proyecto literario a dos voces, en francés y español, que evidencia el alcance de su obra. En sus textos se destaca una voz independiente y un afán de autoría, raras características en una mujer de su época y condición social. 

En La Habana se hospedó en la casa conocida como de Mateo Pedroso, donde vivían su tío Juan Montalvo y O’Farrill con su mujer María Antonia Calvo de la Puerta y Peñalver, y sus numerosos vástagos. De esta casa, así como de sus impresiones de su viaje, ofrece una detallada descripción en su obra L’Havane (Viaje a La Habana) editado en 1842 en tres tomos, que traducidos al español, se imprimieron en Madrid en 1844 con un prólogo de su ilustre compatriota, la poetisa dramaturga y novelista camagüeyana, Gertrudis Gómez de Avellaneda.

La condesa de Merlín murió en París, cuando Luis Napoleón Bonaparte preparaba el plebiscito que había de convertirle en emperador de los franceses. Aunque tuvo cuatro hijos y dos nietos, no existen descendientes de ella en el siglo XXI

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