miércoles, 11 de septiembre de 2024

REFLEXIÓN: La brutal muerte de Ricardo Martínez

Tropas de la Guardia Rural en la zona del Wajay, durante los sucesos de 1906

En el salón de la fama del beisbol cubano, hay un jugador del club Almendares, Ricardo Martínez, que fue campeón de bateo en la temporada de 1896 - 1897 con un promedio ofensivo de 439. 

En principio nos resultó raro este dato, toda vez que el campeonato de 1896-97 no se efectuó en Cuba debido a la guerra de independencia, mientras que el del 1897-98 se quedó a medias por ese mismo motivo, aunque en este caso el Habanista Valentín González fue declarado campeón de bateo con 394, al conectar 13 hits en 33 turnos.

En total fueron 4 temporadas consecutivas las que se vieron afectadas por la guerra, de hecho en el libro "Beisbol Cubano" de Gabino Delgado y Severio Nieto, los lideres de bateo con más de 400 puntos fueron sabiamente divididos según las veces al bate que tuvieron, apareciendo entonces Ricardo Martínez entre el grupo de los de menos de 60 turnos, con lo cual el dato es correcto.

Dicho esto...

En un post publicado en el sitio "Swing Completo" en el año 2020, y que fuera firmado por la periodista Kiara González, además de su sospechosa diatriba contra del presidente Tomás Estrada Palma, nos llamó poderosamente la atención cuando asegura - literalmente - que una vez Martínez fue capturado y cito: "fue echado a una jauría de perros hambrientos".

¡Wow!!. 

Así aparece reflejado en decenas de fuentes repetitivas, donde todas detallan la manera dantesca como murió este pelotero en Arroyo Arenas, cuando formó parte del levantamiento armado - como simpatizante del partido liberal - contra del presidente Palma en 1906, año que pese a todo si hubo beisbol, ganó el club Fé capitaneado por Alberto Azcoy, y donde el Almendarista Regino García resultó líder de bateo con 304.

Totalmente sorprendidos, nos remitimos a las memorias del doctor y ex coronel mambí Orestes Ferrara, uno de los participantes en aquel levantamiento para intentar corroborar esta salvajada, pero no encontramos nada. Es conocido que todos los rebeldes que cayeron preso fueron indultados por el presidente Palma, que ya había solicitado la intervención norteamericana para que pusiera orden en el país.

-- ¿Qué pasó aquí entonces? ...
-- ¿Cómo fue capaz un gobierno supuestamente civilizado, de cometer semejante barbarie propia de los Romanos?... 

Otro de los que cayó en esa misma zona quebrantando un orden institucional al que evidentemente no estaba acostumbrado, fue el destituido general Quintín Banderas, alzado también con los liberales en la zona de la laguna de Ariguanabo, y muerto en la finca "El Garro" de Arroyo Arenas, propiedad del señor Manuel Silveira. 

Y sobre este general, nos gustaría decir que no fue Estrada Palma precisamente quien le fulminó en vida como se ha dicho, fue el generalísimo Máximo Gómez cuando lo sometió a un consejo de guerra por cometer indisciplinas y hechos reprobables. En ese consejo, celebrado el 28 de agosto de 1897, el general Banderas resultó degradado, a sabiendo Gómez lo que esa medida significaría para un hombre con casi 70 años y sin preparación, de cara a una futura pensión. 

Era tan amplio su prontuario rebelde, que hasta su compadre Antonio Maceo lo tuvo que meter preso en la finca "Manuelita", y destituirlo del cargo en la jefatura del regimiento de infantería de Oriente. Y pese que le dieron un "segundo aire", con Calixto García al mando fue acusado de delitos muy graves como desobediencia, insubordinación, sedición e inmoralidad, pues se habló incluso de violaciones cometidas en la zona de Trinidad. 

En cambio, Banderas aparece en el imaginario cubano como un héroe "vilmente asesinado", por esa constante narrativa en contra Estrada Palma. Es a eso a lo que nos referimos. Y fíjese si es cierto, que aunque el crimen de Martínez haya sido tan barbárico, no podría ser comparado con los más de seis mil negros y mulatos que su mismo jefe alzado, el ex general Jose Miguel Gómez, ya en el poder como segundo presidente desde el 28 de enero de 1909, ordenó masacrar en la zona oriental cuando en 1912 se le alzaron a él. 

No solo eso, el terrible precedente que sentó aquella rebelión, ya que esos mismos liberales "repitieron la dosis" en 1917 para hacer lo mismo que hicieron en 1906, volver a impugnar un resultado electoral por métodos violentos, esta vez contra el mayor general Mario García Menocal y Deop. Pasó que esa vez no contaron que los americanos no apoyaron más sublevaciones. Fue tan grave el ejemplo, que con los años se tradujo en la dictadura que hoy padecemos.

Tampoco pretendemos que la periodista tuviera que hacer el cuento completo en su artículo, en un final solo se refería a la manera brutal en que murió el jugador, pero en cambio se percibe esa intención hostil que nos han inculcado durante tantos años. Como tampoco estamos seguro si conoce que todos los alzados que tuvieron la suerte de quedar vivos en esa "guerrita", fueron perdonados y marcharon tranquilamente a sus casas. Por tanto, sí que hubo compasión a pesar de lo que ella diga.

Que fue un crimen horrendo, de eso no hay dudas, le cuento que nos dejó perplejo ya que no lo sabíamos, pero así y todo nos hubiera gustado preguntarle a la periodista, ¿qué tipo de compasión se supone debió tener Estrada Palma con aquellos alzados en los momentos más difíciles?. ¿Sería acaso la misma que debió tener Fulgencio Batista con los de la Sierra Maestra?, o quizás para ella la gravedad de un alzamiento anti constitucional dependerá de quien lo protagonice, o como en este caso, de quien lo reprima?.

Hablar de compasión en estos casos resulta un tanto arriesgado, cuando más de tres mil cubanos han sido fusilados, y más de mil seiscientos extrajudicialmente. Y sí, puede que morir fusilado sea una manera más digna y menos bárbara, pero ¿qué tal entonces los 11 infantes del remolcador 13 de marzo que descansan para siempre en el fondo del mar?.

En fin, que todo sigue dependiendo de como se mire el contexto. Solo agregar que en aquellas acciones del Cano, Wajay y Arroyo Arenas, los alzados le habían dado muerte antes a un oficial de la guardia rural, el teniente Roque, y se conoce también que el asesino fue el ex comandante Desiderio Piloto. Esto pudiera haber sido el detonante de este bestial linchamiento, e incluso del posterior desprecio hacia los restos de Quintín Banderas.

Todo indica que Ricardo Martínez aprendió a jugar beisbol en su estancia como estudiante en los EEUU, gracias a su posición social de una familia vinculada a la sacarocracia criolla. Se dice que entre sus familiares estaban los dueños de los ingenios Esperanza, en la Isla de Pinos, y Rosario en la localidad habanera de Aguacate.

Se conoce también que fueron 19 los peloteros los que estuvieron vinculados de una manera u otra en el ejercito libertador, y aunque aseguran que Martínez estuvo en el ultimo tramo de la campaña del 1895, no hemos podido encontrar ninguna acción combativa ni ascenso a grado militar alguno, con lo cual alcanzó su celebridad participando en un alzamiento inconstitucional en contra de los que - como él - tambien se la jugaron.

Maldita Hemeroteca
Fuente: Leyenda del beisbol cubano
Ángel Torres. 1996

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