El 9 de mayo del 1899 el ejército libertador Cubano fue licenciado y, en consecuencia, los principales órganos creados para la gestión de la independencia cubana, el Consejo de Gobierno de la República en Armas y el Partido Revolucionario Cubano y el Ejército Libertador serían disueltos.
El primero, y en cumplimiento a lo establecido por la Constitución de La Yaya, entregó sus poderes a la Asamblea de Representantes del Ejército Libertador, y en constantes contradicciones entre Máximo Gómez y la nueva administración interventora, se disolvió el 4 de abril de 1899.
El segundo había sido disuelto por Tomás Estrada Palma desde el 21 de diciembre de 1898, quien había quedado al frente del mismo tras la muerte de José Martí. Para el Ejército Libertador la situación fue más compleja porque además de implicar su desarme militar, también exigía un pago a sus combatientes.
El propio Ejército cubano creyó que serían reorganizados y pasarían a formar las filas del Ejército de la República, hecho que tampoco fue así, de manera que para mantenerlos tranquilos se les otorgó setenta y cinco pesos con la promesa de que en poco tiempo les serían liquidados sus haberes una vez establecida la República.
Este pago, que no se materializó hasta 1903, fue posible con un préstamo de 2 millones, 554 750 y con el cual toda la soldadesca y la oficialidad mambisa obtuvo sus primeros "haberes de guerra adelantados". Al final el pago de este licenciamiento al completo, provocó que la república "libre" Cubana naciera ya endeudada con treinta y cinco millones de pesos/oro americanos.
Para gestionar esta misión, fue designado Calixto García Iñiguez, mayor general que participó en las tres guerras y que hablaba perfecto inglés, quien tras la muerte del general Antonio Maceo en 1886, pasó a ser lugarteniente general del Ejército y segundo al mando en la zona Oriental del país.
Derrotada España y mientras establecía negociaciones de paz con los Estados Unidos, las autoridades de la República en armas enviaban al General Calixto García a los Estados Unidos para negociar con el gobierno el reconocimiento de los órganos representativos de las fuerzas independentistas, así como los recursos financieros para el pago del licenciamiento de los oficiales y soldados mambises.
Durante esa misión, el general enferma gravemente de neumonía, al punto que morir el 11 de diciembre con tan solo 59 años. Fue enterrado primero en el Cementerio Nacional de Arlington, en las afueras de la capital norteamericana, a la espera de que su cadáver pudiera ser trasladado a Cuba.
Derrotada España y mientras establecía negociaciones de paz con los Estados Unidos, las autoridades de la República en armas enviaban al General Calixto García a los Estados Unidos para negociar con el gobierno el reconocimiento de los órganos representativos de las fuerzas independentistas, así como los recursos financieros para el pago del licenciamiento de los oficiales y soldados mambises.
Durante esa misión, el general enferma gravemente de neumonía, al punto que morir el 11 de diciembre con tan solo 59 años. Fue enterrado primero en el Cementerio Nacional de Arlington, en las afueras de la capital norteamericana, a la espera de que su cadáver pudiera ser trasladado a Cuba.
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| El sepelio de Calixto García en la Habana |
Una vez retiradas las autoridades coloniales españolas de Cuba, el cadáver regresó a La Habana a bordo de un buque militar norteamericano. Sus restos llegaron a la capital cubana el 9 de febrero de 1899. El féretro fue velado por dos días en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, sede del gobierno en aquel momento, recibiendo sepultura en el Cementerio de Colón dos días después.
En los Estados Unidos los representantes cubanos enviados, Domingo Méndez Capote, Manuel Despaigne, Mario García Menocal y Ricardo Dolz, negociaron y cerraron el trato del dinero con entidades bancarias como la Stillman, de James Stillman, presidente del The Nacional City Bank de New York, con la Schiff, de Jacob H. Schiff, gerente de la firma Kuhm, Loeb & Co. y con Speyer, de la Speyer & Co. directamente.
Hay que decir que a partir de este pago de haberes, que como era lógico según el grado militar así sería la cuantía a recibir, permitiría la creación de una burguesía netamente Cubana del siglo XX. Además que tuvo un trasfondo político posibilitando la incursión de los caudillos de guerra en la esfera política.
Había nacido un caciquismo político cubano que condicionó el devenir de la República a todo lo largo de su existencia. Incluso ahora es aún peor, pues en los últimos 63 la dictadura Castrista jamás ha dado una mínima explicación al pueblo del uso que le dan al dinero público ya que, al ser una tiranía, el órgano que se supone debía controlar esta cuestión está compuesto por ellos mismos. // Memorias
Procedimiento del pago de los haberes de guerra
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