Entrevista a Jorge Masetti

Jorge Massetti, ex agente de los servicios cubanos de inteligencia, conoce de primera mano muchos secretos de la conformación y funcionamiento de la Dirección Quinta (D-V) de la Seguridad del Estado Sandinista. Massetti, de hecho, fue uno de los primeros integrantes del primer “semillero” de argentinos a cargo del coronel cubano Renán Montero, quien dirigió la Dirección Quinta hasta que los sandinistas perdieron el poder.

Casado con Ileana de la Guardia, Massetti rompió con los servicios cubanos en 1989, cuando su suegro Tony de la Guardia fue fusilado en La Habana tras ser condenado a pena de muerte por un Tribunal Militar Especial. Desde su apartamento en Miami, Massetti conversó con LA PRENSA sobre sus experiencias en el servicio de inteligencia sandinista, y revela las interioridades de la operación para “ajusticiar” en Honduras al “Comandante Bravo” (Pablo Salazar), principal lugarteniente del dictador Anastasio Somoza Debayle.

Massetti cuenta cómo ésta fue la primera operación de inteligencia a cargo de Renán Montero, Lenín Cerna y el argentino Enrique Gorriarán Merlo.

— Jorge, usted formó parte del grupo de guerrilleros argentinos que integró el Frente Sur durante la insurrección para derrocar a Somoza. ¿Cómo se estructuró esta columna guerrillera y qué papel jugaron sus integrantes?

En ese momento éramos un grupo que estábamos en el exilio, en Europa. Ya nuestra organización, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), había sido derrotada en Argentina, atravesábamos un momento de división interna y decidimos irnos a combatir a Nicaragua.

Por otro lado, el Frente Sandinista nos hace saber que necesitaba a algunos que hubiéramos pasado cursos con cierta capacidad organizativa en lo militar, y así fuimos seis argentinos del ERP a Nicaragua: Enrique Gorriarán Merlo, Hugo Alfredo Irurzún, alias “Capitán Santiago”, “El Vasco Manuel”, cuyo verdadero nombre es Eduardo Berestein; “El Gato”, “El Gordo” Sánchez y yo.

Había dos argentinos más que habían llegado por su lado, uno que no conozco su nombre y otro a quien le decíamos “Negro Hugo”, pero no eran del ERP. Habíamos llegado a fines de mayo de 1979, poco antes del triunfo de la revolución. El “Capitán Santiago” y “El Gato” trabajaron en artillería; Gorriarán se quedó en la retaguardia con el Estado Mayor, y “El Vasco Manuel” trabajaba en armamento y almacenamiento.

“El Gordo” Sánchez estaba en transporte y yo estaba en escuadras de asalto, bajo el mando de Javier Pichardo. El 19 de julio abordamos camiones en Sapoá para llegar a Managua el 20 de julio. Nos habíamos enfrentado a las fuerzas del “Comandante Bravo” y nos habían bombardeado los push and pull, y desde helicópteros nos tiraban tanques de fósforo vivo.

Para la experiencia que habíamos tenido anteriormente, fue para nosotros bastante duro el bombardeo, y nos hacía mucho daño la artillería también. — ¿Qué ocurre con este grupo de argentinos cuando triunfa la revolución sandinista? ¿Qué funciones les asignan? Cuando triunfa la revolución nos acuartelan en lo que llamaban El Búnker, en la Loma de Tiscapa, y estábamos muy bien, aunque sin saber qué hacer.

Entonces nos juntamos los seis argentinos que habíamos estado separados durante la guerra y empezamos a discutir qué hacer. Hasta que hacemos contacto con los cubanos Tony de la Guardia y Renán Montero para empezar a trabajar orgánicamente en las estructuras sandinistas después del triunfo.

El que nos introduce es Renán Montero, quien en ese momento estaba trabajando como jefe del G-2, luego lo cambiaron y pasa a la inteligencia, a lo que después llamaron la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado. Ahí empezamos a trabajar solamente “El Vasco Manuel”, Gorriarán Merlo y yo. Es entonces cuando llega la información para hacer la operación del “Comandante Bravo” en Honduras.

— ¿Cómo se enteran de la operación para “ajusticiar” al “Comandante Bravo” en Honduras? ¿Cómo se planifica y quién la organiza?

El primero de los argentinos que se va a la inteligencia de la Seguridad del Estado, fui yo. Gorriarán se va a operaciones de la Seguridad del Estado, como interrogador. Entonces, durante una visita que le hago a Gorriarán, me comenta que la ex amante del “Comandante Bravo” cayó presa, pero está dispuesta a colaborar, que le avise a Renán porque nos puede dar la ubicación del “Comandante Bravo” en el exterior.

Yo me fui a ver a Renán y, efectivamente, el caso era de interés. Gorriarán la sigue trabajando, incluso ella de inmediato se convierte en la amante de Gorriarán, es la misma persona que está con él cuando cae preso después en México, a mediados de los noventa. Entonces, ella pone como condición que se olviden las delaciones que ha cometido en la época de la Guardia, por lo cual ella había caído presa, porque a ella la denuncian como “sapa” (informadora) y por eso había caído presa al triunfo de la revolución. 

También pide una casa en León para que viva su madre y una suma de dinero que no recuerdo ni supe el monto. Pero a la vez, ella se convierte en la amante de Gorriarán Merlo, y entonces a partir de allí es que se monta la trampa para matar al “Comandante Bravo” en Tegucigalpa. 

 — ¿Quiénes y cómo organizan la operación para “ajusticiar” al “Comandante Bravo”? 

 La organiza Renán Montero, a cargo de la inteligencia y de lo que sería después la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado. Ella tenía el contacto telefónico con “Bravo”, y en uno de estos contactos ya controlados por la Seguridad Sandinista, por Renán y “El Pelao” Gorriarán, él le plantea que salga para El Salvador u Honduras, que alquile una casa y que una vez lo haya hecho él llegará a verla.

 Salen Gorriarán y ella en vehículo hasta Panamá, ahí cambian de documentación para portar documentación falsa, y se van para Honduras. Los acompaña “El Gato”, uno de los seis argentinos. Además, cuando surge lo de “Bravo” se nos llama a los seis argentinos para integrar la inteligencia. Se deja de estar en operaciones de seguridad del Estado o artillería y se nos concentra en una casa que estaba en la primera entrada a Las Colinas. 

Ahí nos concentramos, se nos prepara documentación falsa para todos, y a la hora de salir se nos dice que es innecesario que viajemos todos, porque “Bravo” tenía dos posibilidades: llegaba solo o llegaba con escoltas. Teníamos a nuestro favor el factor sorpresa, iban a llegar a un lugar a donde pensaban que no habría nadie de peligro, por lo que sería muy fácil neutralizarlos. 

La operación fue muy improvisada, era octubre de 1979, todavía no hay muchos recursos para operar. De modo que “El Gato” viaja por su parte, alquilan una casa en Tegucigalpa, va armado con una subametralladora, y Gorriarán con una pistola 22 con silenciador que previamente les ha entregado Lenín Cerna, que en ese momento trabajaba en el Consulado de Nicaragua en Honduras. 

A raíz de esto es que él es expulsado. Lenín Cerna les entrega la subametralladora, la pistola con silenciador y cuatro granadas. La operación es muy sencilla porque “Bravo” llega solo a la casa. “El Gato” está parapetado en la parte de afuera de la casa, en un patiecito, y Gorriarán está oculto en una segunda pared. Cuando el hombre toca la puerta la mujer lo recibe como si fuera la amante, lo hace pasar, y “El Pelao” le pone la pistola en la cabeza y le da el tiro. 

Luego, lo arrastran, lo meten debajo de la cama y se van tranquilos. Pasaron varios días para que encontraran el cadáver de “Bravo” en Tegucigalpa. — ¿Ésta es la primera operación de envergadura de la inteligencia sandinista? Yo diría que de envergadura y no de envergadura. Es decir, es la primera operación montada con mucha improvisación por la falta de recursos. 

 — ¿Por qué desde entonces Renán Montero se perfila como jefe de la inteligencia sandinista y particularmente de la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado? ¿Quién es Renán Montero? 

Renán Montero era un oficial cubano, había estado en la primera experiencia de Carlos Fonseca en Nicaragua, incluso sale con una herida en la cabeza. O sea, que tenía un vínculo con los sandinistas desde comienzos de los años sesenta, después del triunfo de la revolución cubana en 1959. Luego, es el hombre al que el “Che” Guevara le llama “Iván” en su diario, que es el enlace entre la guerrilla en el monte y las estructuras urbanas de la guerrilla en La Paz, Bolivia, era el contacto con Cuba. 

Es el hombre al que después se acusa de haber abandonado al “Che”, porque se retira por órdenes de Cuba hacia Francia y deja al “Che” sin comunicaciones en 1967. Luego, es el director de las escuelas especiales para los extranjeros en Cuba, por lo que desde ahí tenía muchos contactos con movimientos guerrilleros. La última vez que conozco de él, antes de la victoria sandinista, él está trabajando en la oficina comercial cubana en San José, Costa Rica. Desde ahí, apoyaba a los sandinistas. 

 — ¿Es decir, fue un enviado especial del gobierno cubano para asesorar a los sandinistas? 

 Claro, especialmente en el área de inteligencia donde todavía el Frente no tiene experiencia. Ellos le dan una forma legal: lo nacionalizan nicaragüense por haber estado en Nicaragua con Carlos Fonseca. Él también estuvo en el Frente Sur, donde se dedica a organizar la contrainteligencia, llamada Policía Sandinista, organizada para evitar la penetración de la Guardia Nacional al Frente Sur. 

En ese momento Tony de la Guardia se ocupa del apoyo logístico, garantizando la llegada de armamento, el que venía vía Panamá, otro de Cuba y Venezuela. Sin embargo, no hay relación de subordinación entre ellos. Tony se va inmediatamente después del triunfo sandinista. Renán Montero era un oficial de las tropas especiales y de inteligencia del MININT cubano”. 

 — ¿Bajo qué concepción se crea la Seguridad del Estado Sandinista? 

A copia y semejanza de lo que fue la Seguridad del Estado cubana. Incluso la inteligencia es lo mismo como era al principio la inteligencia cubana. Se apoya mucho en el movimiento guerrillero latinoamericano, en el acceso a la información. También es desde la inteligencia que se le da el apoyo principal al movimiento revolucionario latinoamericano, o sea, que es una copia idéntica a la de los sistemas cubanos. 

A Gorriarán Merlo lo hacen jefe de operaciones especiales dentro de la inteligencia. Entonces, así es que se empieza a pensar ya en el ajusticiamiento de Somoza. Para esto, otros argentinos van llegando después del triunfo y nos dan una casa en el kilómetro ocho y medio de la Carretera Sur, donde estuvo el Taller Alvarado (donde luego se encontraría un buzón de armas en los noventa). 

Nos dan esa casa en noviembre de 1979, y ahí se empieza a conocer la operación de Somoza, que es conocida únicamente por el grupo original de argentinos. — ¿En qué consistía el entrenamiento en lo que después sería la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado? Recibíamos cursos de métodos conspirativos, defensa personal, prácticas de tiro, y vivíamos dentro de la casa como si fuera un cuartel. 

Yo me voy antes que terminemos la instrucción para la operación contra Somoza, porque surgen diferencias políticas con Gorriarán en el seno del grupo. Yo prefiero renunciar de la inteligencia porque sabía que esas diferencias políticas podían afectar el trabajo operativo que teníamos que realizar. 

 — ¿Cuáles son las diferencias que se dan con Gorriarán Merlo? 

Yo diría que sobre todo metodológicas. A partir de la llegada a Nicaragua, Gorriarán asume el mando como una dirección única, nosotros teníamos dentro de la organización del ERP una estructura de dirección colectiva, y, además, Gorriarán tenía métodos muy autoritarios de dirección, llegando incluso al colmo, al tener cierto poder ya en Nicaragua, de llamar a discutir a compañeros que vivían en Europa, y si no tenían su misma posición se les acusaba de agentes enemigos y se les expulsaba de Nicaragua con un rigor bastante fuerte. 

El “ajusticiamiento” de Somoza 

Ya en el poder, el Frente sandinista hizo varios envíos de armas a Colombia, tanto para el M-19 como para las FARC. “Se trataba de fusilería y armamento de infantería, mucho RPG”, asegura Massetti. 

Guerrilleros de ese país también se entrenaron en Nicaragua, en una escuela cerca de la Laguna de Xiloá Según Jorge Massetti, fue Borge quien aprobó la operación, avalada además por la Dirección Nacional del FSLN, integrada por los nueve comandantes de la revolución sandinista.

El entrenamiento de los guerrilleros argentinos que participaron en la operación contra Somoza se realizó en una quinta ubicada en el kilómetro ocho y medio de la Carretera Sur, donde después funcionó el “Taller Alvarado”, que servía de cobertura para el embuzonamiento de armamento, dice Massetti. 

Él profundiza sobre el papel de la inteligencia cubana en la revolución sandinista. — Jorge, al producirse la división política interna por diferencias ideológicas y de liderazgo en el grupo de guerrilleros argentinos que había sido incorporado a la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado, 

---¿Quiénes se quedan en Nicaragua y quiénes se van a Paraguay para participar en la operación contra Somoza? 

Un grupo se incorpora efectivamente a la operación de Somoza. Entre ellos está “El Gordo” Sánchez. En cambio, “El Vasco Manuel” no participa directamente, pero es el que hace la primera exploración para ubicar el lugar donde vive Somoza en Asunción. Sí, participa el “Capitán Santiago” (Hugo Irurzún), quien muere en la operación, junto a otros seis compañeros que pasaron por la escuela del Taller Alvarado (entre ellos Enrique Gorriarán Merlo, que ya ha participado en la operación contra el “Comandante Bravo”). 

Yo me fui antes de la operación contra Somoza. Sin embargo, estuvimos al tanto de la operación contra Somoza porque cuando nos concentran en la casa donde funcionó después el “Taller Alvarado”, hay un grupo que sabemos que es para hacer la operación con Somoza. Al irme, yo me mantengo al tanto por medio de un contacto lateral con Renán Montero. 

Habría que decir, incluso, que inicialmente el objetivo era “El Chigüín” y no Somoza (Debayle). Lo que pasa es que con “El Chigüín” la operación era mucho más difícil porque había que hacerla en Estados Unidos. Entonces, al ser ubicado Somoza en el Paraguay se decide por Somoza. 

Es sabido que las armas llegan por valija diplomática al Paraguay, todos los recursos son de la inteligencia sandinista. Tomás Borge, como ministro del Interior, es quien autoriza la operación contra Somoza. Ya en ese momento Lenín Cerna es jefe de la Dirección General de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior, o sea, que Lenín Cerna está muy vinculado a esta operación. 

“Yo recuerdo que para esta operación, como yo había hecho los cursos de métodos conspirativos, me mandan a hacer un curso de piloto de avioneta en Los Brasiles, a una escuela privada de cursos para fumigación, y recuerdo que quien me daba el dinero para pagar esos cursos era directamente Lenín Cerna”. 

 — Cuando se da el bazukazo contra Somoza, estás en México… ¿Cómo te enteraste de la participación de tus compañeros argentinos en la operación? 

Me enteré por medio de los periódicos, a los tres días identifican al “Capitán Santiago”, de modo que nos damos cuenta de que, efectivamente, eran ellos (los argentinos bajo el mando de Gorriarán Merlo), y también identifican a una mujer del comando. Siempre quedó la duda de qué había pasado allí, porque a Santiago lo identifican muy rápido, y si bien sus características físicas llaman la atención en Paraguay, no era para que lo hubieran identificado tan rápidamente.

Todo el equipo que participa en esta operación está en la casa del “Taller Alvarado”, todos se entrenan allí y les preparan la documentación”. — ¿Qué tipo de entrenamiento y preparación habrían recibido los miembros del comando? Se recibe un entrenamiento básico: “Primero, de métodos conspirativos que es una formación de una suerte de agente clandestino.

Es decir, planes para controlar chequeo, realización a su vez de chequeo a terceros, planes para ubicar objetivos, comunicaciones, buzones, pases rápidos, carga y descarga, escondrijos, también se les entrenó en tiro. A “Santiago” se le puso a tirar muchos lanzacohetes RPG–7 y RPG–2 para que no fallara en eso”. 

 — ¿Por qué estás en México cuando se da esta operación? Porque estaba buscando contacto con el EGP de Guatemala para irme a pelear allá, había obtenido el contacto a través de la Embajada cubana, y el EGP me había planteado el traslado a México, ya que por esa vía entraríamos. 

 La inteligencia cubana en Nicaragua 

 — ¿Cómo podríamos definir el papel de la inteligencia cubana en Nicaragua? 

Teniendo en cuenta quién era Renán Montero, y además quiénes eran los asesores, la Dirección General de la Seguridad del Estado cubano es la que hace a la Dirección General de la Seguridad del Estado Sandinista. Sus oficiales son formados en Cuba, además, que todos los altos jefes cuentan con asesoría cubana y también algunos oficiales del MINT son entrenados en Bulgaria y Alemania Democrática. Pero incluso, estos vínculos con Bulgaria y Alemania Democrática se consiguen también a través de Cuba. Recordemos que es Cuba la que tiene el vínculo más estrecho con el mundo socialista. 

 — ¿Cómo se desarrollaba la relación de los sandinistas con los grupos guerrilleros latinoamericanos? 

Allí también se daba una duplicidad parecida a la que se da en Cuba. Es decir, a cargo de la relación política con estos grupos está el Departamento de Relaciones Internacionales (DRI). En Cuba, por ejemplo, la relación política con los movimientos guerrilleros latinoamericanos la llevaba el Departamento de América, que dependía del Partido Comunista cubano. El jefe del Departamento de América era Manuel Piñeiro. En general, los entrenamientos a la guerrilla latinoamericana se realizaban en Cuba más que en Nicaragua”. 

 — ¿Qué grupos guerrilleros son los más beneficiados por el FSLN? 

Hay relación con todos los grupos guatemaltecos, salvadoreños, con las FARC, el M-19 y el ELN de Colombia, con el ERP y los montoneros de Argentina, yo diría que con casi todos los grupos guerrilleros latinoamericanos. No me consta que existiera relación con Sendero Luminoso, pero había lazos muy estrechos con el MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), incluso el MRTA colabora con la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado: con documentación para operar, informes de situación operativa y tráfico de armamentos. 

Hacia Colombia se hicieron varios envíos de armas tanto para el M-19 como para las FARC. Se trataba de fusilería y armamento de infantería, muchos RPG. Hubo entrenamientos en Nicaragua, había una escuela, por ejemplo, que tenía las tropas especiales cerca de la Laguna de Xiloá. Pero en general, el entrenamiento más a fondo se daba en Cuba. 

Llegaban a Nicaragua como brigadistas a los cortes de café, y desde allá tomaban un vuelo regular para La Habana, donde no había control de documentación ni nada para ellos. — Lógicamente, los sandinistas proveían de documentación --pasaportes nicaragüenses -- a la guerrilla latinoamericana. Efectivamente, ahí se dio lo que después se llamó “la piñata de los pasaportes”. 

Nicaragua, incluso, facilitó nacionalidad. Si ves, por ejemplo, los vascos que estaban al frente del buzón de Santa Rosa estaban todos con documentación otorgada por el gobierno sandinista nicaragüense. Igualmente se le dio facilidades a la gente de ETA, la cual colaboró mucho con la Dirección Quinta, sobre todo en documentación y cursos para la fabricación de explosivos, además de haber participado activamente: uno de los primeros atentados a Edén Pastora lo intenta hacer en San José, Costa Rica, un etarra al que llamaban “El Pistolas”. 

Ese atentado fracasó. Fracasa después otro que le monta uno que estaba como diplomático en Costa Rica. Y después, fracasó el de La Penca, donde Edén sale herido y mueren cinco periodistas”. 

 MASSETTI Y "BARBARROJA"

 -Cuando su padre murió, Jorge tenía nueve años y residía en Cuba, donde su padre había entablado amistad con el “Che” Guevara y Fidel Castro, al dar cobertura periodística al triunfo de la revolución cubana, en la Sierra Maestra, incluso. 

 -Fue Manuel Piñeiro, alias “Barbarroja”, quien dio a Massetti la noticia de la muerte de su padre y luego se ocuparía de su educación, así como se ocupaba de la de los otros hijos de guerrilleros muertos en América Latina. 

 -Piñeiro fue jefe del Departamento de América e introdujo a Massetti en los trabajos de inteligencia que se desarrollaban en el mismo, era, además, encargado de las relaciones políticas con las guerrillas latinoamericanas. 

Es en este contexto que Massetti es preparado militarmente en Cuba, y luego viajó a Nicaragua como parte de un grupo de seis guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en mayo de 1979, para luchar junto a los guerrilleros argentinos, pero siempre vinculado al Departamento de América. 

- Más tarde, al romper con los servicios cubanos en 1989, cuando es fusilado su suegro Antonio de la Guardia, se dedica a escribir sus memorias en el libro “El furor y el delirio”, y a ejercer el periodismo. A la vez, su esposa, Ileana de la Guardia, escribirá un libro sobre la vida de su padre, titulado “El nombre de mi padre”.

Fuente: 19 -7- 2001 / La Prensa
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