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IRONBEER: Uno de los refrescos más famosos de Cuba

Valle de Laciana, en León, lugar de donde salió Manuel rumbo a Cuba. // 

Ironbeer nace en 1917 y durante cincuenta años fue el refresco más popular y consumido en la Isla. En el año 1959, la bebida ya se fabricaba y distribuía también en Miami. Todavía hoy se puede disfrutar de este producto en muchos establecimientos a lo largo de la Florida, aunque, si bien se conserva el nombre, el contenido no obedece a la fórmula cubana original.

Lamentablemente Ironbeer desapareció de Cuba ya no se fabrica ni se distribuye ninguno de los populares refrescos de antaño. El triunfo de Fidel Castro en 1959 no interrumpió los negocios de manera inmediata, pero en breve plazo hizo desaparecer toda la labor de muchos emprendedores. La obra de don Manuel Rabanal, el emigrante Leonés llegado a Cuba a finales del siglo XIX, también acabó con la llegada de aquella revolución que hoy agoniza.
En 1918 la fábrica tenía 90 empleados y en 1923, la cifra ascendió a 120. En 1927, creó el sabor "Naranja Triple La India" y también el zumo de Piña "Liborio".
Don Manuel había nacido en 1874 en el pueblo de Sosas, en el Valle de Laciana, en el norte de León, al pie de la cordillera de los Picos de Europa, en una comarca limítrofe con tierras Asturianas. Fue el mayor de una familia de numerosa prole que se mantenía de un patrimonio rural sólido y rentable. Sus progenitores eran propietarios de algunos molinos, una casa solariega de considerable envergadura, un hórreo permanentemente repleto y diversas brañas de tierra fértil y esponjosa.

Fue el caso de muchos legendarios emprendedores de la Isla, fue el caso, también, de Manuel. Que hubiese sido un eficaz propietario rural, no cabe duda, pero entonces tendría que haber hecho frente a contingencias a las que en otros pagos no se hubiese enfrentado, ni él ni cualquier otro emprendedor. Por eso, primero se trasladó a Madrid, y por eso, el 3 de junio de 1894, desembarcó en el puerto de La Habana.
--Don Manuel creía profundamente en Dios y escasamente en los políticos. Era español de origen y por educación, pero también sinceramente cubano. Sabía que para las primeras generaciones de emigrantes, ser español y/o cubano eran condiciones compatibles y necesarias.--
Una vez se asoció con Palatine, una de las primeras fábricas de cerveza de Cuba, empezó a volar alto en solitario y fundó, en 1911, la producción de novedosos refrescos embotellados: “Sinulce”, “Espumoso América”, “Chocolate Cream” o “Jugo de Piña”. Estos productos tuvieron una considerable aceptación pero las ventas eran siempre escasas.


En el año 1914 empezó a embotellar un refresco cuya fórmula había tardado muchos meses en definir. Le llamó Ironbeer, que, traducido, significa cerveza de hierro, un nombre muy evocador, dado que la bebida estaba destinada, sobre todo en las campañas iniciales, a ser un alimento idóneo para trabajadores que necesitaban de un reconstituyente.

Esa fue la clave. Fue un éxito de tal calibre que abandonó la producción de otros refrescos. Se convirtió en la bebida sin alcohol más famosa de la Isla. Por lo menos, a nivel local, durante su existencia, siempre ganó la partida a las otras marcas de refresco, nacionales e importadas. Era una bebida simpática y chispeante.

Don Manuel
“(…) fui luchando a brazo partido con la suerte, quitando los escollos que en mi camino encontraba, producto de mis competidores, y ya ve, hoy tengo la satisfacción de poder contemplar orgulloso mi obra terminada”, dijo Don Manuel al Diario de la Marina, en 1923.
En la década de los veinte, ya consolidado el negocio de bebidas embotelladas, empezó a producir una conocida gaseosa llamada “Salutaris” y adquirió los derechos para embotellar el agua mineral del manantial de La Cotorra, en Guanabacoa. Si acaso, inicialmente, pudo entenderse como un sacrilegio el atrapar y vender el agua de las solemnes grutas de este grifo natural, en breve plazo el aumento del consumo del agua embotellada era síntoma de otro hábito que se rompía.

No son sólo ejemplos de cambios en una sociedad, son datos muy significativos para entender la rápida evolución que imponían las nuevas técnicas y la ciencia. Don Manuel murió en 1942. No pudo terminar de llevar a cabo todos sus anhelos. Mucha familia le siguió hasta Cuba. Los revolucionarios del 1959 hicieron suya la fábrica. Ellos dicen que la incautaron para el pueblo, pero, dado que todo ha desaparecido, ahora no es de nadie.


Fuente:
Condensado de "Ironbeer o no beber"
de Gonzalo de Luis.
Publicado en Revista Cubana.