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MAS SE PERDIÓ EN LA SIERRA

Leonor Lobo Montalvo y su esposo Jorge González Diez. //
Las perdidas - según esta fuente - fueron valoradas
en más de 170 mil dólares de entonces.  

Durante la etapa rebelde de la Sierra Maestra, Fidel Castro apeló a la tristemente conocida «tea redentora o incendiaria» como otra manera de combatir al régimen de Fulgencio Batista. Tal y como habían preconizado los insurrectos mambises contra el dominio colonial español durante las dos guerras de independencia del siglo XIX.

(Hoy, en cambio, el dictador de turno Miguel Díaz Canel amenaza con más represión en medios públicos, al que sea sorprendido haciendo lo mismo que hacía su jefe).

En otoño de 1957 el movimiento 26 de julio lanzó su plan de sabotaje masivo para destruir la zafra azucarera bajo la consigna «Zafra sin Batista o Batista sin zafra», como primer paso para desvertebrar económicamente al régimen. La economía cubana dependía del dulce para sus ingresos provenientes de las exportaciones.

De hecho los campos de caña ocupaban el 50% de las tierras cultivables en la isla. El azúcar daba empleo al 23 % de la fuerza de trabajo y generaba el 28 % del Producto Nacional Bruto y si como en el pasado destruir este rubro no le importó en lo más mínimo a los mambises, a estos alzados mucho menos.

Y aunque varios campos de caña fueron quemados en la zona oriental, en conjunto la campaña no arrojó los frutos esperados. A principios de febrero de 1958 continuaban las acciones de sabotaje, pero como lo manifestaba el embajador español Juan Pablo de Lojendio: «la campaña de quema de caña de azúcar había sido un completo fracaso». 

Sin embargo, fracaso o no, si le facilitó la vida de los alzados en la sierra, dado que hasta un 60% de las tropas del ejercito constitucional estaban destinadas a cuidar estos campos. Todo esto sin contar que entre 10.000 y 25.000 cabezas de ganado fueron robadas para la alimentación de los alzados y el personal de apoyo.

Solamente a la compañía ganadera Lykes Bros, le robaron en un solo día seiscientas reses de su finca "Candelaria" en Bayamo, causando una perdida de casi noventa mil pesos. Lo mismo, o parecido, sucedía en la zona central del Escambray donde se encontraba alzado el Directorio, afectando la producción de materia prima destinada a las industrias de leche de las plantas de Nestlé y Nela.

Por ejemplo, el capitán Lucas Morán Arce era el encargado de "pasarle la gorra" a todos los habitantes, y en el caso de los empresarios cafeteros se les llegó a cobrar 0,50 centavos por cada saco de 250 libras que se produjera "en su zona liberada". Resumiendo, el 14 de julio de 1958, Raúl Castro dictó la «Orden Militar 39» que establecía la obligatoriedad del pago de un impuesto en efectivo o especie del 10 % sobre el valor del total de «la producción agrícola, forestal, ganadera y minera del Territorio Libre de Cuba».

Total, que una vez descrito este panorama, pasamos al artículo directamente...

Aún prevalece entre los españoles el refrán: "Más se perdió en Cuba". De hecho, fue el nombre de un programa en el canal de televisión "Intereconomía", y una parte importante de esa pérdida hay que atribuírsela a la candela que dieron los insurrectos en el siglo XIX. No obstante habrá visto que la que ocasionó Fidel Castro en su "guerrita de la Sierra", si bien no puede ser comparada no deja de ser importante.

Merob Sosa García fue un teniente coronel del ejercito de Fulgencio Batista, que en la década del 50´s se hizo célebre por "inflar" las cifras de los partes militares y, sobre todo, por su crueldad en la Sierra Maestra. No porque lo digan los castristas, eso cuentan las cosas como le conviene a ellos, si no por aquel dicho que rezaba: "¿Qué pasa si Sosa pasa?, que te quema la casa".

Por cierto, atrocidades que fueron atribuidas erróneamente al coronel Jesús Sosa Blanco según se ha dicho, y que por eso fue que lo condenaron a muerte en aquel bochornoso juicio celebrado en la ciudad deportiva de la Habana. De todas formas lo hubieran ajusticiado igual, si hasta fusilaron un intermediario como Bonifacio Haza, el jefe de la policía en Santiago de Cuba, uno de los setenta y pico que se cargó Raúl Castro aquel doce de enero. Eran linchamientos, justicia muy poca.

En fin...

Vamos a partir de que hay gente malvada en todos lados, y si ese Merob Sosa quemaba propiedades de campesinos y era tan desalmado como aseguran, ¿por qué se la quemaban ellos a la señora Leonor Lobo Montalvo, la hija del magnate azucarero Julio Lobo?. Lo que hicieron los alzados y los simpatizantes del movimiento 26 de julio en el llano con esta mujer no tuvo nombre. Le quemaron quince colonias de caña de azúcar, y estamos hablando solo del año 1957.

Que mala sería esta familia, que la propia Celia Sánchez Manduley ayudó a sacarlos de Cuba. Dicho por ella misma en una entrevista de William Navarrete publicada en Cubanet. El padre de Celia era un medico de la zona de Pilón, el Dr Manuel Sánchez, y según dijo su padre le suministraba desde la Habana todo el material necesario para ejercer la profesión.

Aunque bueno, habría que ver si Celia los ayudó para que se acabaran de ir y quedarse ellos con todo. A lo mejor sí, pero permítame dudar que esa mujer hiciera algo que contrariara a su barbudo jefe. De toda esta panda de cuatreros se podía esperar cualquier cosa. Entonces Fidel Castro reivindicaba desde la sierra maestra la tea incendiaria al más fiel estilo de los mambises en el siglo XIX.

¡Ahora si se cae!, - publicaba el boletín del partido auténtico - que agregaba además que no habría zafra con Batista. El 28 de noviembre de 1957 un incendio en la colonia Santa Teresa en Guanajay, provincia hoy de Artemisa, propiedad del general Luis Robaina Piedra, destruyó 35.000 arrobas de caña que iban a ser molidas en el central Pilar.

Los daños fueron estimados en dos mil pesos, unos 23 mil hoy. El peso estaba a la par de dólar. Los detenidos por tales actos fueron los ciudadanos Néstor Millán Fernández e Israel García Díaz, ambos vecinos del poblado Las Cañas, en Artemisa, y confesaron ser activos militantes del M-26-J y autores del incendio. (1). En el momento de la detención, portaban dos pistolas Colt-45 y munición de repuesto.
--José Suárez Núñez, en "El gran culpable ¿Cómo 12 guerrilleros aniquilaron a 45.000 soldados?", apunta que Batista debilitó las fuerzas en contra de Fidel Castro en la Sierra Maestra, desviándola hacia las plantaciones en un 60%.--
Lo mismo sucedió en la colonia Cabaña, ubicada en barrio "El Vínculo", en Guantánamo, o también en la finca Olga, en Pinar del Río, donde fueron destruidas dos casas de curar tabaco y 4.900 cujes de tabaco en palo, propiedad de Juan Fonticobas Estévez, estimándose los daños en sesenta mil pesos.

De igual modo, y según documentos del fondo del estado mayor del ejercito, en San Antonio de Río Blanco, en Jaruco, se quemaron casas y almacenes del central Hershey, causando daños por valor de dos mil dólares. Ya le digo, no habría espacio para enumerarlo todo. Según las fuentes de este trabajo, uno de los afectados por estos incendios fue el general Luis Robaina Piedra, consuegro de Fulgencio Batista.

Agrega que había participado en el golpe de estado de 1952, y que como capitan condujo el coche que llevó a Batista hasta Columbia, en Marianao. Al parecer su ascenso fue meteórico a partir del golpe. Esa gente se ponía grados como si fueran churros. El parentesco venía de que su hija estaba casada con Rubén Batista Godínez, hijo mayor de Batista con su primera esposa Elisa Godínez. Y esto son solo algunos ejemplos. 
 --El 13 de febrero de 1958, Julia Francisca García y Ponte provocó un incendio en el juzgado correccional de Artemisa donde trabajaba como escribiente. Esta mujer era activa militante del M-26-J, y tenía un hermano detenido en el Castillo del Príncipe (La Habana), acusado por terrorismo. -- 
Y bueno, digamos que este tipo era un oficial de un régimen enemigo, pero porque se ensañaron con la señora Lobo?. La doña poseía la cuota de un total de 22.000.600 arrobas de caña, de las que 17.574.710 eran procedentes de colonias de Niquero, en propiedad conjunta con su hermana María Luisa, y 4.664.148 de Sagua de Tánamo en Holguín, eran de su única titularidad. Le quemaron las colonias de Jagua, Palizón, Santa Marta, Margarita, Ricardo, la Coloradita, y así un total de quince.

Y sí, en efecto, su estima que su padre tenía más de cien millones de pesos de la época, pero no se los robó a nadie, al menos que sepamos, mucha azúcar que producía tanto para el consumo nacional como la exportación. De hecho, en 1958 le vendieron quince mil toneladas de azúcar a la Unión Soviética. Así lo aseguró el escritor Oscar Zanetti en su libro "Esplendor y decadencia del azúcar en las Antillas hispanas".

El también escritor Guillermo Jiménez Soler, en "Los propietarios de Cuba, 1958", afirmó que los centrales de Julio Lobo producían más de cuatro millones de arrobas ¡¡diaria!!, en cambio la ultima zafra castrista produjo menos de un tercio de lo que se hizo a finales del siglo XIX, cuando Cuba estaba en plena guerra del 1895, y así todo se superó el millón de toneladas. Digo más, en el periodo de la guerra de los diez años se produjo más del doble de lo que se produce hoy. ES INCREÍBLE.

Si esto sucediera hoy, represores como Raúl Castro y su marioneta Díaz Canel dedicarían todas las fuerzas que tienen, y las que no también, en intentar capturar a los responsables, entonces. De hecho el segundo, como bien sabe hacer, ya comenzó a amenazar en los medios oficiales. ¿Y porque tenemos que llamar represores entonces, a aquellos que se vieron obligados a emplear los cuerpos armados, dígase policía, guardia rural y el ejército, para evitar semejantes desastres.

¿Qué se supone que deberían hacer?, si es que el Central Pilón no pudo moler ese año porque toda su caña fue quemada por los del 26 de julio en Casimba, ayudados por el propio Raúl Castro con su frente. Le dieron candela en Media Luna, Manzanillo, al central Isabel propiedad de las familias Richard H. Beattie y Delio Núñez Mesa. Otra cosa fueron los excesos, que los hubo tambien, pero es lo que tiene la violencia que suele generar exactamente lo mismo.

Según contó la propia Leonor en la entrevista citada, cuando el argentino Guevara le propuso a su padre "el negocio" de quedarse con todo excepto el central Tinguaro, que encima se lo dejaba pero en usufructo, el magnate le preguntó que pasaba si se negaba, y el "heroico guerrillero" le respondió: “Te dejo encueros”. ".... Aquella misma noche mi padre llegó a la casa a las 3:00 a.m. y nos dijo: "comiencen a empacar”.

Hasta la tarja familiar del cementerio de Colón se le arrancaron los cuatreros estos. No es secreto para nadie que valiosos objetos y pinturas expoliadas han aparecido en subastas en Europa o Estados Unidos. Incluso no hace mucho un subastador avisó que dos de los 17 cuadros incautados a la familia Gil Mármol en 1961, "Tehuana vendiendo piñas" y "Hombre cargando alcatraces", del artista mexicano Diego Rivera, habían sido subastadas a un anónimo en en New York, el segundo por más de 145 mil dólares. 

A los Fanjul, los hermanos azucareros que hoy radican en República Dominicana, le incautaron una colección valorada en sesenta millones de dólares, que incluía más de una decena de obras del impresionista español Joaquín Sorolla ¡y un dibujo a lápiz de Miguel Ángel!.

¿Dónde están?. Probablemente en el mismo lugar donde fue a parar el diamante del Capitolio.

Maldita Hemeroteca

Fuente: «O Batista sin la zafra o la zafra sin Batista...»: quema de caña y sabotaje en la insurrección cubana (1953-1958), de Oscar López Ancon. Deserción de las élites y fiscalidad rebelde: la historia subterránea de la Revolución cubana.  Documentos No 131800 y No 161800 del Fondo del Estado Mayor del ejercito en 1957. Cuartel General Vidal Ducassi, Guanajay. Confidencial 27-958. 13 de febrero de 1958. Otras fuentes citadas en el texto.