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Monumento al periodista Nicolás Rivero y Muñiz |
Una inscripción incisa en la parte frontal superior se puede leer: José Ignacio Rivero Alonso, 1895–1944, director del “Diario de la Marina”, decano de la prensa de Cuba. “El periodismo es en lo externo una progresión y en lo interno un sacerdocio”.
La configuración del
monumento es muy peculiar y exótica, propia de los años cincuenta. El valor artístico de la obra es modesto y se halla sobre todo en su corrección, pero la implantación
paisajística que tiene dentro del parque es ejemplar, al integrarse con gran cuidado sobre una colina del mismo.
La edición que llevó la mayor cantidad de paginas en la historia del Diario de la Marina, cien páginas, fue la del 28 de enero de 1953, conmemoración del centenario de José Martí.
El Diario de la Marina fue - con diferencia - el diario más leído de Cuba y de los más prestigiosos del mundo. Su nombre provenía de que en sus inicios, por el 1832, había sido el boletín de la comandancia del apostadero de la Marina del puerto de la Habana, que luego derivó en el citado periódico.
En su tierra se casó con la hija de un potentado de Villaviciosa, Doña María Teresa García Ciaño, y pudo regresar a la isla. En cambio fue su matrimonio en segundas nupcias con la señorita Herminia Alonso, con los que tuvo a los dos hijos que se convertirían con el tiempo en director y gerente del diario, José Ignacio y Nicolás, respectivamente.
En la Habana fundó los diarios "EL Rayo" y "La Centella", igualmente vetados, hasta que dirigió otros dos de distinto tono como "El Eco de los Voluntarios" y "El Eco de Covadonga". Sin embargo, como férreo opositor a la corruptela españolista de la isla, fue acusado de graves injurias y hasta pasó una temporada preso en el Castillo del Príncipe en la Habana.
SU LABOR COMO PERIODISTA.
Desde sus artículos, siendo un periodista españolista, fue normal que se celebrara con júbilo las muertes de varios líderes insurreccionales; e incluso se aplaudió la prisión y posterior asesinato de los estudiantes de medicina en 1873. Recordemos que tanto Rivero como Gonzalo de Castañón, eran periodistas y paisanos además.
Con los años abandonó un poco esa rebeldía y se fue llamando a capitulo. Fue por esta defensa a ultranza de España que consiguió entrar en el Diario de la Marina por la puerta grande, como suele decirse. En junio de 1895 era elevado a la dirección del periódico, puesto que desempeñó hasta su fallecimiento veinticuatro años después. En 1905 fue condecorado con la Gran Cruz de Alfonso XII; y además le fue concedido el título nobiliario de Conde del Rivero poco antes de morir.
Ya en la república, y durante la intervención norteamericana, siendo entonces director su hijo José Ignacio Rivero Alonso, “Alias Pepín”, Diario de la Marina llamó a la reconciliación entre cubanos y españoles, lo cual le ganó simpatías y acrecentó su prestigio, sobre todo desde que favoreciera al gobierno autonomista implantado en Cuba el 1ro. de enero de 1898.
El 12 de mayo de 1959, cinco meses después de la entrada de los barbudos en la Habana, sus rotativas de Prado y Teniente Rey se apagaron para siempre, o mejor dicho, siguieron funcionando, pero al servicio de una prensa que se plegó a la voluntad de Fidel Castro.
Diario de la Marina fue el único que, en plena dictadura Machadista, publicó en su edición del 20 de abril de 1930 la primera edición de los Motivos de son de Nicolás Guillén.
Al fundarse la republica en 1902, su línea editorial se amplió considerablemente. Esta labor fue continua hasta su muerte en 1944. Y aunque es cierto que el Diario de la Marina no se opuso nunca a ninguna dictadura, ni a la de Gerardo Machado y después la de Fulgencio Batista, tampoco recibió limosnas como si hicieron otros. El desfile por la finca Kukines era de escándalo.
A la muerte de Pepín, la dirección la heredó su primogénito José Ignacio Rivero Hernández, periodista que había sido formado en el Colegio de Belén de los jesuitas, y el ultimo que lo dirigió en Cuba. Entre sus más destacadas plumas estuvo la de Alejo Carpentier, Manuel Navarro Luna, Luis Felipe Rodríguez, Ramiro Guerra y entre los colaboradores extranjeros tuvo lo mismo a Jorge Luis Borges que a Adolfo Marechal, Baldomero Sanín Cano, Luis Cardoza y Aragón y José Carlos Mariátegui.
José Lezama Lima mantuvo entre septiembre de 1949 y marzo de 1950 su sección “La Habana”, en la página 3 del periódico
En 1957 el consorcio lo presidía la viuda del señor Rivero, doña Silvia Hernández, mientras que sus hijos José Ignacio y Oscar, retenían la dirección y la administración respectivamente. Su junta administrativa estaba integrada por destacados señores como el Cardenal Manuel Arteaga Betancourt, el ex coronel Cosme de la Torriente, Raúl de Cárdenas y Elicio Argüelles, Agustín Batista, Juan Gelats, Segundo Casteleiro, Julio Blanco Herrera, José María Chacón y Calvo y Ramiro Guerra Sánchez.
Obra dedicada al Asturiano Nicolás Rivero, fundador del Diario de la Marian en Cuba. |
El 12 de mayo de 1959, cinco meses después de la entrada de los barbudos en la Habana, sus rotativas de Prado y Teniente Rey se apagaron para siempre, o mejor dicho, siguieron funcionando, pero al servicio de una prensa que se plegó a la voluntad de Fidel Castro.
Rivero se tuvo que asilar en una embajada al escuchar los gritos de "Paredón, Paredón", proferidos por los más enardecidos. Y aquí hay que señalar algo, y es que a diferencia de otros diarios de la república, este siempre fue fiel a su posición conservadora; pero jamás corrupto ni tampoco necesitó del sensacionalismo ni de la crónica roja. Sus lectores superaban los 4 millones.
José Ignacio Rivero Hernández falleció en el año 2011 en su casa de Miami, a los 90 años de edad, en compañía de sus hijas Beatriz, Magdalena Sofía, Inés María y María de Lourdes y demás familiares. Había nacido en la Habana en 1920. En el exilio publicó las revistas Relámpagos e Impresiones. También fue corresponsal de Prensa Española S.A. en la capital estadounidense, además de columnista de publicaciones como Diario Las Américas, en el sur de la Florida, según The Miami Herald. La universidad de la Florida, posee todos sus números digitalizados.
Maldita Hemeroteca
Fuente:
--La memoria impuesta: estudio y catálogo de los
monumentos conmemorativos de Madrid (1939-1980).
--I.P.S.
--Rivero (Nicolás María)- Recuerdos de mi vida. (En el Diario de la Marina, Habana, 1911-14)