El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de desafiar al entrante Donald Trump con un alivio del embargo al régimen Castrista, cuando apenas falta una semana para el traspaso de poderes. Algo insólito, aunque esperado.
Biden sacó a la dictadura de la lista de países patrocinadores del terrorismo y, además, eliminó la cláusula de la ley Helms Burton concerniente a las demandas económicas de ciudadanos americanos sobre antiguos bienes de su propiedad, embargados por el régimen en los primeros años del triunfo.
Según EFE, Biden tomó esta decisión para propiciar la próxima liberación de varios presos cubanos, unos 500 se supone, como parte de un proceso que cuenta con la mediación del Vaticano, según informaron a la prensa altos cargos de su Administración. El mandatario habría suspendido también la prohibición de comercio para empresas militares del régimen, así como algunas sanciones financieras.
Como resultado de estas acciones, la Casa Blanca anticipó que «en relativamente poco tiempo» se producirá la liberación de un número «significativo» de presos en Cuba, incluidas personas que participaron en las protestas del 11 de julio de 2021. Fuentes de la Administración de Biden explicaron que han recibido en los últimos años peticiones de varios socios, como España, Brasil, Colombia, Chile y Canadá, para retirar a Cuba de esa lista terrorista.
Cuba estaba incluida en esa relación desde el 2021. Entonces había sido también una de las últimas decisiones que tomó el republicano Donald Trump antes de dejar el poder en su primer mandato, y que justificó aludiendo la presencia en la isla de miembros de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia.